Diana Miloslavich
Si la proyección es de 150 mil empleos, lo menos que podemos pedir es que haya paridad o cuotas femeninas
SemMéxico, Lima, 17 octubre 2017.- En el Perú, el fenómeno denominado “Niño Costero”, ocasionó inundaciones de enero a abril en ciudades como Huarmey, Piura, Trujillo, Tumbes y Lima por las precipitaciones pluviales intensas que ocasionaron una zona de desastre y miles de damnificados y damnificadas entre enero y abril del presente año.
Sin duda, los desastres que afectan el Perú han evidenciado la alta vulnerabilidad y el riesgo que tiene la población y sobre todo las mujeres, jóvenes, niños y niñas y personas con discapacidades. Recuperar sus medios de vida, sus áreas de producción y servicios básicos tomará su tiempo. Esperamos también que los mecanismos de vigilancia ciudadana y rendición de cuentas que se generen tomen en cuenta a las organizaciones de mujeres.
Por ello, una inversión importante del Estado en los próximos años se dará en el norte del país en el llamado Proceso de Reconstrucción Con Cambios. Se han asignado 25,655 millones de soles, de los cuales el 77% estará en infraestructura afectada, el 21% en obras de prevención y ordenamiento urbano y el 2% en generación de capacidades. Tremendo desafío, que despierta preocupaciones desde diferentes miradas y enfoques. Una inyección a la economía regional de esa magnitud, moverá la economía, lo cual es cierto, pero no nos garantizará la democratización de los beneficios de la inversión pública para las mujeres. Por ello, si la proyección es 150,000 empleos, lo menos que podemos pedir es que haya paridad o cuotas femeninas en ese sector. Esta propuesta, conforme vamos presentándola no tiene resistencias y servirá para que las mujeres damnificadas y afectadas en el norte accedan a los trabajos de construcción civil fundamentalmente.
La inversión inicial de 5,446 millones destinada al retiro de sedimentos de ríos y quebradas, reforestación y drenajes pluviales también podría incluir trabajo femenino. Por ello proponemos que la Autoridad Nacional para la Reconstrucción, el Ministerio de la Mujer y los gobiernos regionales y locales consideren que los efectos han sido diferenciados y que hay que garantizar el empleo femenino en el proceso de reconstrucción y desarrollo sostenible.
Esto significaría que 50,000 hogares tendrían un ingreso asegurado en los próximos años mientras dura la reconstrucción. En lo inmediato, no hay mucho que escoger y las mujeres y jóvenes necesitan recuperar los medios de vida que han perdido. Para ello se necesitara también convenios con SENATI para capacitar a las mujeres y jóvenes interesadas en entrar en la construcción, como ya lo hicieron en otras regiones.
En la selección de entidades públicas se han utilizado criterios para definir quienes tienen capacidad de ejecución de obras públicas, y para ello hay una primera selección: 5 ministerios, 289 gobiernos locales y 10 gobiernos regionales, nosotras pensamos que además de los criterios, establecidos para definir a las entidades, en esta fase, se necesita tomar en cuenta los enfoques de desarrollo sostenible y de género. Una garantía del proceso será el diálogo franco con los gobiernos locales, regionales, y la sociedad civil que jugó un papel ejemplar en el momento de la emergencia, mecanismos amplios, abiertos y transparentes para el seguimiento, vigilancia y una Contraloría con recursos que pueda realizar su trabajo. Una voluntad de escuchar a la sociedad civil que es decisiva en las emergencias y poco tomada en cuenta en las reconstrucciones.