* Una vía para adquirir conocimientos
* Vinculan activismo y academia
Lirians Gordillo Piña
SemMéxico/SEMlac, La Habana 18 noviembre 2019.- ¿Debemos todas y todos ser feministas? Esta interrogante motiva a un grupo de activistas cubanas para poner en común conceptos clave y rescatar la tradición del feminismo negro en la nación caribeña.
La escuela feminista es una iniciativa de El Club del Espendrú y TxT (Todas por todas),
colectivos de la sociedad civil que vinculan la lucha antirracista con la
feminista. Los encuentros sesionarán durante cinco jueves consecutivos en la
sede de la Fundación Ludwig, una institución no
gubernamental y sin fines de lucro radicada en La Habana.
«Un curso no resuelve un problema, no nos prepara completamente en un tema
que es tan amplio y complejo; pero sí es una vía para adquirir conocimientos,
compartir saberes y puede ser un medio para el empoderamiento, porque sin
conocimientos e información es muy difícil empoderarse», dijo durante la
primera sesión la socióloga Yulexis Almeida, quien comparte la coordinación del
taller con la investigadora Aracely Rodríguez Malagón.
Almeida vincula activismo y academia, pues es investigadora y vicedecana de la
Facultad de Sociología de la Universidad de La Habana y fue integrante
del Grupo Afrocubanas, proyecto que vinculó
feminismo y activismo antirracista. Una vez disuelto Afrocubanas, Yulexis creó
junto a otras mujeres el colectivo TxT.
«Uno de los objetivos de TxT, en sintonía con lo que hacíamos en
Afrocubanas, es crear alianzas entre los diferentes grupos de activismo, porque
nos parece que están pasando cosas muy interesantes, pero muy desarticuladas.
Sin que los grupos pierdan su identidad, es importante identificar áreas para
trabajar de conjunto. El taller es la primera experiencia para cumplir con ese
objetivo», dijo Almeida a SEMlac.
Pensado desde lógicas participativas, el taller no se concibe como un curso
formal y tradicional. Aunque se compartirán conceptos y bibliografía básica, la
construcción principal será a partir de los conocimientos propios y las
vivencias.
«No quiere decir que las activistas que no son académicas no tengan
saberes y que estos saberes no sean importantes en la labor de la lucha
antirracista y antisexista que llevamos en Cuba, pero pensamos también que si
unimos nuestros saberes es mucho más eficaz el trabajo que hacemos»,
agrega Almeida.
Otro de los objetivos es integrar la lucha feminista con la lucha antirracista,
pues muchas veces las desigualdades de género y las voces de mujeres quedan en
segundo plano.
«Vamos a empezar por el feminismo histórico moderno para traerlo a Cuba,
rescatando esa pioneras que existieron en el país y que no se ven, sobre todo
tratando de recuperar lo que es el feminismo negro», explica Rodríguez
Malagón, del Club del Espendrú.
Hasta el momento se han inscrito en el taller una veintena de personas, entre
ellas docentes, investigadoras, activistas, artistas y economistas. Además de
adquirir conocimientos, debatir e intercambiar, las y los participantes aspiran
a sumar recursos útiles para la transformación y el empoderamiento personal y
colectivo.
«Estos son temas que requieren de mucha comprensión, porque son temas que
atraviesan nuestras vidas cotidianas y nuestra subjetividad. Por tanto, muchas
veces están comprometidos nuestros afectos y estos no ayuda a tener una
comprensión clara del fenómeno. El curso puede ser un medio para comprender las
problemáticas que nos atraviesan y después cada cual, desde su ámbito de
acción, podrá implementar mejores estrategias de enfrentamiento», dijo
Almeida al grupo.
SEM-SEMlac/lgp