Bellas y Airosas | Natalia Lafourcade, la compositora mexicana del siglo XXI

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Elvira Hernández Carballido

“La música es una de las cosas más importantes de mi vida. Vivo para la música y vivo rodeada de ella todo el tiempo. Todo lo que hago es por la música, ese es el motor de mi existencia, es la razón por la que sigo trabajando e inventándome nuevos proyectos.”

SemMéxico, Pachuca, Hgo., 7 de febrero, 2024.- Hace unos días la compositora mexicana Natalia Lafourcade recibió su quinto premio Grammy, un logro significativo que demuestra su calidad y maravillosa inspiración, es una artista en todo el sentido de la palabra.

Su carrera musical inició con el siglo XXI cuando en 2002 dio a conocer su primera producción que llevaba sencillamente su nombre. Ella estudió música en la escuela Fernatta y en 2006 fue a Canadá a estudiar. Desde muy pequeña supo que su destino estaba en su voz y en su inspiración. Así lo confío en una entrevista:

“En la música he encontrado un refugio que me da la oportunidad de llegar casi hasta un espacio espiritual en los conciertos. Mi intención es, simplemente, no dejar sentir esa conexión tan especial con la música. Y hasta ahora no me he sentido atraída por sonidos más modernos. Con este proyecto quería probar instrumentos de siempre, tocarlos y que sonara natural, a madera, a espíritu viejo… Sin embargo, creo que al escucharlo los jóvenes también pueden percibir el alma joven, que es la mía, en esta mezcla de universos que construimos Los Macorinos y yo. Y creo que incluso lo agradecen. A mí me gusta oír un poco de todo, pero cuando tengo la oportunidad de escuchar algo más cercano al folclor me hace sentir más cerca de la tierra, de la gente, es un sentimiento más universal. Entonces esa música, de alguna manera, se vuelve como un respiro”.

          Una gran característica de Lafourcade es nunca conformarse ni ajustarse a una fórmula que le garantice un éxito comercial. Por eso, ha explorado diferentes géneros musicales, tratando de ser honesta consigo misma y con lo que desea expresar. En sus testimonios nos comparte ese momento de inspiración.

“A la hora de componer, no pienso en quién la escuchará. Si en ese momento te cuestionas demasiado qué van a decir los otros, la creación deja de ser algo natural, ya no fluye igual. Simplemente trato de hacer buenas canciones, que me gusten a mí, con las que me sienta identificada. Que representen lo que soy, lo que siento, lo que quiero decir. El momento en el que pienso en el público que va a escucharlas y en cómo serán recibidas es cuando estoy preparando un show. Además, una canción nace de diferentes formas. Hay veces en las que de repente me llega la inspiración, se me ocurre algo y lo grabo en el teléfono para trabajarlo después. Otras veces nacen de la disciplina de sentarte con la guitarra y de ponerte a buscar, de estar alerta sobre lo que quieres compartir y sobre lo que ocurre a tu alrededor. Pero también hay momentos en que las canciones aparecen de forma inesperada, como si ya existieran. Esas para mí son las mejores: las que llegan con la letra, la melodía, la estructura, de forma espontánea”.

Ella siempre va con calma, no da a conocer discos en corto tiempo, prefiere darse su tiempo y crear con sensibilidad, no con perspectiva comercial. Es así como podemos hacer un listado de sus producciones:

  • 2002. Natalia Lafourcade. La letra de cada canción me conquistó de inmediato. Entre mis preferidas la titulada “En el 2000”, donde una estrofa delata formas de ser femeninas que dan un contexto puntual del sentir de ese principio de siglo XXI. 
  • 2005. Casa. Se escucha a una Natalia diferente al primer disco, líder de la banda La Forquetina y delata la cotidianidad, los miedos y las decisiones de una chava mexicana que apuesta a la vida, no solamente al amor. Es una producción llena de canciones íntimas, de búsqueda personal y de no olvidar que, pese a la popularidad, ella sigue siendo un ser humano.
  • 2007. Las cuatro estaciones del amor. Totalmente musical, notas y tonos que demuestran su dominio musical.
  • 2009. Hu hu hu. Rompiócon el estilo del primer disco, se arriesgó, no quiso repetir fórmula de éxito, ni comercializarse, fue muy leal consigo misma. No hubo éxitos apabullantes, pero sí expresiones sinceras, una voz única.
  • 2012. Mujer Divina. Grabó desde su perspectiva las composiciones de Agustín Lara, con una versión tan original que ganó su primer Grammy Latino con esta producción.Su voz y arreglos le dieron un tono sensible y hasta femenino a la música del “Flaco de Oro”.
  • 2015. Hasta la raíz. Mi preferido por siempre. Una verdadera obra de arte. El disco fue muy bien recibido por sus seguidores, pero también por la crítica que descubrió a una Natalia más madura, no solamente como mujer de tres décadas sino además como creadora de letras llenas de poesía y que la delatan como mujer, pero también encuentra identificación con las demás personas. La calidad del disco permite confirmar su sensibilidad y su gran capacidad de narrar historias, de observar vidas, de escarbar su propia alma y buscar coincidencias con otras.

Busco destellos de luces que puedan hacerme volver

Busco los rastros de huellas de bajo de ramas también

Quiero cantar melodías para que se alivie mi ser

Quiero el reloj de mi lado y sentir que dejo de correr

Tengo un dolor en el pecho que no te podría describir 
Tengo un temor en el cuerpo que me alejo de sentir

Se me olvidó la manera de estar más alerta al caminar

Para mirar los detalles que te hacen llorar de verdad

Voy a cambiar

Voy a cambiar de estación

Voy a explorar inviernos en el interior.

(Antes de huir)

  • 2017-2018. Musas. Grabado en honor al folclore latino. Volumen 1 y 2.
  • 2020-2021. Un canto por México. Se conectó profundamente con sus raíces y demostró su compromiso con la música nacional al fortalecer el proyecto de recuperar el Centro de Documentación Son Jarocho. Volumen 1 y 2.
  • 2022. De todas las Flores. Tiene una gran variedad de géneros musicales, desde la cumbia hasta el jazz. Ella lo calificó como un diario musical.

De manera general, puede afirmarse que las letras de Natalia expresan cierta rebeldía y cuestionamiento a la sociedad, hay cierto tono de provocación al confesar que desea hacer lo que ella quiere ser. Manifiesta un deseo de desafío al intentar romper con algunos parámetros de obediencia y comportamiento considerados tradicionales. Describe con ironía lo que podría o debería ser la generación juvenil al iniciar el siglo XXI. Se reconoce como un ser humano que duda, acierta, se descubre y se vuelve a inventar.

El gran éxito y popularidad que tuvo con su primer disco posiblemente la puso más en alerta que en los cuernos de la luna, pues en sus siguientes producciones las canciones no dejar de ser más personales, muy íntimas, quizá hasta con claves originales de su manera de estar y ser en la vida. 

Es así como Natalia Lofourcade ha creado arte, se comunica de manera sensible con su público y se ha convertido en una de las compositoras mexicanas más destacadas en la historia de la música del país.

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