Romper las burbujas informativas

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Textura Violeta

Drina Ergueta

SemMéxico. La Paz-Bolivia. 22 de junio de 2021.-Las personas tienden a juntarse con afines y parecería que eso nos da sentido de pertenencia y seguridad, de orden, de que tenemos la razón y estamos además más a gusto, eso pasa en el plano personal como también en el social. Las personas conforman grupos más grandes alrededor de pensamientos comunes, los cuales son casual o intencionadamente representados por medios de comunicación. Se forman las burbujas informativas donde los medios dan a su público todo eso hacia lo que este está predispuesto a oír, leer y ver.

Es posible, por ejemplo, que en La Paz, Bolivia, haya gente que lea un diario, como Página Siete, y no le interese leer La Razón, ya que no hallará lo que busca; de igual forma puede pasar en sentido contrario. En lo cotidiano también ocurre que cada quien tiene sus áreas de interés y en las redes sociales busca y recibe información sobre líneas ideológicas y políticas, pasa también con el feminismo, creándose burbujas informativas en estos espacios.

Todo tiene cierta normalidad hasta que se producen hechos que son conflictivos o polémicos, entonces se producen diferencias de opiniones y posiciones encontradas. En las redes sociales se crean verdaderas campañas de odio que exacerban los ánimos y esto, de alguna manera, también se observa en los medios de comunicación.

Bolivia lleva años de enfrentamiento mediático en el ámbito político a tal punto que se han llegado a catalogar a los medios como oficialistas u opositores en función de la línea y tono habitual en el que informan, lo que ha hecho un gran daño a la profesión y al prestigio de la prensa que en los años 90 del siglo anterior ocupaba el segundo puesto como la institución mejor valorada de la sociedad.

El periodista y académico Erick Torrico escribió en 2006 sobre la polarización de los medios y confirmó en 2008 que eso había provocado un desprestigio en la profesión; Raúl Peñaranda escribió más adelante sobre el control de los medios que hacía el gobierno y, en 2014, el periodista Fernando Molina señala que de la polarización se pasó a una hegemonía mediática gubernamental y en 2020, junto a Susana Bejarano, escriben sobre la alineación de los medios a los nuevos actores políticos en el poder. También, desde el gobierno de Evo Morales se difundió que se había conformado un “cártel de la mentira” entre varios medios y periodistas opositores.

Es evidente que los medios se posicionan frente a alguna realidad, a veces de manera más notoria que otra, y que es posible que quienes ejercen el periodismo también. Es distinto hacerlo desde una columna de opinión, donde hasta cierto punto está permitido hacer más crítica respecto a según qué políticas o hechos, y otra desde los otros géneros periodísticos en los que se espera cierta imparcialidad.

La realidad es una, pero se la mira desde distintos ángulos y posturas, por lo que es posible ver distintos elementos y con mayor o menor profundidad. Los medios pueden tomar una declaración de un ministro, por ejemplo, y según las palabras que elijan dar a entender una cosa u otra. También pueden colocar la noticia en la portada o en sólo una página interior. En el caso de las violencias machistas, por ejemplo, también pueden ser invisibles porque los medios no hablan de ellas y si lo hacen no las colocan en lugares relevantes. En fin.

Bolivia lleva años en una polarización política y social muy marcada que se refleja en los medios de comunicación, se refleja no en las noticias contrastadas sino en que los medios mismos se han polarizado y en que se han conformado burbujas informativas, que son grupos sociales distintos que reciben información totalmente distinta uno del otro.

Si bien es normal, hasta cierto punto, que los medios respondan a los intereses de su público y de sus propietarios, es preocupante que contribuyan a que la polarización llegue a extremos peligrosos. En una polarización hay dos partes y los medios, la gente que hace periodismo, debería hacer posible que exista una permeabilidad de posturas en sus espacios.

Sólo conociendo la posición del otro, sus razones y argumentos, es posible llegar a aproximar posturas a encontrar elementos comunes sobre los cuales seguir adelante, más aún en una situación de pandemia como la actual.

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