Natalia Vidales Rodríguez
SemMéxico, Sonora, 7 de octubre del 2022.- Nos alegra sobremanera el triunfo de Giorgia Meloni, recién electa como Primera Ministra de Italia. Y nos contenta, no solo porque es una mujer más que llega a la más alta esfera del poder, sino porque su trayectoria y principios son, de inicio, la mejor garantía de un buen gobierno.
En efecto: por fin habrá alguien -con autoridad suficiente- que “haga algo” a favor de la familia, del respeto a los valores universales, a la vida, al orden en esta sociedad tan deteriorada hoy en día por las voces -pocas pero muy gritonas- de los grupos minoritarios que exigen respeto a sus derechos pero… pisotean el de los demás.
A pasos agigantados, esos grupúsculos han ido ganando espacios aún en el ámbito político, logrando cambios significativos como ya lo estamos viendo que sucede en materia de la educación básica, trastocando con sus ideas de “avanzada” los valores tradicionales de la familia y de la sociedad fraguados a lo largo de la historia.
Y no estamos, de ninguna manera, promoviendo la homofobia ni yendo en contra de las libertades de credo, de pensamiento, de afiliación política, de preferencias sexuales, etc, etc, etc.
Pero una cosa es eso y otra muy distinta lo que ha venido sucediendo: la imposición de culturas ajenas, el libertinaje, la anarquía, el deterioro de nuestra sociedad en general donde el buen decir, el buen actuar y el buen vivir pareciera que -como en un mundo bizarro- estorban y que habría que desaparecer.
La libertad -tan noble ideal y valor de la Humanidad- se ha convertido en libertinaje cuando, por el temor de ser tachados de “moralistas”, los grupos conservadores se han ido alineando a “la moda” del lenguaje vulgar, y aceptado -con su silencio- a quien despotrica contra la familia, la ética y la moral.
Por todo ello, agrada ver que hay una voz de peso que defenderá las creencias y valores de millones de personas en el mundo, no solo en México o Italia, que han permanecido en silencio ante el vil atropello de quienes apreciamos y privilegiamos la vida, el decoro, el lenguaje correcto y comedido, el pudor, la conciencia, la familia.
¡Enhorabuena por el triunfo de Giorgia en Italia! Llega con la intención de sumarse a las voces y acciones de quienes deseamos de nuevo una sociedad de verdadero respeto para todos/as.
Se escuchará muy trillada -pero hay que repetirla sin cansancio hasta que sea efectiva- la frase célebre de Benito Juárez, de que “el respeto al derecho ajeno, es la paz”. Todas y todos merecemos esa consideración, no solo esos grupos que pretenden imponer incluso mediante la violencia y la intimidación su extraña, por no decir desviada, forma de ver las cosas.
Hoy, por lo pronto en Italia –y esperemos que ese ejemplo cunda en otros países- ya llegó quien les marque sus límites a quienes, en mala hora, han visto en el desenfreno moral una disque nueva y mejor forma de vivir. Ya no más.