- Grupos ultracatólicos y ultraconservadores acuden a los centros e interceptan a profesionales y pacientes
Por Redacción AmecoPress
SemMéxico/AmecoPress. Madrid. 06 oct. 20. La pandemia generada por el COVID-19 no ha resultado un impedimento para que las clínicas especializadas en la interrupción voluntaria del embarazo sigan sufriendo un constante acoso por parte de aquellos sectores contrarios al derecho al aborto. Estos grupos se trasladan a las instalaciones médicas e interrumpen la entrada y salida del personal y las pacientes haciendo uso de la violencia verbal.
Diferentes asociaciones de Madrid han tenido que hacer frente a este tipo de acoso en el que los grupos antiabortistas, por razones religiosas o ideológicas, no solo agreden verbalmente al personal médico y a las mujeres que acuden a los centros, sino que además realizan pintadas en las proximidades de las clínicas, intimidando así a las pacientes cuando acuden a sus citas correspondientes.
Durante el año pasado, un total de sesenta y dos organizaciones se unieron para crear la campaña “Aborto sin acoso”, mediante la que se comenzó a denunciar este tipo de persecución y se elaboró una petición en la que se reclamaba a las autoridades tipificar como delito la coacción ejercida sobre mujeres que quisieran llevar a cabo la interrupción de su embarazo.
Además, la situación sanitaria generada por la pandemia actual, otorgó a los centros en cuestión una mayor esperanza sobre el cese de estas actuaciones, que, sin embargo, no solo se siguen produciendo, sino que han aumentado a lo largo de los últimos meses.
“El aborto es una actividad médica incluida en la cartera de servicios, por lo que llevarlo o no a cabo no solo es decisión únicamente de cada mujer, sino que debería ser intolerable que algunas de ellas tengan que hacer frente a este tipo de acoso, que puede llegar a influir de determinada manera en su proceso de embarazo”, asegura Sonia Lamas, trabajadora de la Clínica DATOR.
