*Natalia Vidales de Bitterlin
SemMéxico, Hermosillo, Son., 9 de febrero, 2024.- A punto de terminar su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende de nuevo engañar a los mexicanos.
Sí, dio a conocer el pasado 5 de febrero (en el 107 aniversario de la Constitución) una serie de reformas donde promete…promete…y promete -garantizar atención médica y gratuita a la población mexicana, seguridad, educación, garantía de trabajo y buen salario, pensión con aumento anual, entre otras-.
Suena muy bien ¿no? Pero que no se nos olvide que algunas de estas garantías ya están en la Constitución, que otras son reformas que ya han sido propuestas por la oposición y que otras fueron promesas de campaña que no cumplió y si hoy las repite es con el afán de lograrle votos a su candidata -Claudia Sheinbaum- porque es la que, dice, dará continuidad a su gobierno.
¡Por ningún motivo caigamos en su trampa! Tuvo seis años para lograr un mejor México sobre todo para los más desprotegidos, pero…no lo hizo. Pudo dar atención médica a la población vulnerable, y medicinas a los niños y a los ancianos enfermos; pudo dar seguridad a la población y garantía de trabajo…pero tampoco lo hizo; pudo dar apoyo a las madres jefas de familia para que pudieran sacar adelante a sus hijos…y fue insensible para hacerlo.
Y ahora, a escasos meses de terminar su gobierno, buscando votos para su candidata se dirige a los mexicanos para decirles que esto será realidad cuando ella sea presidenta. ¿Le creemos…otra vez?
Un paquete de 20 iniciativas de reforma constitucional son las que ya envió al Congreso de la Unión, y están en manos de los legisladores quienes -por supuesto- darán marcha atrás a su pretensión de ¨redentor¨ con las verdaderas ocurrencias electoreras con las que pretende que los ciudadanos se decidan por la continuidad de su gobierno al escuchar la repetición de su discurso populista.
Revuelve, en su propuesta, artículos que ya están estipulados en la actual Carta Magna -esa que se ha dedicado a violar y que había juramentado respetar- con otros que son benéficos. Y lo hace buscando la mezcla -de lo malo y lo bueno de sus reformas- para confundir al ciudadano de a pie –que son la mayoría y con la cual se ganan las elecciones.
Los legisladores, esperamos, no caigan en su juego y le reviren la coyuntura para legislar en bien de los mexicanos -aprobando los artículos que son positivos y rechazando rotundamente los que nos son perjudiciales, como desaparecer los organismos autónomos, esos que él llama ¨onerosos y elitistas¨, pero que son la garantía de los ciudadanos en contra de los abusos y los desvíos del poder de todas, no solo del presidente, las autoridades.
Que no se revuelvan todas las iniciativas -deberá ser la demanda ciudadana- y que los legisladores den la batalla para evitar la aprobación de propuestas tan negativas como esa de eliminar instituciones que a lo largo de muchos años se fueron creando y que son inherentes a la democracia, entre otras el INE al que hoy se pretender abducir, o al Instituto de Transparencia que se quiere desaparecer.
Nuestros representantes populares –diputados y senadores— tienen ahora mismo la última palabra.
*Periodista con más de 40 años de ejercicio profesional. Activista social, fundadora y directora de la revista Mujer y Poder. Comentarios: whats 6621441440. www.mujerypoder.com.mx