Un ritual de reconocimiento de  mujeres en festejo por la llegada de  una mujer  a la presidencia

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Olga Sánchez Cordero entrega el bastón de mando

Donde le marcan agenda a la virtual  electa   Claudia Sheinbaum Pardo quien recuerda, primero las pobres

Acuden a la reunión mujeres variopintas, empresarias y feministas; diputadas y senadoras, jóvenes y  visibles ex priistas

Sara Lovera 

SemMéxico, Ciudad de México, 25 de junio, 2024.- Algunos rostros eran de mujeres que la historiadora Gabriela Cano llama integrantes del  feminismo de Estado, una reexpresión variopinta de las mujeres de poder y del  partido gobernante, que fueron aliadas en los últimos 100  años de las mujeres disruptivas  que en las últimas cinco  décadas pactaron colaborativamente para avanzar la agenda de las mujeres.

Así fue la  reunión denominada “Con Claudia llegamos todas”,   un festejo para celebrar que 200 años después,   por primera vez una mujer será la jefa del Estado Mexicano en los próximos 6 años, una mujer que esperan “sea la voz de todas”, festejo con muchos aplausos, gran gritería, de enorme triunfo y  elegido un día 25, el Día Naranja de cada mes para dar la lucha y  acabar con la violencia feminicida. Era en los patios donde se paseó Sor Juana Inés de la Cruz.

La virtual presidenta electa fue así, ungida como feminista, en un México devastado por el machismo cotidiano.

Fue Olga Sánchez Cordero la primera oradora, le entregó   Claudia Sheinbaum Pardo el bastón de mando de las mujeres, tejido y de listones de colores elaborado por mujeres de Oaxaca,  que según  la ministra en retiro viajo con la triunfadora en las elecciones del 2 de junio, durante toda  su  campaña.

Sánchez Cordero hablaba   20 años después en el mismo sitio al que fue invitada para  hablar sin nomenclatura partidaria, como  la voz plural de mujeres de todos los partidos y todos los grupos feministas  que celebraron plurales  los 50 años del voto ciudadano, en 2003. Esta vez no estuvo la directora de la Universidad Claustro de Sor Juana, Carmen Beatriz López Portillo.

Todo sucedió en los patios  del Claustro de Sor Juana, un espacio elegido por las feministas de los años 70, 80 y 90 para celebrar reuniones y encuentros feministas. Un día estuvo ahí Graciela Hierro y Lucero González; otro día las mujeres históricas del  Partido de la Revolución Democrática, uno más las feministas que lucharon por la 3 de 3, como Patricia Olamendi. Un lugar paradigmático de una lucha que comenzó mucho antes de la transformación.

Toco a  la todavía Senadora y electa diputada federal, Olga Sánchez Cordero,    marcarle  agenda a la próxima presidenta, le habló de tu y le dijo que entregaba la estafeta de los problemas y necesidades de todas las mexicanas,  la agenda feminista, así lo dijo: enfrentar la violencia contra las mujeres, educación gratuita, derecho a la salud, a los derechos  sexuales y reproductivos, igualdad salarial , oportunidades económicas, derechos políticos, creación de un sistema nacional de cuidados,  derechos agrarios  e igualdad.

Luego de  varias oradoras  habló Claudia  Sheinbaum Pardo lo hizo, para que nadie dude, de  cuál es la manera como se trabajará en el segundo piso de la transformación para las mujeres:   “Significa que la Transformación es feminista, lucha siempre por la reivindicación de todos los derechos para todas las mujeres, y también, por el bien de todos y de todas, primero las mujeres indígenas, primero las mujeres afromexicanas; por el bien de todos y de todas, primero las mujeres pobres”, parafraseando al presidente  Andrés Manuel López Obrador.

Estuvieron ahí las mujeres, algunas de reciente auto adscripción feminista, otras viejas luchadoras,  muchas empresarias, dirigentes, de colectivas de la sociedad civil a favor de la 4T, de las que se reivindican feministas de Morena, todas desde horas antes estuvieron  desbordadas.

Durante mucho ratos, las participantes lanzaban  gritos y consignas, aplausos y tomándose selfis con la ungida “voz de todas”, oficialmente se dijo fueron  mil 200, la transmisión no permitió ver al conjunto. 

Cuando llegó la festejada,  se pudo ver en  primer plano a  mujeres “empoderadas”, diputadas, senadoras, funcionarias o ex funcionarias,  mujeres de la clase media, algunas empresarias, muchas ex o priistas que ya fueron varias veces legisladoras como Diva Gastélum de Sinaloa  y Mariana Benítez de Oaxaca o feministas históricas como Marta Lamas  o  Mayela García,  del grupo de Marcela Lagarde y de los Ríos. 

La presidenta virtual en el presídium estuvo acompañada de la escritora Elena Poniatowska y de la maestra  Ifigenia Martínez, pero también la dirigente histórica de las trabajadoras del hogar, Marcelina Bautista Bautista, que luchó por un sindicato en el que ya no está. No faltó una dirigente indígena de  Chiapas. 

Claudia Sheinbaum Pardo insistió que durante su sexenio no habrá regresiones ni “falsos feminismos.

Otras jóvenes emprendedoras, y desde luego las integrantes del comité de Morena. Entre ellas, oradora en la reunión, la feminista  Lorena Villavicencio,  quien hace 6 años fue la primera en pedir legislación nacional para la interrupción legal del embarazo, crítica permanente por el desmantelamiento de la política de género en esta administración, defensora de las casas de mujeres campesinas que se quedaron sin presupuesto. Pero ella fue interrumpida, más de una vez mientras hablaba. Es posible que algunas mujeres que fueron  valiosas en la organización de mujeres del PRI OMPRI mudaron a la línea  guinda

Pareciera que la virtual presidenta de la República,  fenómeno que hemos venido observando,  no se siente cómoda con los morenistas ultras; prefiere a los priistas y panistas y a «las presentables»

Un ritual como los conocimos,  durante los años priistas, lleno de entusiasmo, – no hubo matracas- porque, también lo explicó Sánchez Cordero, son las representantes de millones de mujeres que votaron por Morena y ratificaron que la transformación debía continuar.

Lo cierto es que la  que fuera la primera mujer secretaria de Gobernación dijo que es tiempo de las mujeres y es tiempo de Transformación, de seguir cruzando límites, de dejar huella y ante la duda, recordar que el presente y el futuro, lo construimos juntas como aliadas y como compañeras.  Habló se sororidad, y de la urgencia de trabajar juntas. Y agregó” ya nos encontramos y nunca volveremos a estar solas, nunca un México sin nosotras”.                                                                                                

La próxima presidenta de México,  a quien se le miró contenta, endureció cuando  refrendó que el movimiento de la llamada Cuarta Transformación es feminista, lo cual, dijo, se demostró con su victoria en la elección del pasado 2 de junio.

Luego afirmó que “Sorteamos una campaña llena de calumnias, de guerra sucia, de mentiras, de argumentos misóginos que aún se leen en las plumas del conservadurismo: calca, clon, pero el pueblo de México dijo con fuerza y determinación: ‘Es tiempo de mujeres y es tiempo de transformación’, eso significa que la transformación es feminista», reiteró.

“Somos mujeres transformadoras, no somos mujeres conservadoras, nosotras no vamos a regresar al pasado de corrupción, de privilegios, de falsos feminismos, porque nosotros venimos de un movimiento social que ha hecho y sigue haciendo historia en México y en el mundo entero”, agregó.

Aseguró que “La transformación abrió espacio para las mujeres, más mujeres en todos los espacios de la vida pública, mujeres en las presidencias municipales, en el Congreso, en el Gobierno de la República y, por primera vez, sí una mujer Presidenta de México”, sin reconocer que la lucha por espacios de decisión comenzó en México desde la República, en la Revolución y especialmente en los últimos 30 años, primero con las cuotas y luego con la paridad electoral decretada hace 10 años,  en 2014. 

También estuvo ahí  la saxofonista oaxaqueña, María Elena Ríos, víctima de intento de feminicidio con ácido, tuvo una presentación musical. Fue una sorpresa.

 Claudia Sheinbaum evocó a las heroínas de la historia de México. Y dijo:  “Surgimos de los héroes que nos dieron Patria pero reivindicamos con fuerza y con convicción que todos y todas surgimos también de las heroínas que nos dieron Patria y que han sido olvidadas, no reconocidas por el solo hecho de ser mujeres.

“La Cuarta Transformación viene de Hidalgo, de Morelos, de Juárez, de Madero, de Lázaro Cárdenas, pero también viene de Leona Vicario, de María Gertrudis Armendáriz, de Gertrudis Bocanegra, de Margarita Maza De Juárez, de Ignacia Riesch, de Carmen Serdán, de las Hermanas Narváez, de Sara Pérez, de Matilde Montoya, de Juana Belén, de Hermila Galindo, de Gertrudis Bocanegra, de Dolores Jiménez y Muro, Agustina Ramírez Heredia, de Elvia Carrillo Puerto, de Sor Juana; y a muchísimas más, y a todas las mujeres anónimas que dieron su vida y nos abrieron camino”, evocó.

Luego lo de su campaña y destacó que su gobierno impulsará proyectos que permitan un estado de bienestar para las mexicanas a través de la implementación del apoyo a mujeres de 60 a 64 años, así como seguir construyendo el Sistema Nacional de Cuidados, con el objetivo de que las mujeres tengan derecho a sus autonomías y tengamos derecho al desarrollo pleno.  También de que su visión es humanista y en favor de las que menos tienen.

No. No habló de la agenda, salvo del Sistema Nacional de Cuidados, el que busca crear el cuidado como derecho de todas y de todos. Donde peligrosamente empiezan a desaparecer las mujeres. Dejó en claro que “luchamos”  por la justicia, la justicia social, ambiental, para los pueblos indígenas, y para las mujeres. Interesante.

Esto para explicar que “la Transformación es feminista, lucha siempre por la reivindicación de todos los derechos para todas las mujeres, y también, por el bien de todos y de todas, primero las mujeres indígenas, primero las mujeres afromexicanas; por el bien de todos y de todas, primero las mujeres pobres”, expresó. 

Se interrumpía sistemáticamente el y los discursos entre gritos de “¡Es un honor estar con Claudia hoy!” y “¡Presidenta!”.   No faltaron abrazos y selfis.

Destaco lo que dijo Citlalli Hernández: “Quizás nunca pensamos que viviríamos este momento, por un lado la continuidad de un proyecto de Transformación, que le costó muchísimo tiempo al pueblo de México concretar y por otro lado, que esta segunda etapa de la Transformación tuviera una mujer encabezándola, pero además quizás a la mejor mujer del movimiento de Transformación”.

Tocó a una joven, de nombre , Lucero Huerta, presentada como  representante juvenil reconocer  la trayectoria  de Claudia Sheinbaum como funcionaria pública, pero también su lucha como joven estudiante por los derechos de las y los universitarios.  Es decir doctora, de izquierda, científica, académica, investigadora, premio Nobel, Jefa de Gobierno, Técnica, funcionaria impecable,.

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