Presentan en Nuevo León el libro/crónica/reportaje de Soledad Jarquín Edgar
Agradecimientos a quienes colaboraron y hacen posible esta presentación
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“… quería volar hasta donde estabas, quería abrazarte, coser cada herida de tu cuerpo, cerrar los orificios de las balas, recoger tu sangre, mirarte a la cara, volver a escucharte decir: mamita chula… quería que no fuera cierto”.
SemMéxico, Monterrey, Nuevo Léón22 de agosto, 2025
Juana María Nava Castillo*
Las 13 balas que atravesaron el cuerpo de Ma. del Sol
Lo primero que vi del libro fueron las fotografías. Soledad me lo pidió aquella tarde del pasado mes de junio durante un trayecto por los caminos del majestuoso estado de Oaxaca. Recién habían pasado siete años del crimen de María del Sol.
Cada vez que abro el libro, me regreso a las fotos, a ver su sonrisa y a imaginar su vida de apenas 27 años. ¡Pienso en tantos sueños que a esa edad pueden tener las jóvenes! Veo su cara, y luego, la realidad: ver a su madre en las imágenes cargando una cruz, cargando una maleta llena de simbolismo y de coraje, en búsqueda de justicia, traspasando los caminos de Oaxaca y de México.
He visto la cara de Soledad, desde aquella noche, en que rodeada de cientos de flores, muchísimos girasoles, yacía el cuerpo de Solecita en aquella capilla fría, y cálida a la vez, por tanto amor que las personas manifestaban por ella y por su familia.
He visto la cara de Soledad, y siempre tengo la sensación de que nunca, nunca he encontrado las palabras precisas para decirle algo que aligere ese dolor. Ahora, con su descripción, como lo hace de muchas formas en estas páginas, traté de hacer una recopilación y comprender el por qué. Y no, no se puede. Entendí que el duelo es sólo y únicamente de ella, cuando expresa:
“Ese dolor se me quedó en el cuerpo, está dormido, a ratos nada entre mis lágrimas. Dolor y lágrimas que de vez en cuando se ponen de acuerdo para ahogarme. Las mujeres que saben de ese dolor hablan de cómo una misma lo transforma. No lo sé, lo guardé aquella mañana para que nadie más lo viera. Aquí está, se metió en mi alma, aquí está ese dolor que revive frente a la injusticia”. (Pág. 31).
(Es como una) ”… sensación de caída en el abismo por la pérdida del sentido de la vida… Esa sensación de orfandad, es una brasa ardiendo que se aviva, nunca se apaga”. (Pág. 111).
“… mi corazón se había vuelto loco otra vez, en lugar de sangre, empecé a visualizar que estaba bombeando agonía”,… cuando regresó a Juchitán. (Pág. 113).
Y así, lo hace de muchas otras maneras en la pág., 29, la 30, la 92….etc., etc.
Pag 29 “… lloré por dentro, como lloro ahora, en ese silencio que abraza mi dolor profundo, que me apapacha y mece como si tuviera brazos para hacerlo”
Pag 30 “… quería volar hasta donde estabas, quería abrazarte, coser cada herida de tu cuerpo, cerrar los orificios de las balas, recoger tu sangre, mirarte a la cara, volver a escucharte decir: mamita chula… quería que no fuera cierto”.
Pág. 92. tu ausencia tiene nombre y no sé cuál es”….. repasa de nuevo esa madrugada y señala que “para calmar mi angustia pienso que no te diste cuenta, que tu sonrisa estuvo intacta hasta el último momento…. “
Soledad, como muchas otras madres en este país, no merecen enfrentar este dolor y dedicar su vida a luchar por la justicia de una hija asesinada o desaparecida. Lo hemos dicho reiteradamente: ninguna madre tendría que levantarse para ir a tocar puertas y enfrentarse a un sistema indolente y corrupto, y ella lo ha hecho, no solo como madre, sino como periodista que investiga hechos, nombres, cifras, en la tarea más difícil de su vida.
Conoció, cito textual: “como es por dentro el monstruo social que asesina y a la bestia institucional que calla, que nos tortura y nos vuelve a asesinar”. Pág. 101.
Enumera trece calificativos para las instituciones de todos los niveles, mezclados entre sí: “impunidad, omisiones, letargos, falta de capacidad, total ausencia de voluntad, silencios cómplices, corrupción maloliente, investigaciones ejecutadas sobre las rodillas, negligencias, indignidad, falta de humanidad, deshonestidad galopante e ilegalidad”.
Son, dice, los trece conceptos que definen el dolor de las trece balas que atravesaron el cuerpo de María del Sol.
Y sin embargo, su búsqueda de justicia no ha parado desde aquel 2 de junio de 2018. Desde ese día que tuvo que reconocer a su hija, empezó a escribir. Quizás ustedes hayan leído algunos diálogos con María del Sol, que también están aquí, en este libro. Desgarradoras letras, por ejemplo, explicándole a su hija, su propia muerte. (Pág. 37).
Pero en estas páginas también nos relata una serie de hechos, de atrocidades, para dejar evidencia. Para que nuestra memoria no olvide que ella, como muchas mujeres en este país, ni tiempo tienen para vivir su duelo. Cuando el luto está enmarcado de violencia, deben sacar fuerzas para luchar por la justicia.
María del Sol, como ya sabemos, era fotoperiodista. Trabajaba en la Secretaría de Asuntos Indígenas, y su jefe la había enviado a cubrir la campaña de su hermano en Juchitán. Estuvo expuesta en uno de los municipios más violentos del país, el noveno en ese momento, de acuerdo con las estadísticas. Su feminicidio fue uno de los 3 mil 700 ocurridos en el país durante el año 2018.
Y Soledad, su madre, entreteje sus palabras para describirnos cómo ha sido el poder en esa región (que bien puede ser ejemplo de otras zonas del país), sus disputas, sus protagonistas desde hace varias décadas y hasta la actualidad. Cual novela política, donde en algún momento todos parecen estar contra todos, pero al mismo tiempo negocian, los une la ambición, se alían, se alinean, callan. Se forman redes de complicidad, pero también se aniquilan. Los apellidos se repiten y repiten por generaciones.
Y cuando trasciende las fronteras de Oaxaca, decepcionada por la negligencia, la inacción, la indolencia, la ineptitud, la corrupción, enfrenta un abismo más en el nivel federal donde tampoco hubo respuesta, y se pregunta, cito: ¿“de qué país hablamos cuando no solo no podemos garantizar la vida de las personas jóvenes, menos de las mujeres y, peor todavía, cuando siendo víctimas no se les honra con la justicia?
“¿… qué instituciones tenemos?, ¿qué servidores públicos están detrás de ellas, con una perspectiva distinta, sin ese dolor que sí pasa por nuestras familias frente a la pérdida de nuestras hijas?
“Y sí, hay una lista que ya parece infinita, de nombres de mujeres y hombres jóvenes asesinados en México, y junto a sus nombres podemos contemplar la impunidad: la protección institucional para sus asesinos”. (Pág. 75).
Ya nada nos sorprende….
“es común que el viento lleve el eco de un ataque armado, ya no indigna. La piel se ha hecho gruesa para no dejar que la conciencia perciba el golpeteo de la muerte”, nos dice Soledad. (Pág. 27).
En el caso de su hija, hace un balance. Todas las implicaciones, políticas, electorales, económicas y de otra índole, dejan en suma estos resultados a la fecha (121):
- Una persona no vinculada a proceso, y protegido desde el poder.
- Solo una persona en prisión preventiva en calidad de copartícipe, el eslabón más débil en una sucesión de confabulaciones.
- Nada de autores intelectuales.
- Tiradores y autores materiales, nadie detenido.
- La FGR negó tres solicitudes de atraer el caso.
- Un funcionario de primer nivel, sin ser llamado a cuentas.
- Un candidato y posterior regidor, sin ser llamado a cuentas.
- Ocho funcionarios implicados por corrupción, sin ser investigados.
- Un funcionario que extrajo el equipo de fotografía, de video y de cómputo de María del Sol, que no se le ha procesado.
En medio de todo, Soledad reconoce y agradece el apoyo, el acompañamiento y las alianzas de las redes de mujeres, de Consorcio Oaxaca, de otras periodistas, de otras madres. También la participación y reacción de organismos internacionales en diferentes momentos.
El feminicidio de María del Sol se documentó, en 2019, en el Informe Sombra Temático sobre Violencia de Género en México, para el Comité de DH de la ONU “Caso MSCJ: Feminicidio en contexto de violencia política. (110)
Ella misma cruza el océano para dar testimonio de lo que ha ocurrido estos siete años de impunidad. El caso está en revisión ante la CEDAW.
Que difícil ser la periodista para investigar, para narrar, para documentar y redactar, pero mucho más, ser la madre que, a pesar de todo, no se calla, no se detiene. De ser quien había acompañado con sus crónicas a otras madres, se convirtió en protagonista.
“¿Qué madre quiere ir a un servicio médico forense a reconocer a su hija? Ninguna, pero como yo, éramos muchas en este país haciendo lo mismo ese día”. (Pág. 38).
TEXTUAL 137 “Somos muchas….”…. Las madres… Leer directo de la página.
Cierro diciendo que este libro es un poema, es una investigación periodística y es un grito por la justicia; es un llamado a sensibilizarnos, es un abrazo a otras madres, es un diálogo con Solecita, y es un libro que desnuda la mezquindad de nuestros gobernantes y su avaricia por el poder. Aterra, sí, pero también conmueve esa amorosa relación madre-hija que trasciende en las letras bien puestas aquí.
¡Contigo Soledad!
¡VERDAD Y JUSTICIA PARA MARÍA DEL SOL!
Monterrey, NL. 21 de agosto de 2025
*Texto íntegro de la lectura que hizo la periodista Juana Ma. Nava en la presentación en el CIESAS Noreste de la Ciudad de Monterrey.
Anuncio: La periodista Soledad Jarquín Edgar, nos narra como periodista, feminista y como madre, el feminicidio de su hija María del Sol Cruz y su lucha por la justicia, en su libro «Revelaciones de un crimen de Estado. Impunidad, corrupción y complicidad».
Presentan: ✅Bárbara García, ✅Juana María Nava y ✅Séverine Durín ; 📆 21 de agosto de 2025; ⏰ 18.00 horas,📍 CIESAS Noreste, Barrio Antiguo, Monterrey. Con la colaboración de Consorcio/Oaxaca; CIESAS N.L, Café Mujeres y Cimac Nuevo León (independiente).
