Haidé Serrano
SemMéxico, Cancún, Quintana Roo, 18 de diciembre, 2024.- Hoy como nunca podemos ser parte de una conversación global entre mujeres. Nosotras siempre hemos compartido nuestras experiencias con otras. Estos diálogos fueron íntimos y en las cercanías de nuestras amistades, hasta hoy que son públicos y con cualquiera en la distancia.
Y en semanas recientes, estas charlas en redes sociales nos cuentan el “trend”: “y aun así me quedé”, una compilación de las violencias machistas que han sufrido las mujeres por parte de sus parejas hombres. Experiencias en las que nos podemos ver reconocidas todas una y otra vez.
En videos cortos, mujeres de todas las edades relatan violaciones sexuales, acosos, traiciones, engaños, infidelidades, y todo tipo de violencias machistas por parte de parejas sexo afectivas, que son, sí, hombres todos ellos; y al final de la anécdota agregan la frase “y aun así me quedé”. Parecen graciosas, muchas de ellas se ríen. Aunque es una catarsis colectiva en la que sus protagonistas comparten historias terribles.
Algunas advierten que sólo contarán los episodios más graves, porque en tan poco tiempo de duración del video, ¡no les alcanzaría el tiempo! A cada suceso le sigue otro que supera al anterior. Cuando no imaginas que pueda existir algo más espantoso, lo hay.
Hay varias reflexiones que podemos aventurar, una de ellas es la romantización del sufrimiento, esta idea que se asocia al supuesto amor que todo lo soporta, al amor que entre más padece más sólido y verdadero es. Una mentira que invisibiliza a los abusadores y sus dinámicas de manipulación emocional.
Además de la otra falsedad asociada al amor romántico que promete que ese hombre cambiará entré más se le toleren sus atropellos, “porque el amor todo lo puede y lo perdona”. Las mismas protagonistas confirman que nunca ocurrió. Porque justamente el “acto de quedarse” fue un autosacrificio que les costó salud mental, física y, en muchísimos casos, económica.
La valentía de estas mujeres permite mostrar que, a pesar de que se quedaron varias veces, al final decidieron irse. Y ver en otras la posibilidad de salir de relaciones de abuso machista es fundamental para quienes creen están en un callejón sin salida.
Esta tendencia también nos permite ver cómo la cultura patriarcal se mantiene aún en las generaciones más jóvenes, contrario a lo que se cree, que “ahora ya las cosas están cambiando”.
Sin embargo, también muestra cómo numerosas mujeres transformaron “y aun así me quedé” en “y decidí irme”. Es su resistencia a la violencia patriarcal. Y decir ¡no más! a esas “formas de amor”.
Es esencial profundizar en el fenómeno que atestiguamos para reflexionar sobre nuevas formas de relacionarnos que estén basadas en el respeto mutuo.
Y que podamos decir desde el principio: “y no me quedé”.
@HaideSerrano es maestra en Género, Derecho y Proceso Penal y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Consejera del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias de Quintana Roo.