Angélica de la Peña
SemMéxico, Cd. de México, 17 de febrero, 2025.- Oímos quejas por todas partes, somos en realidad muy quejumbrosos y quejumbrosas. Pero hay poca acción para corregir lo que nos molesta, aunque el estado de cosas nos esté llevando a un deterioro en nuestras vidas.
Que la inseguridad está sin control en todas partes. Que ya ninguna carretera es segura. Que a nuestras jóvenes hijas e hijos no les gusta que les llamemos al celular nomás llegan las 10 de la noche para saber que están bien y no dormimos hasta que llegan.
Que si todo está carísimo, comenzando por la gasolina que nos dijeron hace seis años que no iba a subir porque tendríamos la mejor y más fregona refinería en Tabasco, donde el gobierno de López Obrador derribó impunemente más de 12 mil de metros cuadrados de manglares, y el ecocidio también se perpetró contra la península de Yucatán con un tren en medio de las selvas y biosferas; hay que decirlo para no olvidar: López fue un peligroso autoritario; y lo dejamos hacer y deshacer.
Que si hoy llegamos todas porque ya logramos una mujer sea presidenta, aunque sólo participen las disciplinadas mujeres de su partido.
La lista de mentirillas es muy larga. Pero lo más amenazante es la instauración del partido único con adeptos asombrosamente disciplinados; de facto es una vuelta a la etapa de Santa Anna, al siglo XIX, antes de la aprobación de la Constitución de 1857 que estableció la división entre los tres Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; invocó los derechos humanos y la no reelección; los principios del liberalismo que caracterizó al pensamiento de la Ilustración.
La Constitución de 1917 reafirma lo avanzado y establece garantías sociales, y una legalidad para la paz; en 1953 se reconoce con justicia el voto de las mujeres y poco a poco otros derechos inscritos en el derecho internacional de los derechos humanos.
¿Dónde estamos ahora, respecto a estas causas y estos derechos?
Los análisis señalan que los partidos con registro no lograron detener los humos autoritarios. La elección de junio pasado dejó en la mayoría, desanimo e inmovilidad.
En la realidad ya no están debidamente organizadas todas las voces de la inconformidad; pero ¡ojo!, no podemos seguir así, hay que construir alternativas.
Lo sensato, plausible y legal, es tomar decisiones hacia la ruta de la construcción de nuevos compromisos políticos donde se exija con ímpetu, ejercicio de derechos y deberes, para restituir una convivencia pacífica donde las niñas y los niños estén seguros en su hogar, en su escuela y en las calles.
Urge vindicar que los derechos, son derechos humanos; la real división de poderes, y la reconstrucción de instituciones que estén del lado de la gente vigilando la rendición de cuentas de quienes están en los ámbitos gubernamentales. Porque las causas que se establecieron en 1810, 1857 y 1917, hoy están a la deriva. La regresión a la que nos está llevando Morena con su segundo piso de la 4T, en realidad es a la época de Antonio López de Santa Anna.
Necesitamos dejar la pasividad. Empiezo por mi. He tomado la decisión de atender la invitación a afiliarme a SomosMX, el nuevo partido que plantea, entre otras causas, la efectiva división de Poderes y un Estado de Derecho que no discrimine a nadie. Este fue el motivo de los constitucionalistas del Siglo XIX, quienes con generosa mirada de futuro, sentaron las bases de nuestra República mexicana, hoy vilipendiada.
- Defensora de derechos humanos