* Generan miedo, intolerancia y conductas discriminatorias
* Van por todo: por el poder político, como vimos en Bolivia
Sara Más
SemMéxico/SEMlac,
La Habana, 20 de enero 2020.- La práctica del ecumenismo y la defensa de la
justicia social se reafirman como caminos hoy en Cuba frente a discursos y
prácticas fundamentalistas que emergen en comunidades de fe y la sociedad.
Así lo refirieron participantes en el taller «Comunicación estratégica
frente a fundamentalismos», realizado los días 13, 14 y 15 de enero en la
capital cubana, en la sede del Consejo de Iglesias de Cuba (CIC), que agrupa a
29 denominaciones cristianas, movimientos e instituciones ecuménicas del país.
Los fundamentalismos se basan en la imposición de ideas y comportamientos que
se valen del miedo, generan intolerancia y conductas discriminatorias hacia
grupos y personas a quienes limitan y niegan sus derechos, en particular los
que rompen la norma patriarcal y heterosexista, señalaron participantes en el
encuentro.
Desde una lectura literal de los textos sagrados, el fundamentalismo religioso
demoniza además otras creencias y religiones, aprovecha las necesidades de la
gente para implantar doctrina, a la par que busca desmantelar la laicidad de los
Estados y avances en materia de justicia social.
«No es un tema solo de fe», asegura la argentina Claudia Florentín,
editora de ALC noticias, agencia ecuménica de información.
«El fundamentalismo religioso parte de una lectura literalista de la Biblia
y extrae conceptos que deben ser cumplidos a rajatabla, incluso por encina de
la ley civil. Impone la idea de una verdad absoluta, pero hace también una
alianza estratégica con la política», explica.
Como ejemplos, la comunicadora refiere acuerdos estratégicos y funcionales
entre algunas iglesias evangélicas y políticos en el continente.
«Su liderazgo tampoco es ingenuo, van por todo: por el poder político,
como vimos en Bolivia, junto a la Alianza Evangélica Latinoamericana y la OEA,
para hacer que su fundamento bíblico sea política de Estado», señaló.
Partidaria de desarrollar una comunicación que salga al encuentro de estas
realidades, Florentín aboga por dar elementos que contribuyan al análisis
crítico, frente a una doctrina que trabaja sobre la base del miedo y las
necesidades de la gente.
Los grupos que más lo sufren son los tradicionalmente más vulnerables en
derechos, como mujeres, sectores y colectivos de la diversidad sexual, agrega.
«Muchas veces dicen que ayudan a las mujeres pobres o a las niñas que han
quedado embarazadas, pero nunca hay un cuestionamiento ni un análisis crítico
del contexto que lleva a una niña a estar embarazada en la adolescencia, ni
sobre la violencia o la pobreza», comenta.
Aunque se trata de una disputa de sentidos que tiene escenario de debate
visible y preferente en las redes sociales, participantes en el taller
expresaron la necesidad de establecer diálogos sobre estos temas en las
comunidades de fe y otros espacios, como los medios de comunicación.
También hace falta saber qué hay detrás de algunas de estas propuestas
teológicas, ministerios de pastores sin preparación que responden a las
necesidades emocionales del momento, maneras de asumir el liderazgo en las
iglesias y determinadas alianzas entre algunas iglesias que han tenido un
posicionamiento político público, señalaron.
«No son solo sujetos religiosos, se trata de una agenda política que ya ha
tenido efecto en más de 15 países de América Latina, donde sujetos evangélicos
fundamentalistas han salido a ocupar posiciones de poder importantes, como en
Bolivia y Brasil, con una agenda política clara», reiteró Sayonara Tamayo
Arjona, comunicadora del Centro Memorial Martin Luther King.
Participantes en el encuentro coincidieron, además, en el valor de la formación
y creación de capacidades comunicativas, desde la diversidad de actores, para
promover ese diálogo.
«Ese es un proceso clave para el ecumenismo cubano y sus valores, basados
en el respeto a la diversidad de prácticas, el diálogo entre las iglesias y las
religiones, por una sociedad emancipada, con justicia, equidad e
inclusión», precisó Tamayo Arjona a SEMlac.
Las posturas fundamentalistas tampoco son nuevas en el escenario cubano, aunque
ha habido un crecimiento acelerado en los últimos tiempos y alguna demora en
reconocerlo públicamente, señalaron.
Las posiciones fundamentalistas se han expresado, sobre todo, en discusiones
públicas en torno al debate constitucional y propuestas vinculadas a temas como
libertad religiosa, educación, salud, familias y matrimonio entre personas del
mismo sexo.
Durante el taller insistieron en la idea de que no todos los movimientos
evangélicos y cristianos son fundamentalistas, como tampoco es la única
propuesta existente en el país, donde conviven junto a teologías liberadoras y
emancipadoras, cuyos valores es necesario ponderar.
«Se trata de una disputa de sentidos. Tenemos muchas maneras de ser
iglesia en Cuba y en esa diversidad hay iglesias con un profundo sentido de
justicia social, emancipación de la mujer, inclusión y compromiso con el
proyecto revolucionario cubano, la unidad y las comunidades vulnerables. No
para dominar, regalar ni colonizar, sino para que la gente tenga una vida
digna», sostuvo Tamayo Arjona.
SEM-SEMlac/sm