¿Qué no harán en lo oscurito con lo trascendental?
Parece que la ciudadanía cometió el exceso en las urnas de votar no solo por AMLO, sino por toda la chusma.
SemMéxico. Sonora. 5 de septiembre de 2018.- No va a ser necesaria mayor oposición política en el Congreso de la Unión por parte de las fracciones minoritarias que lo componen (como solía suceder), cuando en el primer día de sesiones el grupo hegemónico de MORENA ya presentó sus propias fracturas.
Como siempre los escándalos más ruidosos, particularmente en la Cámara de Diputados (que apenas en unas horas de constituida ya se le califica en las redes sociales como la “chusma” legislativa) suceden por cuestiones menores, apenas de forma, que se salen de control, y dejando para después lo verdaderamente importante.
Pero en política las formas se traducen en fondo por la percepción de la ciudadanía de que si así se pelean en público por minucias…¿qué no harán en lo oscurito con lo trascendental? (de ahí la famosa frase atribuida a Bismarck de que “con las leyes pasa lo que con las salchichas: es mejor no ver cómo se hacen”).
Ayer, para empezar, en el pleno de la Legislatura, el diputado Fernández Noroña llamó insolente al presidente de la Cámara, Porfirio Muñoz Ledo tras reclamare su asistencia a la sede alterna del Congreso (el Palacio Nacional) a escuchar el informe de Peña Nieto. Y Muñoz Ledo le contestó calificándolo de golpeador. La víspera, por fuera del Palacio, Fernández Noroña había llamado traidores y lacayos tanto a Muñoz Ledo y al Presidente del Senado, Martí Batres, e intentó físicamente impedirles el paso al recinto. Curiosamente minutos después, él mismo intentó ingresar por la fuerza al lugar impidiéndoselo un par de agentes del Estado Mayor Presidencial.
Los tres: Noroña, Muñoz Ledo y Martí Batres son fieles a AMLO, pero infieles entre ellos, lo que ya se tradujo en problemas al interior del Congreso, contra lo previsto de que por la hegemonía de MORENA ahí reinaría la disciplina y el orden (así fuera el de los sepulcros), como en los tiempos del priato.
Fernández Noroña, por si usted no lo recuerda, conquistó a López Obrador cuando en Cancún, en 1996, increpó a Zedillo y fue encarcelado, siendo liberado gracias al tabasqueño a la sazón presidente nacional del PRD. Y se afianzó en su ánimo luego de perseguir a Fox y a Calderón en sus actos públicos para insultarlos.
Enterado de que Noroña se apresta a hacer lo mismo, pero ahora también con los suyos, López Obrador conminó a sus allegados a que diriman sus diferencias, pero sin insultos ni gritos, en una escena que parece de celos entre aquellos por dejar en claro quién es el más consentido.
Mientras, en la otra Cámara, en el Senado, no hacían malos quesos: primero MORENA votó en contra de la solicitud de licencia del Senador Manuel Velasco Coello (allegado de AMLO), para ocupar provisionalmente la gubernatura en Chiapas (que durará un par de meses y luego regresará a su curul de Senador). Pero luego de tres horas de receso, y tras recibir un cursillo exprés de parlamentarismo por parte de Ricardo Monreal (otro de los mismos) votaron de nuevo, pero ahora a favor de la licencia.
De entrada se advierte que las diferencias e inexperiencia serán entonces entre los morenistas mientras la oposición verdadera permanece a la expectativa de manera similar a la policía cuando espera que los narcos se maten entre ellos para después llegar a levantar los cadáveres (con perdón de la comparación).
Y también parece que la ciudadanía cometió el exceso en las urnas de votar no solo por AMLO (lo cual no se discute), sino por toda la chusma –como dicen en la redes sociales– de acompañamiento. Y eso que todavía no reaparecen en escena con sus improperios Yeidckol Polevnsky y la senadora ebria (lady champagne), Alejandra León. ¿Qué nos espera ver… y sufrir?