* Los colectivos feministas replican con otra imagen fuerte y bastante menos tierna, la de las » granjas de mujeres reproductoras».
*La gestación subrogada no es como se ha dicho, una técnica de fecundación.
Eva Disidente
SemMéxico. Cd. de México. 3 de marzo de 2017.- Muchas feministas han salido al paso de lo que denominamos «operación asepsia» con una lluvia de sinónimos no menos descriptivos : » mujeres horno » , » incubadoras humanas», » comercio de vientres», hasta culminar en el más rompedor , el que da nombre a la web : » No Somos Vasijas», donde puede leerse un manifiesto con las 10 razones por las que están radicalmente en contra de la regulación la lucha en el marco conceptual se extiende a la representación de la realidad. Los partidarios de la regulación hablan del «exilio reproductivo» al que se ven abocadas las parejas Europeas por no ser reconocida una realidad que ya trae en esos países un millar de niños al año.
Los colectivos feministas replican con otra imagen fuerte y bastante menos tierna, la de las » granjas de mujeres reproductoras» ,todas, pobres, muchas reincidentes, que han encontrado en el alquiler de su vientre un modo de subsistencia. En este » mercado de vientres» sostienen, difícilmente veremos una mujer rica gestando para una pobre.
Otras voces se alzan para reclamar un debate limpio, amplio y en profundidad sobre las implicaciones que una posible regulación podría tener desde la perspectiva de los principios de la bioética. La gestación subrogada no es como se ha dicho, una técnica de fecundación. La gestación para otros es posible gracias a la técnicas reproducción asistida, pero no todo lo que la ciencias capaz de hacer debe estar permitido. Como no lo está aplicar los avances de la manipulación genética sobre las células germinales. Desde la bioética se recuerda que uno de los principios fundamentales en la regulación de los progresos de biomedicina es que el cuerpo humanos y su material genético no pueden ser objeto de transacción comercial. Es el principio que impide que haya, por ejemplo comercio de órganos.
Homosexuales y feministas han mantenido una tenaz lucha para que les sean reconocidos sus derechos. El enfrentamiento que ahora los separa es un buen ejemplo de cómo en ocasiones, las reclamaciones de reconocimiento y de redistribución pueden llegar a colisionar .Unos hablan de libertad , las otras de que no hay libertad sin igualdad.
Los favorables a la legalización ponen énfasis en la necesidad de respetar el derecho a la maternidad de quienes no pueden gestar por sí mismos y la libertad de las partes para consentir un transacción acordada.