Ya no disponía de tanta credulidad ingenua e infantil.
Stefan Zweig.
Florencio Salazar
SemMéxico, Chilpancingo, Guerrero, 27 de febrero del 2013.- Miles de ciudadanos ocuparon la plaza de la Constitución y las calles que en ella desembocan en defensa del INE. Datos de diferentes participantes señalan que medio millón de personas se reunieron en el centro histórico de la Ciudad de México. Además, hubo manifestaciones en más de 100 ciudades de la República. Fueron inútiles los intentos para desacreditar las movilizaciones al querer calificarlas como actos de apoyo a García Luna.
El “plan B” para convertir al INE en un órgano supeditado al presidente de la República tiene al menos dos propósitos: primero, AMLO pretenderá perpetuarse en el poder sin aceptar lo que, en su momento, disponga el voto mayoritario; y, segundo, hará todo lo que esté a su alcance para que haya “elecciones” a su modo con el INE deformado (preferentemente sin él). Esperamos que la Corte dé palo al “plan B”, pero ello no significará necesariamente que el régimen se someterá a las resoluciones judiciales.
Conviene reflexionar. Moviliza-ciones como la ayer domingo y la del 13 de noviembre pasado, hubieran cimbrado a un gobernante demócrata. Pero Andrés Manuel López Obrador no es demócrata y lo demuestran sus actos y amistades cercanas: Trump, Cuba, Venezuela, el depuesto presidente de Perú y su acercamiento con Putin. Disculparán una obviedad: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Además de que el presidente no es demócrata tampoco es sensible a su entorno, a lo que ocurre en el corazón político de Estados Unidos. La revista The Atlantic ha publicado: “El presidente Andrés López Obrador conduce a México hacia una deriva autoritaria que pone en riesgo las elecciones de 2024 y que abrirá más espacios a grupos criminales que afectan también la seguridad de Estados Unidos”. El influyente analista David Frum señala que López Obrador “está subvirtiendo las instituciones que defienden los logros democráticos de México”. (El Diario, 22-02-23). El senador Robert Méndez ha pedido al presidente Biden que condene el “plan B”. “Tenemos la responsabilidad –dijo Méndez– de reunir a la comunidad internacional para condenar rápida e inequívocamente este retroceso democrático entre uno de nuestros socios democráticos más cercanos”. (El Financiero, 21-12-2022). Senadores y representantes demócratas y republicanos han expresado su preocupación por la posible implantación de cambios en el INE. Diarios como The Washington Post, The New York Times y El País han cuestionado los ataques sistemáticos al órgano electoral. Al parecer el presidente López Obrador no advierte el significado de esos mensajes.
Y no es que el presidente sea necio o testarudo: es un ayatola. En sus manos está la ley; él es el profeta que conducirá México hacia la tierra prometida. Lo adverso es conspiración y al presente, corrupto y neoliberal lo vencerá a golpes de voluntad. Con el pasado polariza a nuestra sociedad. De ahí que su gobierno sea inédito. No es la reelección de Benito Juárez ante el II Imperio; tampoco el Maximato que evitó levantamientos militares mientras se construía la institución presidencial; y tampoco el ogro filantrópico del régimen priista. La prolongación del poder tuvo sentido en medio de la guerra, de la anarquía y de una revolución triunfante. Ahora es la ambición de poder de un hombre único, irrepetible y, por lo mismo, que se estima indispensable para servir al “pueblo sabio”.
Por eso se debe evitar el espejismo. Las protestas masivas de noviembre y febrero muestran la indignación de millones de mexicanos ante la amenaza a nuestro sistema democrático. Pero son las expresiones de un movimiento. Se trata de la concurrencia de diferentes clases sociales e intereses en defensa de un interés común, que carece de articulación orgánica. Por el contrario, Morena se integra en la figura central de AMLO, favorece intereses de grupo, dispone de los puestos de la administración federal, de 22 estados, así como de los diversos recursos económicos a los que puede acceder. Su base está constituida por la mayoría de pobres del país, a los que entrega dinero improductivo y cuenta con los empleados federales del ejército de servidores de la nación para presionar, casa por casa, a los electores.
Quienes coordinan las relaciones y acciones de sociedad civil y partidos políticos deben considerar dos cosas: apoyar a la candidata de la Alianza en el Estado de México, fundamental para el triunfo en las elecciones presidenciales. El Estado de México es la antesala de Palacio Nacional. Será un grave error no analizarlo. Además, la alternativa representada por la corrupta ex alcaldesa de Texcoco (Morena) no deja margen para pensarlo mucho. Y la otra, que legisladores federales y locales de oposición, líderes sociales, empresariales, etc., asistan a estados, municipios, comunidades y organizaciones diversas a informar del atentado al INE e integrar comités de defensa ciudadana por la democracia.
Hay que articular acciones calendarizadas hasta el día que permita la ley electoral. El arte de la política se muestra en la capacidad de improvisación y respuesta ante hechos inesperados; pero también utiliza herramientas de planeación, evaluación, objetivos y resultados en una línea de tiempo. La política del azar es para los improvisados. Toca hacer política cercana a la gente con plan y estrategia. Lo que está en juego no admite ocurrencias ni demoras.