Una artista que buscó su propia voz y dejó una inmensa obra comprometida , destacando imágenes de mujeres, y el mundo maya
Al quedar en el acervo del Museo se cumple el deseo de su autora: ponerlo al alcance del pueblo de México y visitantes extranjeros
Sara Lovera
SemMéxico, Ciudad de México, 16 de agosto, 2024.- A partir de este jueves 15 de agosto de 2024, la colección permanente de murales del Museo del Palacio de Bellas Artes se ve enriquecida con la incorporación de una nueva pieza: Xibalbá, el inframundo de los mayas, obra de la artista guatemalteca-mexicana Rina Lazo.
Rina Lazo Wasem llegó becada a México en 1946 para estudiar artes. Al año siguiente colaboró con Diego Rivera en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda del Inbal. En 1965 ganó un concurso convocado por el INAH para realizar una reproducción facsimilar de los murales de Bonampak que fueron exhibidos en el Museo de Antropología.
Lazo vivió en México por el resto de su vida como asistente de Rivera hasta que él falleció; mientras tanto ella encontraba su propia voz como artista.
El muralismo mexicano le enseñó la importancia de expresar una conciencia política y social, pero ella suavizó el activismo que era usual en la época posrevolucionaria. En sus pinturas alegóricas, grabados y murales con una paleta sutil y a la vez rica en colorido, Lazo celebró las culturas mesoamericanas, en especial la maya, y la abundancia espiritual del mundo natural.
Al momento de su fallecimiento, el 1 de noviembre de 2019, a los 96 años, era una artista reconocida tanto en su país natal como en los países que adoptó.
Historia
Esta obra donada al pueblo de México para su exhibición por la hija de la pintora, Rina García Lazo, y que la convierte en la primera mujer cuya obra dialogará permanentemente con los murales de los más importantes artistas del muralismo mexicano.
El mural de Rina Lazo llegó a Bellas Artes, explicó la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, que fue el resultado de un proceso realizado junto con la Dirección General de Sitios y Monumentos. En él se hizo un trabajo conjunto con Rina García y todavía con la muralista Rina Lazo para reconstruir la Casa de la Malinche, antigua casona en Coyoacán, y que fue habitada por los pintores Rina Lazo y Arturo García Bustos, afectada por los sismos.
De esta forma la casa de la artista hoy es un todo, es un lugar donde se crea memoria, que genera historia no solamente para la ciudad, sino todo el país en el sentido de patrimonio.
La titular del Inbal aseguró que “hoy es un día que tiene que quedar en la historia del arte, de México, de Guatemala, de la humanidad, porque estamos dando paso a la instauración de un acervo fundamental: la obra mural que hizo Rina Lazo y en la que ella misma quedó plasmada”.
Hoy estamos hablando –agregó— de “una grande”, de la primera mujer que está presente como parte de ese trayecto que vive el muralismo mexicano y que hermana culturas, y no solo habilidades y cualidades técnicas, sino narrativas, en aquello que ella llamó su autoidentificación: una artista mesoamericana.
Rina Lazo –finalizó Lucina Jiménez– nos comparte en este mural la posibilidad de encontrarnos en esas raíces comunes, donde, efectivamente, el Inframundo es un lugar de alegría, un lugar que forma parte del ciclo de la vida; donde las danzas y las máscaras, las raíces y las emociones se encuentran sin prejuicio en igualdad, en una circunstancia de diálogo intercultural, donde además la vida fluye, porque finalmente, en nuestras culturas, la vida y la muerte están completamente hilvanadas.
Emocionada, Rina García Lazo, hija de Rina Lazo, agradeció a las autoridades por incorporar el mural de su madre a la colección de este Museo -del Palacio de Bellas Artes–. Esta obra está inspirada en el libro sagrado de los mayas, el Popol Vuh, dijo, en donde el hombre se acerca a crear, a partir del maíz, y donde los dioses gemelos tienen una batalla contra los dioses de la muerte. Aquí Rina Lazo plasma sus recuerdos de la infancia, así como toda una vida de investigación y admiración por la cultura maya.
“Estoy muy feliz de que este mural esté en el Palacio de Bellas Artes, algo muy emocionante. Tengo el placer y la emoción que cualquier hija de artista de la Escuela Mexicana pudiera tener. Estoy encantada de ver el mural entrando al Palacio y que ahora será parte de la colección permanente del recinto”.
Recordó que hace cinco años que falleció Rina Lazo y el mural se presentó en este Museo de manera temporal, pero que ese era el gran anhelo de su madre: que el mural estuviera disponible para el deleite de todo el pueblo de México y de sus visitantes nacionales y extranjeros. “Hoy vemos cumplido ese deseo y creo que a partir de este momento Rina Lazo es ya una pintora consagrada a nivel nacional e internacional.
La Ceremonia Oficial
El acto inaugural de la nueva pieza mural –organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura– se llevó a cabo en el segundo piso del recinto, donde se ubica la obra.
Ahí se dieron cita –con la representación de la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero–, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López; la hija de la pintora y donataria de la obra, Rina García Lazo; el embajador de Guatemala en México, Marco Tulio Chicas Sosa; la subdirectora general del Patrimonio Artístico Inmueble del Inbal, Dolores Martínez Orralde; la directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, Alejandra de la Paz; y Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Por su parte, el embajador de Guatemala en México, Marco Tulio Chicas, calificó el hecho como “una ocasión muy significativa” para dos países: “Hoy es también un día de fiesta para Guatemala, cuando vemos a una artista guatemalteca consagrada, junto a los grandes muralistas de este bello país.
Hoy estamos aún en el marco de la celebración del 175 aniversario de las relaciones diplomáticas México-Guatemala, pero cuando vemos Xibalbá… creemos que la interacción de ambos pueblos parece hablar de un solo pueblo, pues se dice que el pueblo maya-quiché migró de Tula, México.
“Esta obra de Rina Lazo es una muestra de esa afinidad e identidad de los pueblos mayas que no conocen fronteras artificiales. Hoy los pueblos a través del arte estamos viendo esa unidad. Ella junto con Carlos Mérida, Luis Cardoza y Aragón, Augusto Monterroso y Mario Monteforte Toledo son muestra de esa solidaridad, hospitalidad, con que muchos guatemaltecos han sido muy bien recibidos en México. Hoy es un día especial porque tenemos por primera vez a una mujer muralistas en este templo del arte reconocido y respetado más allá de las fronteras, y me siento honrado”, concluyó.
Al dar la bienvenida al público y al mural, Alejandra de la Paz informó: Celebramos la incorporación de una nueva obra a la colección permanente del Museo del Palacio de Bellas Artes, que a partir de ahora tendrá 18 murales, de ocho autores representados, con una temporalidad de 1928 a 2019, permitiendo así, uno de los acercamientos más ricos y diversos al movimiento muralista mexicano.
Expresó: Motivo de doble celebración es que se incorpora una obra mural de una artista mujer, lo que, sin duda, contribuye a la valoración contundente de los aportes de las mujeres al arte, su activa participación en el movimiento muralista –misma que ha quedado definitivamente fuera de las perspectivas historiográficas por un largo tiempo— y, en particular, los sobresalientes aportes de la gran artista Rina Lazo.
Y dijo: Todo el equipo en este museo nos sentimos profundamente enriquecidos por esta singular aportación a la colección del museo, obra que desde ya se incorpora a los recorridos guiados cotidianos para el público y a la brevedad al resto de los materiales y herramientas con que nuestros públicos pueden disfrutar su visita al museo.
Ella, una de las muralistas mexicanas
En la década de 1940, inició su carrera como asistente de Diego Rivera. Después se convertiría en una artista renombrada tanto en México como en su natal Guatemala. Murió a los 96 años
Principio del formulario
Final del formulario
En 1946, el muralista mexicano Diego Rivera invitó a Rina Lazo, una de sus asistentes, a almorzar en su casa con él y su esposa, la pintora Frida Kaholo. Lazo tenía 23 años y apenas llevaba unos meses en México. La joven aceptó.
Ese día, Kahlo sirvió un tradicional almuerzo picante mexicano… de hecho, estaba tan picante que Lazo, originaria de Guatemala, no pudo disfrutarlo.
Después, Lazo recordó que Rivera le dijo: “Rina, si usted no aprende a comer picante no va a poder pintar bien”.
Lazo no entendió cuál era la relación entre la comida y el arte.
Aun así, consideró a Rivera un mentor y se tomó el comentario muy en serio. Pasaron años antes de que dilucidara a qué se refería, lo cual resumió en un ensayo de 2012 para el boletín Crónicas, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México:
“Si usted no aprecia bien nuestra comida, nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestra cultura, no va a poder reflejar en su pintura lo más profundo del pueblo mexicano”.
Foto: Phillippe Diederich para The New York Times
En la foto se la ve con su esposo, Arturo García Bustos, quien también era artista, en el estudio de su hogar, Casa de la Malinche, en 1997. La casa fue construida por el conquistador español Hernán Cortés. Se conoce como la Casona de Coyoacán afectada por el sismo del 19 de Septiembre de 2017.
“Yo nací en Guatemala, pero me gusta decir que en realidad nací en Centroamérica, porque amo a México tanto como a Guatemala”, dijo Lazo en una entrevista de 2016 con estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey para Wikimedia.
En noviembre de 2019 la Secretaría de Cultura mexicana, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, realizó un homenaje en honor a Lazo en el Museo Mural Diego Rivera.
Dina Comisarenco, una investigadora del instituto, quien conoció a Lazo y estudió su obra, escribió en un ensayo de 2016 para la revista Voices of Mexico que Lazo “ocupa un lugar sobresaliente en la historia del arte mexicano”.
“Es una activista política y una artista de renombre”, escribió Comisarenco, “que a lo largo de su vida produjo una obra relevante y socialmente comprometida tanto a pequeña como a gran escala”.
Rina Melanie Lazo Wasem nació el 30 de octubre de 1923 en la ciudad de Guatemala, hija de Arturo Lazo Midence, médico, y Melanie Wasem, ama de casa, a quien Lazo le atribuyó haber cultivado su amor por la pintura y la cultura maya.
“Crecí en un medio indígena… un medio de arte indígena”, narró, recordando un viaje con su madre a una gruta en medio de ruinas mayas cuando era niña, lo cual la impresionó bastante.
En Guatemala comenzó a estudiar con el artista Julio Urruela, quien le sugirió que se inscribiera en la Academia de Bellas Artes. Solía recordar que ahí aceptó su primer encargo político: hacer emparedados por la noche para sus compañeros estudiantes que se oponían al dictador Jorge Ubico Castañeda.
Xibalbá, el inframundo de los mayas
Se trata de una obra de 5 metros de largo por 2 de ancho, de Rina Lazo, primera mujer en tener un mural en el Palacio de Bellas Artes, el cual muestra una interpretación de la mitología del pueblo maya-quiché, a partir del libro sagrado de los mayas: el Popol Vuh.
Xibalbá, el inframundo de los mayas, sintetiza los elementos clave de la cultura y cosmovisión maya, como el tránsito del Sol y el nacimiento del maíz desde el inframundo, elementos fundamentales del mito de Xibalbá, y hace referencia a los héroes gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, quienes descendieron al inframundo engañados por los dioses Hun Camé y Vucub Camé.
En Xibalbá, el inframundo de los mayas, última creación mural de Rina Lazo (fallecida en 2019), la artista representa la mitología del pueblo maya-quiché, inspirándose en el libro sagrado Popol Vuh. A diferencia de otras culturas que consideran el inframundo como un castigo, los mayas lo veían como una fase natural del ciclo de la vida. Por ello, el mural refleja un ambiente luminoso, alegre y festivo.
El mural Xibalbá, el inframundo de los mayas, de Rina Lazo, estará disponible para su visita a partir del 16 de agosto de 2024, en el Área de Murales, segundo piso del Museo del Palacio de Bellas Artes, de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Los domingos la entrada es libre.