Lorena Díaz
SemMéxico, Guadalajara, Jal; 10 de junio de 2022.- Hace unas semanas el Consejo Nacional de Población (CONAPO) publicó un cartel con el contenido de “Yo decido ¡Evitar riesgos!” Como parte de su campaña para la prevención del embarazo adolescente. Dicho cartel muestra a una adolescente rechazando una botella de cerveza compartiendo un mensaje donde al no tomar alcohol ella decide no tener un embarazo no deseado.
Lo anterior es indignante, problemático, estigmatizante y machista. De ninguna manera funciona como parte de una campaña que busca prevenir el embarazo adolescente, en donde cabe resaltar que México es un país cuyos indicadores de esto han ido en aumento alarmante en los últimos años acentuándose este crecimiento por las condiciones de confinamiento derivadas por Covid-19. Tan solo para el año 2020, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), se registraron 373,661 embarazos en edades de 15 a 19 años, más de 1000 embarazos por día, dato que como ya se indicó estará incrementándose para este año.
Si bien, es necesario y urgente crear mecanismos para la atención, prevención y erradicación del embarazo adolescente, este tipo de acciones que forman parte de las estrategias de la CONAPO, solo señalan a las adolescentes como culpables de “quedar embarazadas” si deciden consumir alcohol, cómo si el hecho de la prevención del embarazo solo correspondiera a la elección de las adolescentes de consumir alguna sustancia, dejando fuera su responsabilidad como Estado de brindar herramientas que realmente protejan a las adolescentes y generar los mecanismos correspondientes para atender esta problemática de una manera
integral.
Este cartel revictimiza, ya que las causas del embarazo adolescente son múltiples y existen diferentes actores responsables de esto, no solo las adolescentes. En la mayoría de los casos ellas son víctimas que además deben de transitar por prejuicios, estigma, desigualdad de condiciones y violencia obstétrica.
México es el país número uno en abuso sexual infantil, que año con año va en incremento, esto tiene mucho que ver con los indicadores de embarazo adolescente, muchos de los embarazos provienen de situaciones de violencia en donde no tiene nada que ver el consumo de sustancias ni la forma de vestir, la niñas y adolescentes están siendo violentadas en sus hogares por personas conocidas.
Aunado a ello, se suman factores como poca o nula educación sexual integral en espacios educativos o familiares que limitan recibir formación para la prevención para las y los adolescentes, pobreza, diferentes tipos de violencia, entre otros.
Es indignante que organismos especializados en la atención del embarazo adolescente del Estado como la CONAPO realicen este tipo de acciones que son un retroceso, invitan a incrementar la revictimización e insensibilizar sobre una problemática urgente de atender que afecta a todas nuestras niñas y adolescentes.
Hoy, por ejemplo, no existen campañas que sean dirigidas a los hombres en donde se le diga “Yo decido” no abusar, no violar, respetar un no, información del consentimiento, para la prevención del embarazo adolescente como corresponsable de esta situación. No existe una mirada integral en esta campaña que permita realmente prevenir, sensibilizar y visibilizar esta problemática como parte de un hecho mucho más complejo que solo consumir alcohol, se requieren acciones integrales, las niñas y adolescentes no deberían ser madres, el que lo sean es responsabilidad del Estado.
Lore Díaz
Mtra. en Psicoterapia Interdisciplinar
Colaboradora de Cladem Jalisco