• Guerra al huachicol deja daño colateral de 89 muertos.
Los hechos quedan plasmados
SemMéxico, 21 enero 2019.- En menos de dos meses del actual gobierno federal han ocurrido tres sucesos negativos que pasarán a su historial. En sus anales, los hechos quedan plasmados tal cuales en cada sexenio independientemente de la responsabilidad o no de los gobernantes en turno.
Dos de esos tres hechos le dieron la vuelta al mundo y el tercero se la está dando ahorita mismo porque la tragedia continúa al aumentar cada día el número de fallecidos. Una de las Leyes de Fuller respecto del periodismo, señala que entre más lejos ocurre un incidente, mayor es el número de muertos y heridos que se requieren para que se convierta en noticia (o mayor el escándalo en otros asuntos).
Primero: el 25 de diciembre ocurre el helicopterazo en que muere la gobernadora de Puebla, Erika Alonso, apenas a unos días de haber tomado posesión del cargo y luego de decenas de ataques y descalificaciones -contra el fallo final que le refrendó el triunfo electoral- tanto del presidente López Obrador como del ex candidato a gobernador, Miguel Barbosa Huerta, quien por increíble omisión no ha sido siquiera citado a declarar… pese a que es el primer beneficiario del suceso.
Luego, a partir del siete de enero, se ha venido dando un desabasto de gasolina en las estaciones de servicio de ocho estados del país que nunca se había dado en México (justificado por la guerra al robo de gasolina en los ductos que obligó a cerrarlos y distribuir menos eficazmente el combustible en pipas).
Y, tercero, la explosión de una toma clandestina de gasolina en un ducto de PEMEX del pasado día sábado en Thahuelilpan, Hidalgo, con un saldo hasta el momento de 89 muertos y 51 heridos, y cuyo número de decesos lamentablemente aumentará dada la gravedad de las quemaduras de la mayoría de los afectados (generalmente los lesionados por quemaduras graves sufren afecciones orgánicas que terminan con sus vidas en los días e incluso semanas siguientes, después de una aparente mejoría), amén de las condiciones en que quedarán los sobrevivientes.
Como esos tres hechos se le apuntarán al régimen de AMLO -y lo van dejando atrás en su decisión de pasar a la historia como uno de los mejores presidentes de la República-, tendrá que apurar el paso en los puntos positivos para superar el marcador en contra. Acá en Sonora, por ejemplo, siempre se recordará el sexenio del ex gobernador Eduardo Bours como aquel en que murieron –también en un incendio- 49 niños en la Guardería ABC, sin recordarse, de momento –y si es que las hubo– acciones positivas y trascendentes en su mandato. Y para nivelar los partidismos políticos, señalemos que cuando se hable del también ex mandatario Guillermo Padrés Elías… será para decir que fue el primero en ser encarcelado en nuestra historia, mandando al olvido sus aciertos.
Nadie puede responsabilizar penalmente, desde luego, a López Obrador por lo sucedido en Thahuelilpan, pero sí es posible que la investigación de los hechos que está realizando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos concluya señalando al menos un par de omisiones de diversas autoridades (entre ellas y primordialmente las federales que dependen del presidente y que lo salpican políticamente) que se tradujeron en la mencionada tragedia: la referida al tardío control de la fuga; y dos, a la falta de prevención y resguardo de los pobladores que, aun víctimas de su propia imprudencia al acercarse para robar combustible de la fuente en que se convirtió el derrame, no se les resguardó, así fuera en contra de su voluntad (como se ha hecho en otras ocasiones).
Recordamos a muchos mandatarios por NO cumplir sus promesas; pero tal vez mañana recordemos a AMLO por SÍ cumplir con las suyas: en éste caso de cumplir aquella de no mandar jamás al ejército a cargar en contra de los ciudadanos, como no lo hizo el sábado pasado, así resultase en el perjuicio de los lugareños y que, por esa inacción terminaron convertidos en teas humanas.