- María Elena e Itzel sostienen que la justicia no está en sus manos
- Utilizan “hospitales pantalla” y sin vigilancia policiaca
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Oaxaca, 14 de mayo, 2025.- Detenidos por tentativa de feminicidio y con procesos judicializados, Juan Antonio V.C. y Ángel C.V. siguen hospitalizados, el primero hace cinco meses y el segundo hace dos meses, al presentar supuestos padecimientos, y con las facilidades del gobierno de Oaxaca.
Para María Elena e Itzel este procedimiento “para garantizar el derecho humano a la salud” de ambos victimarios, en contraste han trastocado sus vidas, ya que las autoridades han actuado al margen, de los derechos de las víctimas en específico a la justicia.
María Elena Ríos Ortiz, estudiante de música en la ciudad de México, sostiene que ha demostrado que la supuesta enfermedad o enfermedades de Juan Antonio V.C. solo obstaculizan el desarrollo del proceso judicial y son argucias de sus abogados para mantenerlo fuera del Centro Penitenciario Varonil de Tanivet, desde los primeros días de diciembre del año pasado.
Desde que inició el proceso judicial, Juan Antonio V.C. ha recibido diversos beneficios, incluyendo un intento, en enero del 2023, de libertad condicional por el juez Teódulo Pacheco Pacheco, pero ese mismo día las autoridades judiciales dieron marcha atrás, tras las protestas y el escándalo mediático internacional que generó la decisión del juez.
Itzel Jiménez Jarquín vive el mismo problema. Su agresor -hijo de una expresidenta municipal de Ciudad Ixtepec, fallecida en 2023, y que un año más tarde Ángel C.V. buscó gobernar ese municipio por un partido local- fue detenido en marzo pasado, pero no ha llegado al mismo Centro Penitenciario, porque sus abogados aplicaron la misma fórmula, pasar por enfermo al detenido, y lleva desde entonces un periplo de cuatro hospitales, entre públicos y privados.
En entrevistas por separado ambas -María Elena e Itzel- relatan que el saber que sus agresores, los cuales gozan de privilegios, están hospitalizados en nosocomios sin vigilancia policiaca y podrían escapar y hacerles más daño, les implica desgaste psicoemocional, además de vivir todavía secuelas severas de la agresión de la que fueron víctimas en 2019 y en 2024, respectivamente.
María Elena, violencia de Estado
Ríos Ortiz víctima de un ataque con ácido, el 9 de septiembre de 2019, mientras trabajaba en un negocio particular en Huajuapan de León, tiene las huellas de la violencia ácida en su cuerpo y aunque ha tratado de seguir su vida, se enfrenta a la violencia generada desde el propio Estado a través de sus instituciones.
Cita a los protagonistas de lo que llama un tejido de personajes que argumentan cumplir con la ley y garantizar los derechos de su agresor, un exdiputado local priista y empresario gasolinero, que se “entregó” a la justicia en abril del 2020, siete meses después de la agresión. Autoridades que dejan de lado lo que la víctima pasa cada día, refiere con relación a las intervenciones quirúrgicas a las que se ha sometido en estos casi seis años, pero sobre todo el aspecto emocional.
Señala a la médica del Centro Penitenciario Varonil de Tanivet, Itzelh Olivera López, adscrita a ese centro de reclusión y quien solicitó la excarcelación de Juan Antonio V.C., en noviembre del 2024, para su atención en un nosocomio privado de esta ciudad. Además de su médico particular tratante, Ulises Pérez Carrera; su equipo de abogados, personal del centro penitenciario, el juez que lo permite y claro, dice ella, también la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Berenice Ramírez Jiménez, ahora ocupada en su campaña en busca ser magistrada del Tribunal Administrativo Civil, del XIII Circuito (Oaxaca).
Él puede vengarse
Itzel Jiménez Jarquín tiene 24 años, en agosto del 2024 decidió vivir con su hoy victimario. En enero de este año, mientras vivían en Ciudad Ixtepec, la sometió a golpes tras revisarle su celular, luego la amenazó y golpeó con una pistola, además de pedir ayuda telefónica a otro hombre para “asesinarla y desaparecerla”. Al escapar, apenas con algo de ropa puesta, le salvó la vida.
Todavía tiene miedo y asegura que su vida corre peligro, “él puede tomar venganza contra mí…le han otorgado muchos beneficios, para salvaguardar sus derechos, pero yo estoy totalmente vulnerable mientras no esté en el centro penitenciario”.
La joven cuenta que su agresor nunca estuvo enfermo, ni mostró ningún padecimiento durante el tiempo que vivió con ella, en cambio, atestiguó su constante adicción a la cocaína y que ganaba dinero sin trabajar, por eso le extraña que ahora que debe enfrentar a la justicia esté supuestamente muy enfermo.
Hospitales pantalla
Desde que Ángel C.V. fue detenido de inmediato lo internaron en la Clínica Sandoval, en Ciudad Ixtepec, propiedad de sus amigos y a donde con cierta frecuencia le suministraban clonazepam “para estar calmado”, decía él mismo. El 28 de marzo, la jueza Ana Mirian Mendoza Pineda, del juzgado de Control de Juchitán del Circuito Judicial del Istmo, resolvió la prisión preventiva justificada por tentativa de feminicidio, lo trasladan a la ciudad de Oaxaca y en lugar de llegar al penal de Tanivet fue trasladado al Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso de la ciudad de Oaxaca, donde ingresó el 1 de abril.
En ese nosocomio fue enviado al hospital de Especialidades el 4 de abril por una supuesta enfermedad cardiaca, donde siete días después, el 11 de abril fue dado de alta, pero un nuevo amparo concedido por la jueza Laura Esther Cruz Cruz, del Juzgado Noveno de Distrito en el Estado de Oaxaca, emitido para no violar sus derechos prolongó su estancia en ese hospital hasta el 18 de abril pasado. De ahí fue trasladado a una pequeña clínica ubicada en San Bartolo Coyotepec, donde supuestamente requeriría un estudio de medicina nuclear, acto autorizado por el juez de control de Juchitán, Iván Alberto Villalana Villalobos.
Así un estudio que, de acuerdo con un especialista, que prefirió guardar el anonimato, tendría una duración de dos a cuatro horas, se ha prolongado por casi 25 días y, por otro lado, dice la fuente, la Clínica San Bartolo ubicado en la calle de Galeana Tercera Sección de ese municipio, no se encuentra entre las contadas instituciones, públicas y privadas que ofrecen ese servicio en Oaxaca.
Juan Antonio V.C. de 58 años fue internado en Tanivet el 19 diciembre pasado acudió a una consulta a un hospital privado de la ciudad de Oaxaca, de nombre Hospital Reforma, ya no salió fue hospitalizado por presentar hemorroides externas, Parkinson y trastornos depresivo-ansiedad, de acuerdo con el reporte de la médica del centro de reclusión de Tanivet del 27 de noviembre del 2024. Días después en el hospital le diagnostican siete padecimientos más, que hacen un total de 10: síndrome de canal estrecho cervical, síndrome de neurona motora superior, síndrome de mielodisplásico, sangrado de tacto digestivo bajo, enfermedad de ácido péptica secundaria, síndrome parkinsoniano, síndrome demencial, trastorno mixto: ansioso y depresivo, síndrome de intestino irritable e hipertensión arterial sistémica, según la nota de valoración de su médico, Ulises Pérez Carrera, en una ficha médica en la que indica que además el paciente se le practicó una hemorreidectimía.
50 días más tarde, Juan Antonio V.C. fue internado en un hospital en el municipio conurbado de Santa Cruz Xoxocotlán, donde hasta hoy, María Elena Ríos dice permanece hospitalizado, porque hasta la fecha no se le ha notificado otra cosa. En febrero pasado trascendió que el “detenido” había fallecido, pero horas más tarde la autoridades desmintieron el hecho y aseguraron que se encontraba en el hospital “custodiado”.
En ambos nosocomios, el San Bartolo y el Santa Anita no existe vigilancia policiaca para evitar que los detenidos y acusados por tentativa de feminicidio se den a la fuga.
No puedo cambiar lo que pasó
María Elena dice que no puede cambiar lo sucedido hace casi seis años, aun así está empeñada en su nueva imagen, no sólo hacia afuera sino también hacia adentro, “pero eso no quiere decir que deje de sentir, es impresionante la violencia que genera el Estado, pero también de la sociedad que ha perdido su capacidad de asombrarse ante la violencia contra las mujeres y un solo error en aras de la desesperación o nuestro cansancio sea el elemento primordial para demeritar nuestras luchas y justificar las acciones de los agresores”.
“A pesar de todo, quiero que vean que soy más, una estudiante, una saxofonista, una hija y una hermana que disfruta los espacios seguros que he creado, como la escuela y mis nuevas amistades”, una autoprotección que la lleva a terapias y consultas con disciplina, porque plantea “no puedo seguir en el mismo lugar de dolor y eso no quiere decir que deje de buscar justicia”.
La justicia en manos de las autoridades
Itzel todavía no supera el impacto de la agresión, apenas han pasado cuatro meses y esa violencia de Estado, como señala María Elena y que Itzel ve cuando son más las “facilidades, los apoyos” para su agresor, que desde el 5 de marzo, fecha en que detenido, sigue pretextando estar enfermo para no ser ingresado en Tanivet.
“Soy joven, algún día voy a mirar todo esto desde otro lugar, hoy experimento miedo o rabia, la justicia tiene que volver a mirar a las víctimas, pero eso depende de las autoridades”.
Las coincidencias
Juan Antonio V.C. y Ángel C.V. además de estar acusados e indiciados en procesos judiciales por tentativa de feminicidio, han participado en política, uno por el PRI el otro por el Partido Mujer. Ambos se jactan, frente a sus víctimas de tener poder económico. Ambos utilizan a sus familias para amedrentar a sus denunciantes a través de redes sociales y ambos siguen la misma receta para no ir a prisión: dicen estar enfermos.
