Martha Canseco González
SemMéxico, Pachuca, Hidalgo, 18 de abril del 2023.- Como he platicado en varias ocasiones en este espacio, tuve el privilegio de trabajar como analista de información internacional en Canal 13, cuando ese medio de comunicación le pertenecía al estado y en momentos muy álgidos de la llamada “guerra fría” que provocaba la necedad de las súper potencias de lograr mayor influencia en las distintas zonas del planeta.
Estados Unidos y la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, promovían, armaban, financiaban y solapaban conflictos y rebeliones donde más les conviniera para luego, apagar fuegos y como dice el dicho, “a río revuelto ganancia de pescadores”.
De hecho, lo siguen haciendo, sólo que por muy distintos motivos y en circunstancias totalmente diferentes.
Y en medio de esos conflictos, la diplomacia mexicana basada en la doctrina Estrada, tuvo un papel muy relevante. La política exterior de México era tan reconocida qué, en el resto de América Latina se le llegó a considerar “el gran hermano”.
Me tocó observar como analista, la mediación de nuestro país en las guerras que azolaron a Centroamérica en los años ochenta. Seguí muy de cerca los trabajos del grupo Contadora, integrado por iniciativa de México y en el que participaron también Colombia, Venezuela y Panamá.
La finalidad del grupo fue promover la paz en América Central y actuar como mediadores ante las crisis políticas que afectaron a esas naciones en esos años.
Igualmente me tocó cubrir tanto las conversaciones de paz entre el gobierno de Colombia y la guerrilla del M19, como las del gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, en ambas México fue el anfitrión y organizador.
Ahí se fraguaron las carreras de algunos, en ese momento, jóvenes diplomáticos, que siempre tuvieron el apoyo y la guía de las y los más experimentados diplomáticos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Todo eso se vino abajo con la llegada de Vicente Fox a la presidencia y el cambio radical de la política exterior mexicana. Imposible olvidar el “comes y te vas” que Fox mandató al presidente de Cuba, Fidel Castro, con el objetivo de quedar bien con Washington durante la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo que se llevó a cabo en Monterrey.
Y la verdad es que desde entonces la diplomacia mexicana no ha levantado vuelo para alcanzar las alturas que llegó a tener.
Por supuesto con el gobierno de MORENA, ni de lejos se alcanzará ese prestigio que tuvo México en el ámbito internacional. Ahí está ahora México aceptando hacer el trabajo sucio para Washington con respecto al grave problema migratorio, cuando antes y a pesar de todo, la nación mantuvo una postura muy digna ante el imperio.
La muerte de 40 migrantes retenidos de manera ilegal en una estación migratoria en Ciudad Juárez, patentizó la incapacidad de México para detener el flujo de personas que necesitan a toda costa llegar a Estados Unidos.
Así también, la trampa del gobierno norteamericano para limpiar su imagen, luego de las imágenes que conoció el mundo, cuando la administración Trump decidió separar familias y ponerlos en jaulas. Obligó entonces a México a hacer eso mismo, sólo que en peores condiciones.
Pasarán muchos años, antes de que nuestros países hermanos perdonen este crimen cometido contra sus ciudadanos en suelo mexicano. Atrás, muy atrás, quedó el concepto del gran hermano.
Para acabarla de amolar, luego vino la carta que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador envió al primer ministro chino Xi Jinping pidiéndole que pare el tráfico de fentanilo a nuestro país.
No sé si catalogar la misiva como ingenua, tierna, cínica o atrevida, pero López Obrador violentó todas las formas diplomáticas que rigen a nivel internacional, pero lo cierto es que nadie en la Secretaría de Relaciones Internacionales tuvo el tamaño suficiente para detener la inocentada. El colmo de males fue hacer pública la misiva.
Yo intuyo, que López Obrador cree que tiene la estatura internacional de la que goza el expresidente de Uruguay José Mújica, sus seguidoras y seguidores así se lo hacen creer, ¡que daño hacen esos corifeos!, aquí están las consecuencias.
El gobierno de China, respondió en consecuencia y también hizo pública la respuesta. Dejó así al descubierto las mentiras de nuestro “Mujiquita”.
Es cierto, en China no se fabrica fentanilo, ahí se elaboran los precursores que sirven para hacerla, estos por sí solos no hacen daño. El problema es cuando los precursores llegan a las manos del crimen organizado en México.
Esto quiere decir que en México se fabrica fentanilo y se exporta a los Estados Unidos. Las revelaciones del Washington Post del fin de semana, las cuales indican que la DEA, infiltró al cártel de Sinaloa, en específico a los hijos de Joaquín Guzmán Loera, echan por tierra las aseveraciones de López Obrador.
¡Ojalá que Washington, no sólo sostenga las demandas contra los hijos del Chapo, sino también las levante contra los cárteles norteamericanos y las autoridades de ese país, sin cuyo apoyo y trabajo, no sería posible que el fentanilo mexicano llegue a tantas manos de ciudadanas y ciudadanos del país vecino, que están muriendo por miles ante esta letal droga!
Mientras el presidente de México insista en defender al cartel de Sinaloa y a las instituciones mexicanas que los apoyan, la sepultura de la diplomacia mexicana, se hará cada vez más honda, ¡jamás me imaginé que recordaría con tanta nostalgia los mejores momentos de esa institución que fue modelo a nivel mundial!
