Es constante, desde hace casi dos décadas, la puesta en duda de los índices de la economía boliviana en una pugna política incansable y cortoplacista que ciega y ensordece hacia realidades próximas y también globales.
“¡Gloria y honor! Oh, Reina del Carmelo, ¡canta mi voz con plácido fervor!”: a coro, se cantó en alguna de las procesiones que se han realizado este fin de semana en gran parte del mundo católico, desde España y hasta sus excolonias, con la Virgen del Carmen en andas de sus fieles, una virgen que, en La Paz, Bolivia, se le llama también la “Virgen Revolucionaria”.
Los círculos cerrados y endogámicos no permiten conocer otras posturas y conocimientos. Lamentablemente, en los medios de comunicación bolivianos esa es la tendencia