Natalia Vidales
SemMéxico, Hermosillo, Sonora, 5 de enero, 2024.- Escuchamos hoy a Lenia Batres en su discurso de toma de protesta y la verdad…no podemos menos que asustarnos con las palabras de enfrentamiento y discordia con las que inicia sus funciones en el máximo tribunal de justicia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Vergonzosa fue su participación, sus palabras autoritarias y su soberbia, como si su integración a la Corte fuera indispensable para fortalecer la institución.
Hay confusión sobre las funciones que le competen. Y hay que aclarar que su función no es la imposición de sus ideales, como lo dijo en tono de alabanza la otra ministra incondicional del presidente, Yazmín Esquivel. Los ministros están para cumplir las leyes que estipula la Constitución. No para otra cosa.
Afortunadamente, hay en la Corte un freno en perfectas condiciones. Y ese freno lo tiene en la mano la presidenta Norma Lucía Piña quien sin duda sabrá poner orden en la Corte.
Es una verdadera lástima que Lenia inicie su período de 15 años con el estigma de un nombramiento directo y con un discurso polarizante.
Sí queremos mujeres en el poder pero mujeres que lleguen con la frente en alto a cargos de tanta responsabilidad y trascendencia -como el que aquí mencionamos-. Necesitamos y queremos en el poder a mujeres que nos enorgullezcan en lugar de que nos avergüencen como lo hizo Lenia en su primera participación pública donde la lectura de su discurso fue totalmente inapropiada y con una notoria falta de preparación. Si no puede ni leer correctamente un texto en público… ¿qué podemos esperar de su desempeño?