La representante del organismo en México asegura que quieren consolidar la campaña del 25N como algo permanente entre la sociedad
Roxana González
16 días de activismo, Día 11
SemMéxico / El Sol de México, Ciudad de México, 5 de diciembre, 2024.- El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres y las niñas y ese día inició una nueva jornada de activismo que, bajo la consigna “#NoHayExcusa Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, promueve durante 16 días la participación de gobiernos, iniciativa privada, universidades y público en general para crear conciencia sobre este problema que continúa poniendo en riesgo la salud física y mental de millones de mujeres en el mundo.
La campaña, promovida por ONU Mujeres, cumple 16 años de recorrer el mundo con la intención de movilizar a la opinión pública para construir sociedades libres de violencia contra mujeres y niñas.
Fue el entonces secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el coreano Ban Ki-Moon, quien lanzó por primera vez, en el 2008, el movimiento “NO hay excusa UNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres”. Desde entonces, se ha convertido en uno de los protagonistas de la lucha feminista que a lo largo de los años se ha pintado de tonalidades como el morado, el verde o el naranja y ha dado vida a importantes movimientos como el #MeToo.
El camino, dice Moni Pizano, representante de ONU Mujeres en México, no ha sido fácil y aún es muy largo por recorrer, aunque también se han dado pasos importantes.
En entrevista con El Sol de México, Pizano, quien es abogada de profesión, consideró que tras más de tres lustros, la campaña es ya un movimiento mundial que ha contribuido en la creación de comunidades más maduras, aunque reconoce que aún falta mucho trabajo para alcanzar sociedades libres de violencia contra mujeres y niñas.
“Cada vez vemos más hombres, especialmente jóvenes, que han asumido la responsabilidad de darse cuenta de que la violencia contra las mujeres y niñas no es aceptable, vemos un cambio de cómo se relacionan las nuevas generaciones”, aseguró.
Cada vez vemos más hombres, especialmente jóvenes, que han asumido la responsabilidad de darse cuenta de que la violencia contra las mujeres y niñas no es aceptable
Destacó el hecho de que en la región actualmente ya sean 14 los países que cuentan con leyes integrales que castigan la violencia contra mujeres y niñas, y 17 las naciones que tipifican el feminicidio, lo que era inimaginable apenas hace unos diez años.
“Contamos con programas y planes de prevención en la mayoría de los países de la región y en el caso de México se han registrado avances muy importantes, como el fortalecimiento del marco normativo nacional en materia de respuesta a la violencia contra mujeres y niñas, también se ha regulado y definido la violencia digital, algo que pocos países de América Latina han hecho y en la llamada violencia vicaria”, subrayó.
Para Pizano todavía existen muchos cambios que se deben hacer, pero para ello se requiere mucho más tiempo ya que aún hay culturas demasiadas arraigadas que se resisten a cambiar.
Moni Pizano, representante de ONU Mujeres en México, destaca los avances y desafíos en la lucha por sociedades libres de violencia contra mujeres y niñas, subrayando el papel crucial de las nuevas generaciones en cambiar patrones de conducta / Cortesía, ONU Mujeres
“En la medida de que nosotras pasemos el mensaje de que las mujeres no venimos a quitarles el puesto a nadie, que las mujeres no vamos a crear una cultura de hembrismo donde somos las que podemos todo, las que lo hacemos todo y los hombres no van a tener el espacio que les corresponde, sin duda los cambios serán más rápidos”, afirma.
Para la funcionaria de la ONU, incluso es tiempo de pasar de la atención a la violencia de género para enfocar la lucha en la prevención. “Tenemos años trabajando en la atención, porque son tantos los casos de violencia que hay necesidad de contar con centros de apoyo, por ejemplo, pero estoy convencida de que ha llegado el momento de que hagamos un balance y se invierta en la prevención porque sólo eso nos ayudará a conseguir al cambio cultural que es tan necesario”, subrayó.
Consideró que el avance más significativo ha sido que la violencia contra mujeres y niñas se visualizó durante estos años, lo que ha ayudado a abordar el problema reconociendo el problema mismo.
La funcionaria asegura que el adoptar el color naranja como bandera del movimiento ha sido una estrategia muy eficiente
La realidad de la violencia contra las mujeres sigue siendo alarmante en todo el mundo. De acuerdo con el Informe 2023 sobre Feminicidios, realizado por ONU Mujeres y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), al menos 51 mil 100 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas íntimas o por otros miembros de su familia, lo que quiere decir que cada 10 minutos una mujer es víctima de feminicidio por parte de su pareja o de algún otro familiar.
En México la situación no es mejor. Sólo en 2023, más de 10 millones de mujeres adolescentes y jóvenes fueron víctimas de ciberacoso, de acuerdo con la ONU. Además, unas 24 mil viven en refugios huyendo de la violencia machista, según cifras de la Red Nacional de Refugios (RNR).
Pizano compartió que el adoptar el color naranja como bandera del movimiento para poner fin de la violencia contra las mujeres y niñas ha sido, sin duda, la estrategia que más ha funcionado para alcanzar el objetivo de llegar cada vez a más personas.
La iniciativa, dice, surgió de un grupo de jóvenes que acudieron a un encuentro celebrado en Tailandia en el 2011 y que eligieron el naranja como representación de un nuevo amanecer, “el amanecer de una nueva sociedad”.
“Como sucedió con los pañuelos verdes de la Marea que inundó el mundo a favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, la lucha contra la violencia de mujeres y niñas tiene hoy un color distintivo, el naranja y es impresionante como todo el mundo asumió el naranja como la bandera de la lucha para prevenir la violencia contra mujeres y niñas”, narró.
Recuerda, incluso, como una de las mejores experiencias que le ha tocado vivir como parte de la campaña, es un partido de fútbol que varios presidentes mantuvieron en el marco de la Asamblea General de la ONU contra empleados del organismo mundial vestidos, todos, con la camiseta naranja.
Tenemos años trabajando en la atención (…) pero estoy convencida de que ha llegado el momento de que también se invierta en la prevención
“En la mañanera del lunes, 25 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum portaba un listón naranja y los militares que custodiaban el Palacio Presidencial ese día, también portaban listones naranja. En las escuelas las niñas y los niños tenían las manos pintadas de naranja. Cosas como estas son muestra de cómo el color naranja se ha convertido en el icono, la bandera. Hemos visto las pirámides de Egipto iluminadas de naranja”, dice.
Existen muchas campañas enfocadas a erradicar la violencia contra las mujeres y niñas. Ante la pregunta de cómo convencer a la gente con esta en particular, Pizano segura:
“Esta campaña ha sido como una pequeña contribución, un pequeñito grano de arena porque los logros son de los países que se han comprometido. Lo que buscamos, lo que queremos es contribuir al cambio. Somos la mitad de la población más o menos y de lo que se trata es que nosotras, las mujeres, tengamos el espacio que nos corresponde y que nos merecemos por los méritos”.
Y sobre lo que sigue para la campaña, puntualiza:
“Consolidarla como una campaña permanente, que el Día Naranja (el cual se celebra cada 25 de mes) sea todos los días. Queremos que todos escuchen el llamado a la acción para terminar con la impunidad abogando por la creación de leyes y políticas que responsabilicen a los perpetradores de violencia y por supuesto que se alcance el compromiso de adoptar, implementar y financiar planes de acción nacionales para acabar con la violencia contra mujeres y niñas”.