Bellas y Airosas| Descubrir y releer a las escritoras mexicanas

Fecha:

Compartir:

Elvira Hernández Carballido

SemMéxico, Pachuca, Hidalgo, 14 de junio del 2023.- Celebrar este 13 de junio a las escritoras es un maravilloso pretexto para recomendar antologías donde las recuperan con todo su esplendor. Les comparto los siguientes títulos para que reafirmemos que la escritura siempre ha sido nuestro espacio de expresión.

El primer texto que me marcó en este sentido fue el de Martha Robles: “La sombra fugitiva: escritoras en la cultura nacional” (1985). Presentado en dos tomos, la autora hace un puntual recorrido sobre la vida y obra de un número significativo de mujeres dedicadas a la literatura. Calificado como un estudio serio y sistematizado, describe temáticas y estilos, rasgos biográficos y listado preciso de las obras que han escrito.

En el primer tomo, por supuesto, la primera que surge entre estas páginas es Sor Juana Inés de la Cruz, pero llegan otras más, pioneras admirables como María Enriqueta y Dolores Bolio. Al iniciar el siglo XX es ineludible mencionar a Antonieta Rivas Mercado. Surgen por empeño propio Nely Campobello, Concha Urquiza, Guadalupe Marín y Julia Guzmán. Se menciona también a Benita Galeana, Judith Martinez Ortega. Adriana Garda Roel y Asunción Izquierdo, que firmaba sus textos con el seudónimo de Ana Mairena. No pueden faltar Rosario Castellanos y Elena Garro. Nos aproximamos a fragmentos póetica de Ulalume González. Brillan como siempre Luisa Josefina Hernández e Inés Arredondo.

Debo confesar que el segundo tomo es mi favorito, principalmente porque recupera -y de ahí salió mi tesis de maestría- a las tres primeras reporteras mexicanas: Elvira Vargas, Magdalena Mondragón y Esperanza Velázquez Bringas. También se menciona a María Luisa “China” Mendoza y Elena Poniatwoska. Se hace mención de narradoras como Ethel Krauze y Ángeles Mastretta.

En 1987, Fabbiene Bradu presentó “Señas particulares: escritora” (1987), donde recupera y analiza tanto los perfiles como las obras de: Elena Garro, Rosario Castellanos, Inés Arredondo, Luisa Josefina Hernández, Josefina Vicens, Julieta Campos y María Luisa Puga. Desde la introducción, la investigadora advierte que no desea hacer un catálogo de la literatura escrita por mujeres, asegura que ha cuidado mucho elegir siete obras que han consolidado en este escenario donde todavía no se les ve con confianza. No las magnifica ni tampoco las compara, las valora en su contexto y espacio, en sus temáticas y estilos, en su personalidad y talento. Realmente se orienta para leerlas, disfrutar sus historias, valorar sus perfiles. Se advierte un dilema en la autora sobre si reconocer o no que existe una escritura específica que las mujeres desarrollan por cuestiones de género, aunque intenta centrarse en la calidad de sus textos, se advierte esa perspectiva de valorar la literatura por su calidad y no por determinar si es redactada por un hombre o una mujer. Las señas particulares que ella recupera, son de mujeres escribiendo sobre ellas mismas, su sentir y vivir de mujeres.

Oswaldo Estrada dio a conocer ya en este siglo XXI “Ser mujer y estar presente” (2014), un libro que nos guía e ilustra, nos muestra y demuestra la sensibilidad y calidad de las mujeres mexicanas que se han dedicado a la literatura. Con mirada analítica, sustentado con bases académicas del estudio del discurso y del género, el autor nos presenta un muestrario de la escritura, el sentir, las perspectivas y sinrazones que motivan a las mujeres a escribir cuentos, crear novelas, hacer relatos y ganarse un lugar en la gran literatura de México.

El libro está dividió en tres partes: “Debates del silencio y la palabra”, que presente a tres grandes clásicas del mundo literario nacional. Nellie Campobelo, Rosario Castellanos y Elena Poniatowska: La segunda parte titulada “Historias, cartas y cuerpos”, recupera a Carmen Boullosa, Mónica Lavín y Margo Glantz. La tercera sección, “Disidencias de identidad”, Estrada elige que esta también representada por tres autoras: Rosa Beltrán, Cristina Rivera Garza y Guadalupe Nettel.

Los tres textos, representan una gran oportunidad de repasar la historia de la literatura mexicana hecha por mujeres. Significa reconocer las aportaciones de historias y estilos, de personajes reales que no existen y de personajes de ficción que se parecen a tanta gente que conocemos. Es hacer visibles palabras e imaginación, sensibilidad y talento de mujeres que encuentran en las palabras la mejor manera de inspirarse, provocarnos y hacernos palpar el amor por la vida. Las obras analizan y dan pautas para comprender la trayectoria de cada escritora elegida. No son complacientes, reconocen aportes y retos. Ya lo dijo Rosario Castellanos: “Hay libros, autores a los que se ve uno obligado a regresar siempre, porque su vigencia no decae, porque su lección es siempre oportuna, porque su ejemplo no pierde validez”. Que esta provocación les motive a conocer, reconocer, descubrir y disfrutar a las escritoras mexicanas.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí



Artículos relacionados

Organizan INE y UNAM Jornada de debate estudiantil

Se reúnen en el Instituto juventudes universitarias para intercambiar opiniones y propuestas para los principales problemas del país

Mi primera gran crónica, siendo niña y junto al general lázaro cárdenas: Nidia Marín

A Nidia Marín, casi nadie la reconoce como una extraordinaria periodista perteneciente a la llamada “vieja guardia”, mucho menos, se sabe que fue ella quien abrió la brecha para que otras mujeres incursionaran en la prensa escrita.

Viene el cierre, preparen Muelle 1

Una de las grandes preguntas que se hacen los partidos políticos que participan en la actual contienda electoral por la presidencia de la República –además del Congreso, gobernadores y congresos locales- es qué porcentaje de la votación alcanzarán, lo que está, ahora sí, en manos de la sociedad con derecho a votar.

Asalto a la embajada mexicana y efectos secundarios

El asalto a la embajada de México en Ecuador detonó una cadena de reacciones, que provocó reveladores efectos secundarios en el hemisferio.