Dulce María Sauri Riancho
SemMéxico, Mérida, Yuc., 22 de enero, 2025.- “La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de hoy, nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo”. “El futuro es nuestro y nuestra edad de oro acaba de empezar” —frases inicial y final del discurso de toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos 2025-2029.
No fueron más de 30 minutos durante los cuales el 47o. mandatario estadounidense desveló su visión del mundo y de la nación que desde hoy encabeza.
¿Cuál es la “edad de oro” que avizora Donald Trump para los Estados Unidos? ¿Es compatible su idea con la de una posible “edad de oro” de la humanidad? Expresiones sacadas del arcón de la historia del siglo XIX salpicaron su intervención bajo el frío enero de la mitad de la tercera década del siglo XXI: Destino Manifiesto, Día de la Liberación, Expansión, Ambición como “savia de una gran nación”, y el compromiso de “restaurar” la grandeza del país.
La “edad de oro” es un concepto que tiene múltiples aplicaciones históricas, culturales, mitológicas e incluso políticas. Es una etapa idealizada de abundancia, armonía y progreso colectivo. Por ejemplo, para Atenas, en el siglo V a.C., la época dorada implicó el apogeo de la democracia, la filosofía, el teatro, la arquitectura.
Para el islam, lo fue el periodo comprendido entre los siglos VIII y XIII, en virtud de los grandes avances científicos, culturales y artísticos en los territorios bajo su dominio. El Siglo de Oro en España fue el del poder imperial, cuando en sus dominios “no se ponía el sol”, entre los siglos XVI y XVII.
¿Cuál es la “edad de oro” de los Estados Unidos para Trump, el periodo de su historia que quiere emular? Algunas pistas las da otro concepto que, agregado, perfila su visión del próximo futuro. Me refiero al Destino Manifiesto, aquella etapa de crecimiento territorial, económico y político de los Estados Unidos durante el siglo XIX.
Fue el tiempo en que se justificó la expansión territorial frente a otras potencias y naciones: Inglaterra, Francia, México, entre otras. Fue también el periodo de las tensiones internas por el avance de la esclavitud y por el desplazamiento y sometimiento de sus pueblos originarios, con políticas como la Ley de Remoción de Indígenas.
En nuestro país despierta especial sensibilidad cuando se recuerda la etapa del despojo de más de la mitad del territorio nacional por una guerra injusta y desigual, así haya acontecido hace más de 170 años.
La añoranza de Trump por esa etapa de la historia estadounidense fue enfatizada por su anuncio de “devolverle” el nombre a la montaña más alta de América del Norte. En 2015, Barack Obama, mediante Orden Ejecutiva, había restablecido el nombre ancestral de la tribu inuit, habitantes originarios de Alaska: Denali.
Trump vuelve a cambiarlo para evocar al personaje que fue el presidente número 25 de los Estados Unidos, William McKinley. Bajo su mandato culminó la guerra con España, cuya derrota tuvo como consecuencia la ocupación de Puerto Rico, Guam y las Filipinas, además de la presencia estadounidense en Cuba.
Asesinado en 1901, su sucesor fue Theodore Roosevelt, muy conocido en América Latina por la política del “Gran Garrote”. Dicen que explicaba: “Habla suavemente y lleva un gran garrote; así llegarás lejos”. Esto es, combinaba una diplomacia aparentemente tranquila con la amenaza o la utilización de una fuerza militar contundente. Ejemplos de esta política de inicios del siglo XX sobran en Centroamérica y el Caribe, en especial en el Canal de Panamá.
¿Intentará Trump aplicar la política del Gran Garrote para cumplir el Destino Manifiesto de los Estados Unidos en la tercera década del siglo XXI? Hubo varias amenazas: despojar a Panamá de su canal, construido en su territorio. Declarar a los cárteles organizaciones terroristas, con la autorización para su combate doquier se encuentren. Cambiar el nombre del Golfo de México.
La nueva Edad de Oro que anuncia el presidente Trump para los Estados Unidos augura competencia y conflicto. Es un juego de Suma Cero. Sin ambages, el nuevo presidente augura que los beneficios estadounidenses se lograrán a expensas del deterioro del resto del mundo. Política de aranceles, revisión de todos los acuerdos comerciales suscritos, incluyendo desde luego al T-MEC; proteccionismo económico. ¿Es sostenible un modelo de desarrollo fincado en la desigualdad mundial?
El cambio climático
Negar el cambio climático no libra a los estadounidenses de sus manifestaciones más violentas: incendios, sequías, inundaciones. Retornar al modelo de la extracción acelerada de hidrocarburos, combatir la producción de energías renovables, denunciar el Acuerdo de París para continuar enviando gases a la atmósfera, compromete el futuro de las nuevas generaciones y con ellas, el de la humanidad.
En lo inmediato, México seguirá en vilo con el tema de los aranceles hasta el 1 de febrero. La declaratoria de emergencia en la frontera tuvo sus primeras consecuencias en la cancelación de las citas a migrantes desde las 2 de la mañana del lunes pasado.
Queda pendiente la aceptación por parte de las autoridades mexicanas del restablecimiento de la política “Quédate en México”. Las deportaciones masivas de mexicanos residentes de largos años en Estados Unidos y la reanudación de la construcción del muro forman parte de este “paquete” migratorio.
Las mujeres y sus causas, los derechos humanos en Estados Unidos y en el mundo fueron desplazados del discurso inaugural del presidente Trump. ¿Cejarán en sus legítimas luchas en estas horas aciagas? El ala amplia del oscuro sombrero de Melania Trump y su austero atuendo anticipan el papel de las mujeres en este segundo mandato de su esposo.
Modelo extractivo, depredador de los recursos naturales, inmediatista. Todos estos calificativos podrían describir la visión del nuevo presidente de los Estados Unidos acerca del futuro en los próximos cuatro años.
Lo que sigue
¿Qué sigue después de descomponer aún más el mundo? Viajar a Marte. Con sus socios Musk (Space-X) y Bezos (Blue Origen) Trump se apresta a financiar la aventura de los viajes espaciales. La nueva Oficina de Eficiencia Gubernamental se encargará de eliminar las molestas regulaciones que, en algún momento, pueda intentar imponer el gobierno. Tienen dos años efectivos, antes de la elección de la Cámara de Representantes en noviembre de 2026, que puede cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso estadounidense. ¿Qué podrá suceder en los próximos 24 meses? ¿Y mañana?
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Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán