Rocío Fiallega
SemMéxico, Ciudad de México, 04 de julio del 2022.
I Caminas sobre tus culpas herida en piel, atardeciendo, ocaso por dentro. El dolor: sentido distinto se va haciendo líquido invade tu sangre contamina la mirada. La rabia: convertida en rocío ilumina tu piel resbala por tu nariz condena en cascada. Recorres el cubil redescubriéndolo mismas grietas ideas colgadas en la pared. Tu cuerpo, fortaleza y convicción guerra de la vida escapándose por tus garras. La herida sobrevive a días de lluvia conversaciones desde la noche con luna madre, con cielo sin estrellas; tibieza del aire inundando tu mirada estrenando imágenes. Herida mística insertada en tu carne sin sangre coagulada sólo obscuridad. Herida opaca obsidiana de sacrificio mirada vacía corteza en agonía. Herida sin vida líquido viscoso que anida en los intersticios de frustraciones amadas. Herida reflejo laberintos interiores paredes húmedas nostalgia, amor inútil. Herida lágrima sombría, sin caminos raíz del rencor. Herida madre dolor implacable y violento te paraliza asco de carne y viento te acorrala sostiene su existencia te mata. II Respiras, vertiginoso ritmo ansiedad de pasión desbordada herida y mirada carne muerta y luz viva. Cómo no morir si no cabe tanto dolor cómo no vivir si ya perdió su sentido. Esperanza vital de ser carne todavía, pero está infectada odio surcando siglos. Arrancas la carne podrida se desprende, lentamente devastando carne viva rastro de piel en la garra. Sangre desbordada deslizándose sin angustia mantiene su ritmo armonía de río desgarrado por dentro el dolor permanece pero no hay sufrimiento. Muerte maldita instalada en la obscuridad acechante, irreverente salvas la madrugada. Vuelves a tu piel a tu sangre, ahogas el dolor se detiene el río. Estás alerta comienzas a inventar el sentido de la vida.