Efectos de la cuarentena en las niñas, niños y adolescentes
Por Sonia del Valle
SemMéxico. Cd. De México. 5 de mayo de 2020.- Con motivo del Día del Niño y la Niña, la Red de Mujeres Unidas por la Educación (MUxED) organizó la mesa redonda “Las niñas, niños y adolescentes: efectos de la cuarentena en su vida diaria” en el marco de los Diálogos Educativos que MUxED convoca en colaboración con la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey.
Silvia Ojeda, Directora de Desarrollo y Vinculación para Vía Educación A.C., fue la moderadora del panel y arrancó la sesión poniendo en el centro la problemática que enfrentan hoy las niñas, niños y adolescentes (NNA).
En el país hay más de 40 millones de niñas, niños y adolescentes entre los 0 y 17 años,
50% vive en condiciones de pobreza y el grupo etario más afectado por la pobreza es la primera infancia. Muchos de ellos no pueden continuar con la escuela, otros viven severos grados de desnutrición y/o obesidad.
Muchas niñas serán forzadas a ser esposas o madres (340 mil embarazos al año); 6 de cada 10 son educados con métodos violentos y más de 3 millones se encuentra trabajando, muchas veces en labores peligrosas.
Claudia Alonso Pesado, ex Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, habló sobre las implicaciones del confinamiento para el ejercicio de sus derechos en su proceso de socialización.
El mundo de lo público, dijo Claudia Alonso, entró a los hogares, que se han convertido en el hospital COVID19 si hay algún enfermo, el gimnasio, el área de juegos, la escuela, la estancia infantil, a pesar de tener espacios reducidos e infraestructura tecnológica precaria, en la mayoría de los casos.
Cimenna Chao Rebolledo, de la Universidad Iberoamericana, aseguró que, en una situación de crisis, es deseable que se dispongan recursos afectivos para adaptarnos a las nuevas circunstancias, y generar nuevos aprendizajes. Aprendizajes para preservar el bienestar subjetivo, individual y colectivo.
“Si sabemos aprovechar y nos abocamos a generar emociones facilitadoras como el entusiasmo y la curiosidad podríamos empezar a pensar que a lo largo de esta crisis con o sin TICs lo importante es enseñar con las emociones en el entendido que éstas van a modular la atención y la memoria”.
Explicó la importancia de priorizar los aprendizajes para generar una suerte de economía emocional y cognitiva en donde no pese tanto uno ni el otro.
“El cuidar en tanto que enseñar y aprender en un momento como este requiere que pongamos en acción la curiosidad, la indagación, el diálogo la autonomía y el respeto; el respeto a saber que los niños son niños, y no solo están para saber en la escuela o el currículum”.
Apoyarse en las emociones como la curiosidad y la sorpresa servirán para generar más seguridad que inseguridad en las NNA.
“En lugar de transmitir contenidos deberíamos aprovechar el momento para preguntar. Es momento de preguntar porque lo único que hay es incertidumbre”.
A los NNA hay que escucharlos, dijo, dialogar con ellos, dejarlos opinar, reflexionar desde la empatía para generar situaciones de colaboración y trabajo en equipo. Hay que dejarlos ser independientes, expresar sus emociones, acompañarlos, darles privacidad, y respetarlos. El que no haya TICs no significa que los niños y las niñas no aprendan.
“No se trata de reproducir el currículum y el temario. Se trata de aprender a pasar la crisis, a readaptarnos, a construir nuevos significados. Al cuidar, generamos disposición para el aprendizaje”, señaló.
“Los invito a que pensemos desde esta idea del cuidado, qué queremos generar, un estrés positivo o negativo. Emociones que obstruyan el aprendizaje haciéndoles creer que este tiempo es un castigo y que además no terminaron el temario o queremos cuidarlos y enseñarles que pausar en este momento tiene un propósito, que su colaboración es valiosa. Entonces en lugar de cultivar la desesperanza les damos esperanza y paciencia, de tal suerte que al regreso los sorprendamos con un currículum que los lleve a compartir sus experiencias para que todo esto cobre claridad”.
Patricia Vázquez, ex Secretaria de Educación de Puebla y embajadora de juego de la Fundación Lego, habló de la importancia del juego para las NNA.
“El juego es un derecho está en el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño”.
Sin embargo, señaló, si bien la mayoría de los adultos reconocen la importancia del juego para sus hijos e hijas, como lo demuestran diversas encuestas, las niñas y los niños demandan tener más espacios de juego en sus vidas.
En el Value of Play Report del 2015, el 92% de los niños indica que quiere más juego en sus vidas; 83% de los niños dicen que aprenden mejor cuando juegan; 81% de los niños “desearían” que sus padres jugar más con ellos; 93% de los niños dice que el juego los hace más felices; 56% de los niños dice que tiene menos de una hora para jugar al aire libre diariamente; 49% de los padres dicen no tener suficiente tiempo de juego con sus hijos.
El juego, dijo, tiene connotaciones sociales despectivas a pesar de ser no solo un derecho sino una actividad con gran potencial para aprovecharlo sobre todo en este momento.
“Tenemos que hacer un grandísimo esfuerzo para recolocar la importancia del aprendizaje a través del juego”.
En este momento, dijo, hay que descolocar la insistencia del aprendizaje curricular y ocupar el tiempo justo en conversar con las niñas y los niños, hacerles sentir que tienen voz, que se vale estar cansados, que se vale estar cansados de las clases por televisión y tenemos que ocupar estos tiempos para bajar la intensidad.
Aseguró que cuando regresen al proceso escolarizado se podrán recuperar los aprendizajes curriculares; mientras tanto se requiere darle mas importancia al juego, realizar juegos de mesa, hacer guiones, dibujar, repasar palabras, hacer periódicos murales o inventar juegos.