Guadalupe Ramos Ponce
SemMéxico, Guadalajara, Jalisco, 22 de octubre, 2025.- Tuve la oportunidad de ser invitada por la Corte Suprema de Justicia de Honduras, a impartir una conferencia magistral a propósito de la creación del Observatorio de Justicia y Género en el Poder Judicial. Sin duda, el fortalecimiento del Poder Judicial hondureño requiere no solo de reformas normativas o de capacitación técnica, sino de mecanismos permanentes de análisis, evaluación y transformación institucional.
Uno de los instrumentos más eficaces para lograrlo es la creación de un Observatorio de Justicia y Género, una instancia que articule el conocimiento, la práctica judicial y la rendición de cuentas desde una perspectiva amplia e integral de derechos humanos.
Un Observatorio de Justicia y Género tiene como misión fundamental visibilizar cómo la justicia responde —o no responde— a las necesidades y derechos de las mujeres y de las diversidades en general. Generar información confiable y promover políticas públicas judiciales que garanticen la igualdad sustantiva.
Su creación dentro del Poder Judicial de Honduras es un acto de coherencia institucional y una expresión concreta del compromiso del Estado con los tratados internacionales.
En términos operativos, el Observatorio permitirá sistematizar las decisiones judiciales, monitorear el cumplimiento de estándares internacionales y producir datos desagregados que permitan una comprensión mejor de las diversidades.
En un país donde más del 90% de los casos de violencia contra las mujeres quedan impunes, la ausencia de información sistemática es también una forma de silencio institucional.
Sin datos, no hay diagnóstico; y sin diagnóstico, no hay justicia.
El Observatorio llenaría ese vacío: convertiría la evidencia en acción y la acción en política pública.
Un Observatorio Judicial de Género no debe limitarse a la recolección estadística.
Sus funciones deben incluir, al menos, los siguientes ejes:
1. Monitoreo y análisis jurisprudencial: revisar las sentencias emitidas por los tribunales para identificar avances, retrocesos y estereotipos de género presentes en las decisiones judiciales.
2. Producción de conocimiento: elaborar informes temáticos anuales sobre acceso a la justicia, violencia de género, derechos sexuales y reproductivos, y paridad judicial.
3. Formación y retroalimentación: proporcionar insumos para la Escuela Judicial y para la capacitación de operadores y operadoras de justicia.
4. Transparencia y rendición de cuentas: publicar datos, estudios y recomendaciones accesibles al público, fortaleciendo la confianza ciudadana.
5. Vinculación interinstitucional: articular esfuerzos con la academia, las organizaciones de mujeres, de la diversidad sexual, los organismos internacionales y redes regionales como CLADEM, para construir una justicia con enfoque feminista e interseccional.
Existen algunos aprendizajes regionales y buenas prácticas de las cuales abrevar.
La región latinoamericana ofrece valiosas experiencias en este campo.
El Observatorio de Género del Poder Judicial de Costa Rica, creado en 2009, se ha consolidado como un modelo regional por su capacidad para articular estadísticas, formación judicial y producción de conocimiento con enfoque de género.
En Argentina, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema mantiene un Observatorio de Sentencias Judiciales que analiza fallos relevantes y promueve buenas prácticas.
En México, el Observatorio Nacional de Sentencias con Perspectiva de Género ha sido un referente en la sistematización y análisis de jurisprudencia con enfoque de derechos humanos.
Y en Uruguay, el Observatorio de Género del Poder Judicial ha impulsado procesos de capacitación obligatoria y evaluación de impacto institucional.
Sin duda, la creación del Observatorio en el sistema judicial hondureño, va a tener efectos directos en la mejora de la administración de la justicia.
Permitirá detectar los cuellos de botella procesales, visibilizar las brechas de género en las decisiones judiciales y proponer soluciones basadas en evidencia.
Además, dotará al Poder Judicial de una herramienta de autoevaluación permanente, esencial para construir una justicia que se reconozca falible, pero dispuesta a transformarse.
El Observatorio no es solo un mecanismo técnico, sino un espacio político de memoria y dignidad.
Dra. María Guadalupe Ramos Ponce, Coordinadora Regional de CLADEM , Profesora Investigadora de la UdeG.@dralupitaramosp lupitaramosponce@gmail.com, mariaguadaluperamosponce@gmail.com



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