- En 40 años han cambiado la vida de unas 5 mil personas en cuatro décadas
- Con un enfoque de justicia social y no asistencialista se atiende la discapacidad
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Oaxaca, 16 de julio, 2024.- Flavia Anau sostiene que las personas con discapacidad “ya tienen el bastón de mando”, ellas y ellos mismo pueden generar sus propios intereses y exigir sus derechos, y han cambiado el leguaje legislativo y administrativo de los gobiernos, “un camino largo donde todavía hay muchos retos que vencer”.
En una rápida revisión a los 40 años de Piña Palmera Centro de Atención Infantil, una asociación civil asentada en la agencia municipal de Zipolite, Pochutla, en la costa del Pacífico mexicano, fundada en 1984 por el médico Frank Douglas, sostiene que su trabajo no beneficencia sino del reconocimiento de los derechos humanos de las personas con discapacidad, favoreciendo al menos a cinco mil personas.
Flavia Anau, actual coordinadora general de Piña Palmera, dice que llegó hace más de tres décadas a este lugar y se quedó desde entonces porque ella cree en la “justicia social” una a la que las personas con discapacidad de comunidad rurales no tienen acceso, y a través de su trabajo ayudan a acceder a tener sus derechos.
En entrevista, durante el Foro regional Los sistemas de cuidados y apoyo para la vida independiente, desde el modelo de derechos humanos, Anau refiere que estos 40 años de vida, han enfrentado muchos obstáculos, incluyendo los desastres naturales y la devastación que dejaron al menos cinco huracanes.
Pese a todo siguen adelante, desde aquellos primeros años cuando se estableció Piña Palmera, observaron que había mucha necesidad, en las comunidades rurales inmdígenas encontraron a personas con discapacidad sin atención y en condiciones difíciles, así que desde un enfoque distinto lograron su inclusión y que las autoridades también entendieran su papel.
Así que el trabajo no sólo se concentra con las personas con discapacidad, sino también con las autoridades, personal docente de las escuelas, el personal médico y con las propias familias, eso ha permitido que las personas con discapacidad también aprendan a exigir y tener acceso a sus derechos, ser autónomos, “obviamente falta muchísimo”.
Señala que, aunque las discapacidades afectan casi por igual a mujeres y hombres, ellas viven una discriminación mucho mayor, no tanto al interior de la familia como en la comunidad, además, son más las cuidadadoras que los cuidadores.
Hoy las autoridades nos acompañan a las comunidades en las visitas que realizamos, se comprometen para lograr el acceso de las personas con discapacidad garantizando su transportación, al igual que en las escuelas tienen una perscepción distinta sobre el acceso de las niñas y niños a este derecho y en muchos Cabildos hay personas comprometidas, pero lo fundamental ha sido involucrar a las familias en las tareas. Al mismo tiempo lamenta que algunas creencias religiosas impidan la inclusión social de personas con discapacidad.
En Piña Palmera hay talleres donde se involucran las personas con discapacidad o sus familias a través de talleres para la elaboración de productos artesanales de madera, mantelería y servilletas, cuadernos de papel reciclado o jabones, aceites y shampoos de productos naturales de la región, como el coco, así como un taller de bicicletas adaptado a personas con discapacidad, cuyas ventas ayudan a las familias y a la institución.
De esta convivencia, en un espacio esencialmente comunitario, han surgido parejas que se casan, tienen sus familias y ejercen lo que ahí se les enseña: la autonomía. Se convierten en protagonistas de sus acciones productivas de su sistema de cuidados que también ha sido elaborado por ellos y ellas mismas.
Este año, al cumplirse cuatro de décadas de trabajo, la asociación civil anunció este lunes una recaudación de fondos que les permita continuar con su programa cuyo enfoque es totalmente opuesto a otras iniciativas, como Teletón, cuyo modelo es totalmente médico y de asistencia.
En Piña Palmera, reitera orgullosa, el enfoque es social y de derechos, basado en una estrategia de inclusión en y con la comunidad, cuyo modelo de rehabilitación se inició en los años sesenta. Un enfoque que se modificó considerando el contexto de la región
Con la recaudación esperan conseguir unos cuatro millones y medio de pesos para atender a 385 personas con discapacidad que viven en seis municipios aledaños.
SEM/sj