El coronavirus nos detendrá sólo un rato
Por: Martha Canseco González
SemMéxico. 16 de marzo 2020.- Hace muchos años, yo diría más de veinte, durante mi primer taller de género y periodismo con Sara Lovera, le pregunté ¿cómo podemos reencontrarnos las feministas con aquellas mujeres que no creen en este movimiento social?, Sara contestó, “cuando ellas se den cuenta que nuestras acciones terminarán por favorecerlas”.
Nunca me imaginé que me tocaría verlo, el machismo mexicano logró que ocurriera aquello que tanto procura que no suceda, que las mujeres sin importar ideología, religión, condición social, económica y edad se unieran en una sola voz, ¡Basta de violencia contra mujeres y niñas!
Es que es como el tiro que sale por la culata, aquella herramienta que tienen y usan para controlarnos y dominarnos; la violencia, se les está revirtiendo. Dicen los dichos sexistas “Mujeres juntas ni difuntas” o “Divide y vencerás” ¡Mírenos ahora!
No importa si es el miedo lo que nos reunió, fuimos mujeres varias. Aquellas que nunca pensé verlas tomando las calles ahí estuvieron, aquellas otras que por primera vez marcharon, las vi tan jóvenes, sonrientes y felices disfrutando de la vía pública ésa que tenemos prohibida y fue tremendamente fantástico.
¡Fue histórico y ya nada ni nadie nos lo quita!
En Pachuca, pasamos de 200, un hito el año pasado, a más de tres mil este 2020, en Ciudad de México más de 200 mil se lanzaron a las grandes avenidas, esas por donde más temprano que tarde caminarán las mujeres libres.
Nos estamos liberando de los roles y los estereotipos de género que tanto daño hacen sobre todo a nosotras, porque por supuesto es más cómodo violentar que ser violentadas.
Y es que cada vez le esta resultando más difícil al patriarcado convencernos de que los hombres son superiores a las mujeres, que ya no sabe qué hacer, y está optando por lo más sencillo, la violencia, ¡paren no ganarán nada con ello, al contrario, nos unirán en la tragedia!
Y por supuesto que está todo calladito respecto al 8 y 9 de marzo, que fueron nuestros. Ahora con lo del famoso coronavirus nos necesitan, como siempre, como sus chachas, sirvientas, esclavas, para que los cuidemos si se enferman.
Aquí les reproduzco parte del post de mi querida maestra María Martín Barranco escribió sobre “Feminismo y coronavirus”: “Como feministas y ante este virus menos letal que la violencia de género, somos las primeras que nos tenemos que cuidar, pero dejar en claro que no se puede dejar ni recargar en el trabajo de las mujeres, el cuidado que nos corresponde a todas y todos”.
Así es, lo que ya no se vale como mujer es dar todo a cambio de nada. ¿Quieren que les levantemos los mocos?, déjenos de violentar y asuman el compromiso de levantarse los mocos. ¿Quieren que les tomemos la temperatura y los mantengamos seguros en camita?, déjenos de violentar y asuman el compromiso de que sí nosotras enfermamos harán exactamente lo mismo que nosotras hacemos por ustedes.
Los cuidados y la procuración no sólo son trabajo y compromiso de las mujeres sino de todas, todos y todes y así nos tenemos que empezar a comportar desde este momento.
Así es por amor, las mujeres cuidamos a nuestra pareja y a nuestra familia, pero cuando algo que se hace por amor, se convierte en una obligación, deja de ser un acto de amor, para convertirse en eso, en una obligación, y obligados estamos todos, todas y todes.
El coronavirus es sólo una oportunidad más para demostrar nuestra fortaleza y compromiso con las y los demás, pero me estoy refiriendo a hombres y mujeres. Lo que estoy diciendo es que ellos ya no habrán de comportarse como pachas, para ser procurados y atendidos, que el feminismo ha bajado a los hombres de su pedestal para tratarlos como iguales, que sí queremos igualdad, tenemos que mirarlos como nuestros iguales.
Que a los hombres hay que quererlos en su justa medida, ni más, ni menos y nunca jamás quererlos más que a nosotras mismas.
Esta nueva emergencia mundial, es solo un pequeño alto en el camino, la violencia de género con o sin virus continua, así que nuestras demandas, nuestras exigencias y nuestro enojo ante la violencia contra mujeres y niñas continuará y se seguirá expresando, hasta que el gobierno, las instituciones y el sistema todo renuncie a la violencia y al miedo como una forma más de control y de dominación.
¡Por la vida, la libertad y la dignidad de las mujeres!
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