Martha Canseco González
SemMéxico, Pachuca, Hidalgo, 8 de enero, 2024.- En serio que ya quiero cambiar de tema, llevo varias columnas escribiendo sobre la violencia contra mujeres, adolescentes y niñas, pero cada semana hay algo nuevo al respecto. Esto, por supuesto, quiere decir que las cosas, en este rubro, van de mal en peor.
Entiendo, este es un grave problema sistémico, pero es que no se mueve ni un ápice esta situación, ¡hasta dónde vamos a llegar! Del abuso de aquellos hombres autodenominados héroes y monstruos sagrados pasamos ahora al de aquellos con enorme poder económico o político.
La semana pasada, la jueza norteamericana Loretta Preska levantó el secreto sumario en torno a la demanda que Virginia Giuffre levantó contra el magnate Jeffrey Epstein y su amante Ghislane Maxwell, por abuso sexual y violación.
En el documento de 900 páginas, aparecen por lo menos 200 nombres de hombres conocidos o no, que o participaron en las orgías donde se abusaba de jóvenes y niñas, o sus conocidas fiestas, cenas y reuniones en sus residencias y la isla de su propiedad.
Recordar que Epstein, se suicidó en su celda de una prisión de alta seguridad, (increíble), en Manhattan mientras esperaba juicio por sus delitos sexuales.
Los expresidentes norteamericanos Clinton y Trump, el príncipe Andrés de Inglaterra, un ganador anónimo del premio Nobel de Química, el ilusionista David Copperfield, el magnate del cine Harvey Weinstein, ahora en la cárcel por delitos sexuales, el cazatalentos de modas el francés Jean Luc Brunel, quien se suicidó en su celda encerrado ahí por delitos de la misma índole y hasta el mismísimo famoso científico Stephen Hawking.
Como sea, tan sólo aparecer en esas páginas debería ser motivo de enorme vergüenza, pero pues vergüenza es precisamente de lo que carecen estos hombres encumbrados, porque están convencidos que precisamente por su posición las reglas, normas y leyes éticas o morales no son para ellos y están exentos.
Y lo peor de todo, es que no pasa ni pasará absolutamente ¡NADA!
Lo cierto es que los hombres no necesitan gozar de poder y prestigio para salirse con la suya y no responder ante sus abusos, crímenes o conductas antisociales, de eso se trata la supremacía masculina.
En nuestro país las cosas no están ni de lejos mejor, ya hablaba la ex secretaria de gobernación de la 4T, Olga Sánchez Cordero en una entrevista, sobre el marcado machismo que domina en estos gobiernos morenistas, el federal y los estatales.
La situación de las mexicanas está cada vez peor, de entrada, desmanteladas, paralizadas, omisas o pauperizadas la mayoría de las instituciones que se crearon con otros gobiernos, para prevenir, atender y erradicar la violencia de género lo que ha propiciado su escalada monumental.
Y observen para dónde va la cosa, y como muestra un botón. Muy oronda la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez ha anunciado el lanzamiento de una línea de apoyo orientada a hombres llamada “De hombre a hombre”, en la que pueden solicitar ayuda de manera anónima.
¡En el Estado de México, el lugar donde ocurre el mayor número de feminicidios en el país!
La información asegura que 29 por ciento de los hombres de ese estado sufren violencia o trastornos psicológicos, argumento engañoso, ya que no define claramente qué porcentaje es violentado, (tampoco sí por otros hombres o por mujeres) y qué porcentaje está mal de la cabeza, son dos condiciones diferentes.
Por otra parte, los datos del INEGI son claros: el 70 por ciento de las mexicanas han sufrido o sufren violencia y el 90 por ciento de sus agresores son hombres, por lógica las políticas públicas deben de ir orientadas para atender a la población más vulnerable, es decir, las mujeres, no para los hombres.
Total, que yo no sé si Delfina tiene mierda en la cabeza, no entiende ni le interesa de qué se trata la equidad de género o a esta mujer no le importa ser una porrista del patriarcado.
Que nos quede muy claro y este es un magnífico ejemplo, ¡cuerpo de mujer no garantiza respeto a los derechos humanos de las mujeres!
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