Elia Estefanía Martínez Sánchez
SemMéxico, Guadalajara, Jalisco, 31 de marzo del 2023.- El Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias se aprueba por parte del Senado de la república mexicana, a través de reformas a la ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, esto con el fin de garantizarles el goce de pensión alimenticia, con este instrumento se concentrará información sobre el incumplimiento de deudores y acreedores, por lo que, el certificado de “no inscripción” en esta base de datos será requisito para realizar trámites como obtención de licencias, permisos para conducir, pasaportes o participar en candidaturas a cargos de elección popular así como no poder salir del país, entre otros.
La creación de este registro es el resultado de años de lucha de mujeres que han reclamado la irresponsabilidad de sus exparejas hacia sus hijas e hijos, siendo una medida afirmativa en un contexto mexicano en donde según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de cada 10 divorcios siete padres no cumplen con la pensión por manutención.
En México, por cada 10 matrimonios hay 3 divorcios y 3 de cada 4 hijas/os de una pareja divorciada no reciben pensión alimenticia, además 33 de cada 100 mujeres en México de entre 15 y 54 años, son madres solteras, lo anterior, en un contexto generalizado de violencia machista psicológica, física, sexual, laboral, feminicida, en donde las mujeres históricamente han cargado con el cuidado de las y los hijos, esto bajo la dinámica de un sistema patriarcal en donde algunos hombres desde sus privilegios han decidido simplemente ser padres ausentes y no aportar económicamente al cuidado y desarrollo de las y los hijos (en muchos casos tampoco emocional, educativa ni afectivamente).
Ellos, no justifican sus ausencias como responsables alimenticios, sin embargo, han seguido muy presentes violentando a sus exparejas, amedrentándolas, intimidándolas y acosándolas, chantajean constantemente a sus hijas/os haciéndose las víctimas ante ellas y ellos, expresándose violentamente sobre sus madres, buscando desacreditarlas, por dar algunos ejemplos estos hombres escriben en sus redes sociales lo malas que fueron con ellos durante toda su relación, dicen que ellos fueron las víctimas cuando es evidente por las denuncias que resguardan en sus expedientes jurídicos que ellos han sido agresores de sus exparejas, algunas veces salen a pasear con sus hijas e hijos, y hasta con lágrimas en los ojos manipulan sus “afectos” para “invisibilizar” su irresponsabilidad económica con alguna salida al cine o a comer, en ocasiones ponerles una recarga, o comprarles un juguete, muchas veces acompañado de tapizar sus redes sociales con fotos en donde salen con sus hijas e hijos, jactándose se ser los mejores padres del universo diciendo que les aman.
Sin embargo, cuando se les exige un ejercicio responsable de la paternidad ante los juzgados que incluye claramente el aporte económico para las necesidades de subsistencia de sus hijas e hijos estos sujetos llevan a su abogado y son capaces de ponerse a llorar (nuevamente como lo hicieron con la expareja, sus hijas/os, sus conocidas/os, etc) ante policías investigadores, los ministerios públicos, ante los jueces ante todos los actores posibles para que los ayuden a NO APORTAR un solo peso para el cuidado de sus hijas e hijos.
A lo que se procede a explicarles que el derecho a los alimentos también incluye otorgar lo necesario para que sus hijas e hijos (aquellos que tanto dicen amar) puedan continuar con sus estudios y sano esparcimiento para su desarrollo, es decir, la Suprema Corte destaca que el alimento implica todo aquello que es necesario para que puedan desarrollarse dignamente y con una calidad de vida.
