- Pareciera que hay democracia para las mujeres pero no la hay: Alicia Elena Pérez Duarte
- El antipunitivismo en el que convergen conceptos como el consentimiento y el altruismo han logrado disminuir las penas a violadores como ha ocurrido en España: Núria González López
Elda Montiel
SemMéxico. Ciudad de México, 15 de noviembre, 2023.- ¿Que hace el feminismo con la ley? Quitarle la venda de los ojos a la Diosa Temis, porque no ve cómo están las balanzas, pareciera que hay democracia, pero no la hay. Las feministas le dicen que esas balanzas deben estar equilibradas, expresó la doctora Alicia Elena Pérez Duarte y Noroña especialista en temas de igualdad de las mujeres del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unam.
Lo dijo al inaugurar junto al director de la Facultad de Derecho, Germán Pedroza Gaitán, la “Jornada Feminismo y Derecho: Deudas y Frentes Abiertos en el reconocimiento del Derecho de las Mujeres y el Acceso a la Justicia” que se realizó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), el pasado 9 de noviembre, coordinado por la abogada feminista y penalista, maestra Claudia Espinosa Almaguer.
Esta jornada, con la participación de abogadas de México, América Laina y Europa formó parte de las actividades de la XXIV Semana de Derecho y Criminología y que tuvo como sede la Facultad de Derecho.
La violencia política contra las mujeres, la violencia sexual y reproductiva con la venta del cuerpo de las mujeres por prostitución y alquiler de vientres, y los feminicidios son las deudas y frentes abiertos en un país donde el 70 por ciento del territorio cuenta con una Alerta de Violencia de Género.
Hasta septiembre de este año se contabilizaban en las llamadas al 911, más de 257 mil incidentes de violencia contra la mujer entre violencia familiar, violencia de pareja, violación, acoso y hostigamiento sexual, refirió Claudia Espinosa Almaguer.
Acerca de la violencia política contra las mujeres se expuso, que fue la respuesta lógica para el sistema patriarcal por parte de los partidos políticos y algunos sectores sociales al arribo masivo de las mujeres a la política.
Esta violencia se cruza con la libertad de expresión, justo en el ejercicio de los derechos políticos y electorales de las mujeres”, señaló Josefina Meza Espinoza, presidenta de la Red Nacional de Mujeres Defensoras por la Paridad en Todo.
Mar Grecia Oliva Guerrero, política y abogada, directora y cofundadora de La Costilla Rota, sostuvo que, en los casos de violencia política contra las mujeres y la libertad de expresión, se dan de manera cotidiana en donde en muchas ocasiones se demerita, con total impunidad, el trabajo de las mujeres por una condición física y no por su desempeño laboral. En contraste con los hombres no hay punto de comparación en cómo son juzgadas las mujeres.
Para Andrea Arratibel, periodista y bióloga, lo que se ha visto muy claro en redes sociales o plataformas es la evidente violencia política ejercida en todos los ámbitos. Son los hombres quienes agreden más, por el anonimato de sus comentarios y esto va, desde los grandes empresarios, dueños de medios, hasta la sociedad en general.
Arcelia Reyes Rodríguez, cofundadora de La Silla Rota, refirió que las dinámicas organizacionales y editoriales contribuyen a perpetuar los estereotipos sexistas toda vez que el 80 por ciento de los dueños de los medios son hombres. “Desprecian y subestiman a las mujeres en todas sus dimensiones, por lo que no podemos hablar de un acceso a una libertad sin violencia hacia las mujeres, sino promovemos legislación y mejores prácticas a favor de la igualdad y la justicia para nosotras”.
Lo que se destacó en el panel que abordo la violencia política y la libertad de expresión, en la política, es que cuando se quiere atacar a un hombre se ataca por sus acciones públicas, caso contrario de las mujeres políticas en donde el ataque siempre va hacia su esfera privada, es decir, su físico, su familia, su relaciones personales.
También cuando se habla de igualdad se mal entiende y se utiliza para burlarse de las mujeres, no entienden que se habla de igualdad de oportunidades, derechos, mismos sueldos. Lo que realmente se necesita para hablar de una igualdad, es el cambio de cultura, rechazando la violencia política en todas las formas, pero particularmente ésa que viene de tratar diferente a una persona de otra, solamente por ser mujer.
Formas de violencia sexual vendidas como empoderamiento: Espinosa Almaguer
En el panel de la violencia y explotación sexual y reproductiva Claudia Espinosa Almaguer, dijo que los frentes abiertos son algunas formas de violencia sexual que se están dejando pasar; que se nos está vendiendo como un empoderamiento y lleva de paso el tema de la explotación reproductiva.
“Es decir, esa libertad de vender tu cuerpo, esta cosificación de la mujer para que te convenzas y dejes de ser sujeta de derechos humanos”.
Alertó que una de las consecuencias de la cosificación a las mujeres es la diferencia generacional, ya que las mujeres más adultas tienen claro el tipo de violencia sexual que han vivido al momento de denunciar un delito, mientras que las generaciones más jóvenes no tienen claridad o conciencia en cuanto al tipo de violencia que sufren.
Esto obstaculiza la construcción de una acusación penal, en la que inciden factores como la pornografía, que afecta la percepción de las victimas acerca de la violencia que padecen.
Invitó a las y los presentes, pero, sobre todo a las estudiantes identificar antes de trasladar a un contexto jurídico, en la vida cotidiana, cómo se imaginan adaptarse a la idea de ser un objeto y hacer un only fans, prostituirse, y llamarle trabajo.
“Cómo imaginan la violencia sexual, piensen en su cotidiano de cómo se está vendiendo esta oferta de poner fotos, subir el acompañamiento, tener página de “Only fans” para sacar dinero como si fuera algo libre, pues, es tu cuerpo. Lo que dijo es una trampa al igual que los vientres de alquiler, que es normalizar la violencia sexual que, aunque se perfume y maquille no deja de serlo”.
Una de las características del feminismo, aclaró, es tener muy fijas las formas, la trata de personas, la prostitución ajena, trata, y vientres de alquiler”, expresó.
La abogada española y activista feminista, Núria González López, fundadora de L´Escola A.C, explicó que el feminismo no odia a los hombres, solo a los violentadores, los que compran niños, a mujeres pobres y las explotan. Deben ser odiados y señalados.
Lo que mueve la industria de la prostitución es el patriarcado: «quienes hemos estudiado los vientres de alquiler, sabemos que una parte importante del mercado son parejas de hombres u hombres solos. Por ello, tenemos la obligación de señalar a los violentadores, los que hacen mal a los vientres de alquiler».
Precisó que el antipunitivismo en el que convergen conceptos como el consentimiento y el altruismo han logrado disminuir las penas a violadores como ha ocurrido en España.
Aseguró que este fenómeno generalmente va orientado hacia los delitos de la violencia contra las mujeres a nivel mundial, y no para delitos contra la propiedad u otros cuyas penas han aumentado a lo largo de los años.
Sandra Ramírez Rave, activista en procesos de comunidades de mujeres vulnerables, víctimas de violencia sexual y trata, explicó que desde el contexto de Colombia en un ambiente de guerra, narcotráfico, necesidades económicas y migración desde Venezuela, la sociedad ha expuesto a las mujeres a una enseñanza que las orilla a la explotación sexual. Lo que ha provocado que haya generaciones de jóvenes que le dan el valor a la vida, de “lo que sea que dure la vida”.
En estos contextos se hace toda la pedagogía de la hipersexualización que empieza con el acoso sexual y las violaciones de las mujeres jóvenes, ejemplo de ello es que un amplio porcentaje de las mujeres que se han asumido como “trabajadoras sexuales” fueron víctimas de violencia sexual en su infancia y en su adolescencia.
De esta manera se introduce la idea de qué lugar ocupan las mujeres en la sociedad y se agrava cuando las víctimas reciben pagos por su silencio, por lo que consideran estos como los momentos en los que se empieza a ver la violencia sexual como una supervivencia
El feminicidio no se consigue abatir
Claudia Espinosa Almaguer previo a la realización del evento, refirió que las conductas de odio y discriminación por el hecho de ser mujeres que culminan en feminicidio, suicidio y homicidio afectan gravemente su integridad y seguridad, definen la violencia feminicida, analizada desde 1993, tipificada desde 2010 y cuyo altísimo nivel de impunidad no se consigue abatir.
Por eso el lugar para discutirlo es México, donde más del 70 por ciento del territorio tiene una Declaratoria de Alerta de Violencia de Género, entre ellas San Luis Potosí.
Sostenemos que hay una deuda con las mujeres a lo que se añade que es urgente comenzar a analizar prácticas de agresión y explotación de diversa índole sobre las cuales es necesaria una legislación adecuada para prevenir, atender y sancionar su comisión, con penas, de cárcel y desde una política criminal eficaz y claramente punitivista.
Siendo el Feminismo, con una agenda enfocada en las mujeres y en sus derechos, el movimiento que, al cabo de trescientos años de evolución teórica, ha conseguido entre sus muchos logros, definir prácticas lesivas que hasta hace muy poco permanecían invisibles para el Derecho, es dable recobrar las demandas y la analítica de quienes han legado diversos delitos, conceptos y enfoques que hoy son principios constitucionales de derechos humanos.
Este evento se efectuó en colaboración con la Internacional Feminista de Mujeres, L’Escola, A.C., La Costilla Rota, Fundación Carmen Sánchez MX, Corporación Mujer Denuncia y Muévete, y la Red Nacional de Mujeres Defensoras Por la Paridad en Todo.
