Yaneth Tamayo Avalos
SemMéxico, Querétaro, Qro. 17 de agosto, 2024.- Durante este siglo los mecanismos de comunicación han ido evolucionando de manera constante y acelerada. Anteriormente los medios impresos y electrónicos dominaban de forma contundente la distribución de mensajes e ideas que generaban percepción en la ciudadanía.
Actualmente, las redes sociales tienen mayor presencia en la comunicación social y a la generación de percepción. La naturaleza en la elaboración, producción y distribución de contenidos está relacionada con una comunicación directa, más personalizada, interactiva y con la posibilidad de respuesta inmediata.
La tecnología, la posibilidad de cobertura al internet y la accesibilidad a dispositivos móviles representan una mayor interacción e intercambio de datos. Las generaciones más recientes son las más proclives a su manejo y uso, incluso pueden considerarse como un accesorio o herramienta a utilizar durante todo el día.
Un teléfono inteligente tiene acceso a redes sociales, a mensajes, a guardar datos de audio, video y gráficos. Lo que, representa la posibilidad de generar contenidos y al instante compartirlos. Es como si cada uno de nosotros, a través de las redes sociales, tuviéramos nuestro propio medio de comunicación.
Los contenidos son compartidos y son mayormente distribuidos con base al interés que generan. Estos inclusive por sus características pueden generar tendencia y generar percepción.
Por la velocidad de la información y contenidos, estas percepciones pueden llegar a ser efímeras e inclusive artificiales. Pero, también existen contenidos que por su calidad o características pueden llegar a tener una mayor relevancia y vigencia.
De ahí que, el debate de larga data sobre cómo promover la unidad, la conexión y las conversaciones entre diversos grupos de ciudadanos y proporcionar acceso a los procesos de toma de decisiones a quienes tradicionalmente han sido excluidos, ahora se esté llevando a cabo en línea.
Lo que representa un gran logro en el acceso de información y participación; sin embargo, el mundo digital también se ha convertido en un foro para la desinformación, el discurso de odio, el abuso y el hostigamiento principalmente dirigido a mujeres.
Si bien, la evolución de la tecnología nos ha traído grandes ventajas en cuanto a la comunicación; también nos han llevado a la aparición de nuevas formas de violencia que permite la circulación de mensajes abusivos, acosos, prácticas de control social, publicación de fotografías privadas, censura y espionaje, que son más difíciles de controlar.
Tanto los ciudadanos como los gobiernos están lidiando con el impacto negativo de las tecnologías y plataformas.
En especial, con las redes sociales ya que ahí se expone de manera directa la personalidad de todo el mundo, por lo que resulta más fácil para los agresores, descalificar, criticar, chantajear y realizar señalamientos fuertes. La violencia digital hace que las personas, se retiren del debate público. Especialmente cuando se trata de mujeres.
En ocasiones, esta actividad suele ser anónima, transfronteriza, sostenida y permanente. La percepción de impunidad envalentona a los perpetradores y aumenta el sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad de las mujeres.
De esta manera, las tecnologías de la comunicación en línea tienen un impacto significativo en el alcance y la forma de la violencia contra las mujeres, creando nuevas amenazas y obstáculos para lograr la participación igualitaria de las mujeres en los espacios públicos.
Conclusión
La violencia digital contra causa graves daños y sufrimientos psicológicos, físicos, sexuales y/o económicos. Además, puede tener un efecto paralizador, al impedir la participación plena e igualitaria, lo que entraña graves repercusiones sanitarias, sociales y económicas en todos los ámbitos, en especial en la vida de las mujeres.