Mientras a nivel nacional y estatal, las políticas en favor de mujeres, niñas, niños y adolescentes van en reversa, dos eventos distintos me permiten tener la esperanza de que podríamos perfilar un México más justo y equitativo.
Dice Wikipedia, “La libertad de expresión es un principio que apoya la libertad de un individuo o un colectivo de articular sus opiniones e ideas sin temor a represalias, censura o sanción posterior”
Como he platicado en varias ocasiones en este espacio, tuve el privilegio de trabajar como analista de información internacional en Canal 13, cuando ese medio de comunicación le pertenecía al estado
En este sistema hegemónico que padecemos desde hace siglos, no es lo mismo que haga lo mismo una mujer que un hombre. Tiene distinto valor, aprecio, propósito y corre distinta suerte.
Una verdadera democracia es aquella que no sólo aprecia a sus hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes por igual, también persigue y logra su total bienestar. Incluirlos en esa búsqueda es aún mejor.
Le platico el caso en Barcelona, España de unas gemelas idénticas de origen argentino que el pasado mes de febrero en su casa, saltaron desde el balcón ubicado en el tercer piso.
Tenía yo 14 años cuando vi disparar al heroico ejército mexicano contra una enorme multitud desarmada. Ahí, en la Plaza de las 3 culturas en Tlatelolco, había el 2 de octubre de 1968, hombres, mujeres, adolescentes, niñas, niños y personas de la tercera edad.
A partir de este domingo 2 de marzo ofrecemos: una retrospectiva, a 50 años de la primera conferencia mundial de la mujer que se celebró en México, de los 30 años de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, Beijing 1995 y todo lo que sucede y está sucediendo alrededor del 8M.