Roberto Vizcaíno
SemMéxico, Cd. México; 30 de mayo de 2002.- Rotos todos los recatos políticos, volados lo diques legales, ignoradas las instituciones y normas electorales, tomadas por asalto las plazas de los seis estados en elecciones por los tres principales precandidatos presidenciales de Andrés Manuel López Obrador, los comicios del 5 de junio cierran esta semana no a tambor batiente, sino en un vértigo promocional nunca antes visto en el país.
Con Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard a la cabeza, acompañados por Mario Delgado y gobernadoras y gobernadores de Morena levantándole las manos a sus seis candidatos a las gubernaturas locales los ciudadanos se quedaron con la duda de por quiénes debían votar el próximo domingo.
La duda fue siempre más grande porque los tres precandidatos presidenciales oficiales siempre fueron los oradores principales en los actos donde los candidatos a las gubernaturas de Aguascalientes, Nora Ruvalcaba; Marina Vitela en Durango; Salomón Jara en Oaxaca; Julio Menchaca en Hidalgo; Mara Lezama en Quintana Roo y Américo Villarreal en Tamaulipas nomás se quedaron viendo.
A estas alturas no hay que darle vueltas: Sheinbaum, Adán Augusto y Marcelo Ebrard, a quienes quizá la mayoría de los asistentes a esos actos electorales ni siquiera sabían quiénes eran, fueron enviados por YSQ a placearse, a presentarse ante el electorado.
Ellos no apoyaron a los candidatos a gobernadores, sino al contrario. De nada sirvieron los reclamos, denuncias, advertencias de los opositores. Los tres ignoraron a todos y siguieron adelante. Había que aprovechar las campañas en los seis estados en elección para darse a conocer, y lo hicieron.
Cumplidos sus objetivos, no queda más que señalar que les salió bien el ensayo que seguro van a continuar aplicando AMLO y Morena en las siguientes elecciones del 2023, en el Estado de México y Coahuila, y luego en la presidencial y de renovación del Senado y Cámara de Diputados -además de otras gubernaturas y alcaldías- en 2024.
Procesos electorales salvajes, sin respeto a leyes ni instituciones electorales ni a reclamos de partidos opositores ni organizaciones o asociaciones ciudadanas.
El atropello desde el poder. Por qué no. Ellos van tras el voto del “pueblo bueno”, a cumplir con ese principio y objetivo de que la mejor democracia es aquella en la que sólo mandan ellos.
Si además reciben una ayudita, un empujoncito del narco y del crimen organizado, como ocurre ahora en Tamaulipas y Durango, pues mejor, ¿no? Todo sea por el estilo personal electoral de YSQ y de Morena.
DEJAR ATRÁS GUERRA SUCIA, PIDE MONREAL
Desde dentro de la 4T, Ricardo Monreal, llamó ayer a la civilidad política. Frente a un proceso inusual, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, líder de la mayoría de Morena en esa cámara y aspirante presidencial abierto al 2024, el zacatecano pidió a los contendientes en las elecciones del próximo domingo a conducirse con responsabilidad y sin insultos.
La civilidad, afirmó, obliga a dejar de lago la “guerra sucia”. Eso implica, dijo, evitar las provocaciones y mantener la calma.
“Lamentablemente, miles de panfletos ofensivos, miles de comunicaciones, grabaciones, espionaje, denuncias penales, denuncias de todo tipo, noticias falsas que dan como ciertas y verdaderas. Es una práctica nociva y perniciosa que considero debe de cambiar”.
Dijo ser de quienes por su experiencia en procesos electorales saben, que los ciudadanos deciden por quién votar apenas 10 días antes de la elección. “Es decir, en este momento la mayoría de la gente en los seis estados con elección, ya decidió su voto.
“Y la guerra sucia, las noticias falsas, el espionaje, las denuncias inexistentes por delitos no ciertos tienen efecto en apenas un sector de indecisos que no determina, salvo en elecciones cerradas, la decisión final”, comentó.
Agregó: “yo lo que aconsejo es que no aceptemos la provocación, que mantengamos la calma, pues la gente ya decidió su voto a pesar de la intensidad de la guerra sucia”, indicó.
ENTRE INCERTIDUMBRE Y CERTEZAS
Así las cosas, el debate electoral se entra en una frase: Morena se llevará prácticamente todas las gubernaturas. Los “enterados” dan perdido sólo Aguascalientes para el partido dominante. Pero cuando se amplía el análisis, entre los expertos comienzan haber dudas sobre si igual perderá Morena, Durango.
En este contexto igual colocan en duda a Tamaulipas. En total tres de seis. La historia electoral indica que todo puede ocurrir. Que pese sondeos y encuestas, a valoraciones de operadores electorales, el voto ciudadano da sorpresas.
Ya en 2020 las elecciones locales en Hidalgo y Coahuila, derrumbaron los pronósticos de las encuestadoras que daban como absoluto ganador a Morena y resultó que los grandes ganadores fueron el PRI y el PAN que en algunos casos hasta se llevaron todos los cargos.
Hoy, la circunstancia electoral está dominada por un obvio malestar ciudadano respecto de la crisis económica, el creciente desempleo y pobreza, el maltrato de AMLO a mujeres agredidas, madres solteras con el cierre de estancias infantiles y la desaparición del programa de escuelas de tiempo completo, la inseguridad y violencia creciente que ya suma más de 120 mil ejecutados, por su embate constante contra empresarios y capitales, sus ataques a las universidades y médicos, el desastre del sector salud y la falta de medicinas en especial para niños con cáncer, el encarecimiento de productos básicos, etcétera.
Frente a este escenario hay quienes consideran que las elecciones del domingo 5 de junio podrían dejar resultados de empate, de tres a tres.
Si ocurre esto, el resultado será asumido como una derrota para AMLO y Morena que estuvieron hablando de triunfos absolutos. Por eso, lo mejor es esperar a los resultados finales en la noche del domingo o de plano a los anuncios del lunes seis de junio.
Este resultado sin duda va a impactar en la sucesión presidencial y dictará métodos y formas de realizar campañas en los dos años siguientes.
Veremos qué deciden los votantes.