Inauguración de Feria de Afores 2025 encabeza el Director de la CONSAR, Julio Cesar Cervantes / Foto: Romina Solís/El Sol de México
En promedio, las mujeres jubiladas con una afore reciben una pensión mensual de cinco mil 461 pesos, mientras que los hombres perciben poco más de seis mil pesos
Miguel Ángel Ensástigue
SemMéxico/El Sol de México, 4 de agosto, 2025.- De las personas que se han jubilado en el sistema de pensiones de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), las mujeres reciben una pensión menor a la de los hombres, según datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
En respuesta a una solicitud de transparencia hecha por El Sol de México, el organismo precisó que al cierre de abril la pensión promedio de las mujeres fue de cinco mil 461 pesos, mientras que la de los hombres fue de seis mil 68 pesos.
Esta brecha ha aumentado desde 2021, año en que entró en vigor la reforma a las afores, pues en ese lapso la pensión promedio para ellas fue de cuatro mil 317 pesos mensuales y la de ellos de cinco mil 79 pesos.
Una de las principales modificaciones que tuvo esta reforma fue incrementar el porcentaje de las aportaciones patronales a las cuentas individuales de los trabajadores al pasar de 6.5 a 15 por ciento, lo cual se realiza de forma gradual desde 2023 y concluirá en 2030.
También incluyó un esquema flexible para obtener una pensión mínima garantizada, la cual ahora varía en función de la edad, el salario promedio del trabajador y las semanas de cotización.
Otro punto relevante fue la reducción en el número de semanas de cotización de un trabajador para poder pensionarse. Ahora, las personas deberán reunir mil semanas y no mil 250.
El último aspecto de la reforma fue fijar un tope a las comisiones que cobran las afores, el cual será establecido cada año, un modelo que tomó como referencia el monto promedio cobrado en los fondos de pensiones de Chile, Colombia y Estados Unidos.
La directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP), Alejandra Macías, explicó que en México el acceso al trabajo formal para las mujeres es bajo y cuando logran entrar, suelen migrar a la informalidad más que los hombres, por lo que se quedan sin el beneficio de lasaportaciones para el retiro por parte de un patrón y del gobierno.
“Las mujeres cotizan menos semanas que los hombres y eso impacta en su ahorro para el retiro. Esto se debe a que las mujeres migran más entre el mercado laboral formal e informal que los hombres”, destacó la directiva.
Consultada por este diario, Macías consideró que pese a la reforma de 2021, las pensiones no serían altas, pues se espera que representen alrededor del 40 por ciento del último salario del trabajador.
“Las bajas pensiones se pueden explicar debido a que las aportaciones obligatorias van a subir cada año hasta que lleguen al 15 por ciento en 2030, entonces, las personas que se jubilaron desde el 2021 no percibieron este beneficio de mayor ahorro”, añadió.
Si bien desde 2021 a abril de este año se han jubilado 99 mil 745 personas con afore, de acuerdo con la Consar, la primera generación recibió una pensión menor al salario mínimo registrado en el país.
En ese año, la pensión promedio en afore fue de cuatro mil 739 pesos, mientras que el salario mínimo ascendió a cuatro mil 251 pesos.
Tras los aumentos al salario mínimo en 2024, con un ingreso mensual de siete mil 467.9 pesos, la pensión promedio de los trabajadores con afore alcanzó apenas los cinco mil 547 pesos.
Alejandra Macías recordó que ante las bajas pensiones que darían las afores también se creó el Fondo de Pensiones para el Bienestar, que empezó a operar en 2024. Dicho fondo busca completar las pensiones de las personas que se jubilan por afore para que alcancen al menos el salario promedio que registra cada año el IMSS.
Amafore descarta problema de género en pensiones
Para Carmen González, una mujer jubilada que trabajó más de 30 años como recepcionista en una clínica privada, el retiro no ha sido tan tranquilo como esperaba.
Recibe una pensión mensual de poco más de cinco mil pesos a través de su afore, cantidad que apenas le alcanza para cubrir medicinas, comida y algunos servicios básicos.
“Yo sí me esforcé, nunca dejé de trabajar ni de cotizar, pero cuando llegó el momento de pensionarme me dijeron que eso era lo que me tocaba. Es frustrante ver que a los hombres les dan más, aunque uno haya trabajado igual o más”, lamenta.
Desde que se retiró, Carmen ha tenido que buscar apoyos sociales para complementar sus ingresos.
“No estoy pidiendo lujos, sólo un retiro digno”, dijo. Incluso ha considerado vender comida desde su casa, aunque reconoce que la edad y los problemas de salud la limitan.
“Uno ya no tiene las fuerzas de antes, pero tampoco alcanza lo que te dan”, sentenció.
La diferencia de ingresos es significativa en el caso de Jorge Ramírez, quien se jubiló en 2023 luego de trabajar en una empresa de manufactura.
Su pensión es de poco más de seis mil pesos mensuales, y aunque dice que no es mucho, reconoce que está por encima de lo que reciben algunas de sus compañeras.
“Nosotros tuvimos la ventaja de tener un salario más alto en muchos casos, pero también había menos pausas en nuestras cotizaciones. Muchas mujeres interrumpen su trabajo para cuidar a los hijos, y eso les pega durísimo en la pensión”, explicó.
“Si ya se reformó la ley, lo justo sería que se note también en lo que reciben las mujeres, no que la diferencia siga creciendo”, apuntó.
“Yo tuve una colega que trabajó igual que yo, pero dejó tres años por cuidar a su mamá. Eso le redujo muchísimo el ahorro”, detalló.
Según Guillermo Zamarripa, presidente de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), la diferencia del monto de pensiones entre hombres y mujeres no responde necesariamente a un problema de género.
“La fórmula para definir cuánto dinero te toca, si es pensión garantizada, depende de la edad de retiro o el número de semanas de trabajo. Eso es lo que lo define, no es que por ser hombre te toque más y si eres mujer menos, son otros parámetros”, explicó el directivo.
Desde su perspectiva, la reforma al sistema de pensiones de 2020 fue “muy buena”, porque permitirá a los trabajadores ahorrar más recursos durante su vida laboral y, hasta ahora, los resultados observados son positivos.
“Son miles de pensiones y relativamente aún es poco, aunque las tasas de reemplazo son buenas. Hay gente de la Ley del 73 que le conviene la del 97, porque es un nuevo esquema y se cotizan menos semanas”, agregó.
Para Ana Lucía Pérez, trabajadora jubilada del sector educativo, las condiciones de retiro son injustas para las mujeres que, como ella, trabajaron en doble jornada: en la escuela y en casa.
“Nosotras no sólo cumplíamos en el trabajo, también en la casa. Criamos hijos, cuidamos enfermos y muchas veces seguimos trabajando en casa aunque ya estábamos pensionadas”, afirmó.
Su pensión ronda los cinco mil 200 pesos, y gran parte se va en gastos médicos.
“Dicen que no es por género, pero somos las mujeres las que vivimos más, las que cuidamos más y las que terminamos con menos. Eso no es justo”, reclamó.
Mujeres dependen más de la pensión
La directora del CIEP explicó que con base en datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), se observó que las mujeres dependen más de la pensión como fuente de ingreso que los hombres.
“La pensión de adultos mayores representa el 60 por ciento del ingreso de las mujeres del decil más bajo (…) y el de los hombres más ricos representa el 10 por ciento. Entonces vemos una brecha de ingreso en la vejez de casi 40 por ciento”.
Las mujeres dependen más de la pensión como fuente de ingreso que los hombres
Macías aprovechó para recordar que si bien el gobierno está destinando mayores recursos al tema de pensiones, también se requieren recursos para la primera infancia para desde ahí atacar las brechas de género que llegan hasta la vejez.
A la especialista le preocupa que el gobierno no esté planteando una reforma fiscal considerando el nivel de gasto de pensiones que está entregando cada año, no solo de los programas sociales sino también las relacionadas a la burocracia y al de las afores.
El testimonio de Irma Castañeda, una mujer de 74 años oriunda de Puebla, ilustra esta dependencia.
“Mi única entrada es la pensión del Bienestar. Me dan seis mil pesos cada dos meses y con eso compro mi comida, pago la luz y los medicamentos. Sin eso, no sé qué haría”, comenta.
Irma nunca tuvo un empleo formal, pues gran parte de su vida la dedicó a cuidar a sus cuatro hijos y atender su hogar.
Mi única entrada es la pensión del Bienestar. Me dan seis mil pesos cada dos meses y con eso compro mi comida, pago la luz y los medicamentos
“Mi esposo murió hace 20 años y nunca me dejó pensión. Yo no sabía que tenía que estar dada de alta o que eso me afectaría después. Ahora dependo de lo que me da el gobierno y de lo que a veces me mandan mis hijos”, añadió.
En contraste, María Elena Falcón, quien trabajó por más de dos décadas en el sector público, reconoce que su pensión por afore no le alcanza y que el apoyo gubernamental ha sido esencial para mantenerse a flote.
“Yo sí coticé muchos años, pero mi pensión es baja porque en varios momentos me suspendieron el contrato. Eso bajó mis semanas cotizadas. Ahora la pensión del gobierno es lo que me ayuda a completar para pagar mi renta y mis medicinas”, expresó.
Además de los apoyos que recibe por parte del gobierno, Falcón tiene un pequeño negocio de antojitos mexicanos para tener un ingreso extra mensual.
Reconoce que si bien no gana “los millones”, al menos le permite mantenerse ocupada por las tardes.