Cimbra al país, a Colombia y a los medios de comunicación el feminicidio de Ana María Serrano Céspedes, cuyo responsable está detenido

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  • En la Cámara de Diputados un punto de acuerdo para que Gobernación explique falta de resultados, porque cada hora asesinan a una mujer en México
  • El caso de Ana María Serrano trasciende fronteras, hay solidaridad en cadena, la madre clama justicia real, reparación

Sara Lovera

SemMéxico, Ciudad de México, 20 de septiembre, 2023.- En 4 días, desde que Ximena Céspedes publicó en redes sociales el asesinato de su hija Ana María Serrano Céspedes sucedido en el 12 de septiembre en el municipio de Atizapán, pidiendo justicia, surgió una espiral solidaria y mediática que empieza a revelar detalles del asesinato, para a conmover, mientras cada hora hay una mujer asesinada en México.

La madre clama justicia, aún cuando esté identificado y detenido el presunto responsable. Teme que el proceso en el camino se tuerza, teme que se pierdan pruebas. Teme a la impunidad que rodea la mayor parte de los feminicidios, como dice la doctora en derecho Araceli García Rico.

La narrativa, como en el caso de Debanhi Escobar, de abril de 2022 en Nuevo León, ha ocupado muchos minutos en los medios, nacionales y extranjeros. Pero escasea el análisis global, y solamente un diputado panista, Luis Mendoza Acevedo, arrancó un punto de acuerdo para que la Secretaría de Gobernación explique por qué no tiene resultados de los feminicidios, entre 10 y 17 casos al día. “Digan qué pasa con el Programa Integral”, reclamó.

A diferencia del feminicidio de Debhani, en este feminicidio, sucedido hace poco más de una semana, es que las autoridades, sin protagonismo, actuaron rápido. Pero hay que temer, insiste García Rico.

Una jueza de control ayer determinó la vinculación de Allan N, por su presunta responsabilidad en el feminicidio. Y solamente la madre de Ana María, es quien habla con las y los periodistas.

Lo de Debhani, todavía no se resuelve después de un año 5 meses.  No se sabe nada del o los responsables. En el caso de Ana María Serrano Céspedes, de 18 años, estudiante de medicina, fue su madre quien ha puesto al frente de la denuncia, y muy serena, narra, cuenta, y dice que no habla en lo individual al reconocer que hay una crisis humanitaria significada por el feminicidio, debía afrontarse por las autoridades responsables.

El hecho ,  sin embargo,  ha generado nuevamente individualizada, una la narrativa mediática, más preocupada por el detalles, y para la que las autoridades actuaran rápidamente, mientras la impunidad rodea al 93 por ciento de todos los crímenes feminicidas, como dice el Observatorio Nacional del Feminicidio. Y para ello no tienen respuestas.

La doctora en derecho, Aracely García Rico,  explicó al diario El Espectador de Colombia, que el llamado de la madre a que haya justicia es porque las investigaciones son deficientes, se pierde la cadena de custodia, no se investiga con perspectiva de género y con frecuencia estas fallas liberan a los responsables.

También les dijo, a propósito, el reportaje que habla de connacionales colombianas asesinadas en México, que no hay recursos para la estrategia policial, pero no los hay para capacitación y fueron eliminados los recursos de prevención que se canalizaban a los estados de la República, a través del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas orientado a la prevención y atención de la violencia contra las mujeres, este puede ser el caso del Estado de México.

Acción Inmediata

Las autoridades ministeriales actuaron de inmediato. Ximena Céspedes declaró que está satisfecha por esa actuación, no obstante, dijo en entrevista, que lo más importante es que todos los casos deberían ser atendidos y resueltos con celeridad y cabalmente.

Ayer en la Cámara de Diputados, el panista Luis Mendoza Acevedo propuso un punto de acuerdo para que la diputación exija a la Secretaría de Gobernación y a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, publique de inmediato el desempeño, impacto y resultados del Programa Integral para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

Las expresiones de indignación están ya en la prensa internacional. En Colombia especialmente, porque Ana María Serrano Céspedes, acosada por su exnovio, hoy presunto responsable, fue arteramente asesinada -la necropsia ya lo confirmó-; y como, dijo el diputado panista, no se ha atendido la “ola de violencia contra las mujeres”. Por ello solicitó el punto de acuerdo para que Gobernación rinda cuentas, mientras en la Cámara se siguen sumando iniciativas punitivas y no se alude a los programas, ahora nuevamente recortados en sus recursos, como aparece en el presupuesto planteado para 2024.

Bastaron 4 días

En escasos 4 días, la narrativa mediática, va al detalles, las fotografías, la conmiseración y la actuación de las autoridades, pero no va al fondo de la problemática.  Y las o los especialistas no son solicitados a las pantallas. En cambio, sigue el detalle, minuto a minuto. Que si estaba sola, que si el exnovio la molestaba, que si no había contexto para sugerir que podía actuar sin control, que si ya fue detenido, identificado. Que ella, se repite “tenía tan solo 18 años”.   Y los exhortos se acumulan.

Mirada casuística

Los medios informan. La investigación policial sobre el feminicidio de Ana María Serrano Céspedes,  la mexicana de 18 años asesinada en su casa del Estado de México el pasado 12 de septiembre presuntamente a manos de su expareja, Alán Gil Romero, de la misma edad, comienza a esclarecer las primeras incógnitas del caso. 

Dan cuenta de que “el caso” ya tiene resonancia internacional porque Serrano Céspedes es sobrina del exministro de Hacienda y de Comercio en Colombia durante la presidencia de Iván Duque (2018-2022), José Manuel Restrepo.

 La joven, hija de padre mexicano y madre colombiana, comenzó en julio la carrera de Medicina en la Universidad Panamericana de la Ciudad de México, “Quería ser cardióloga, le decía al abuelo que ya le iba a cuidar el corazón ella. Tenemos la foto del día que entró, ella amaba lo que hacía, llegaba todos los días a contarnos qué había aprendido”, ha dicho su madre en entrevista con este diario.

Ella y el presunto feminicida se conocían desde hace años porque estudiaban juntos en el Colegio Alemán Alexander Von Humboldt de Ciudad de México, un centro exclusivo para los hijos de familias acomodadas de la capital. Tuvieron una relación de un año y medio que la joven decidió acabar en junio. Desde entonces, Gil Romero la acosaba, explica la madre, en numerosas entrevistas.  “La presionaba mucho, se había vuelto muy intenso. Mandaba regalos cada semana, rogaba que regresaran, de vez en cuando pasaba por la casa, pero más allá de eso no vimos una señal específica. La semana pasada parece que estuvo ya más pesado, comenzó a molestarla un poco, los mensajes fueron más precisos”.

Detalles policiacos

La necropsia de la joven ha revelado que fue asfixiada, lo que confirma que se trató de un homicidio, de acuerdo con un comunicado de la Fiscalía estatal publicado en la tarde del lunes pasado. . En un primer momento, y dicen los medios que los agentes abordaron el asunto, como suicidio, pero, “todas las pruebas refutaron esa hipótesis”

Gil Romero, que ya se encuentra en prisión preventiva en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tlalnepantla, acudió en al menos tres ocasiones al domicilio de la víctima, en Atizapán de Zaragoza, el día en que fue asesinada, según el Ministerio Público.

Dicen los medios que un análisis de las grabaciones de seguridad del entorno de la residencia, en un barrio acomodado del municipio, además de entrevistas, reveló que la primera vez fue a las 3:55 de la madrugada. El presunto asesino llegó a la casa en un Kia Forte gris sin matrícula. Iba cubierto con “un cubrebocas negro y una gorra azul marino, con la finalidad de ocultar su identidad”, se lee en el comunicado.

A ello no hay manifestaciones sociales, ni grupos de mujeres protestando, todavía, mientras los acontecimientos siguen su curso.

La primera noticia

El domingo la noticia, tras el FB de la madre señaló que Ana María Serrano Céspedes, una joven de 18 años y sobrina del exministro José Manuel Restrepo, quien ocupó importantes cargos en el gobierno de Iván Duque en Colombia, fue víctima de un “trágico” feminicidio en México.

La joven era estudiante de medicina, su asesinato   fue confirmado por el exministro de Hacienda colombiano José Manuel Restrepo y la madre de Ana María Céspedes, en sus redes sociales.

Destacó esta primera información que la madre y el tío dieron esta “ lamentable noticia donde ambos expresaron su profundo dolor y condenaron enérgicamente este tipo de actos atroces en cualquier parte del mundo”.

En el detalles se narra que el feminicidio ocurrió cuando su familia, su padre José Serrano y su madre Ximena Céspedes, Ingeniero y abogada se encontraban de viaje y el feminicida, “conociendo que estaba sola entró a estrangularla en su domicilio ubicado en el municipio de Atizapán, en el condado de Sayavedra, en donde el presunto asesino modificó la escena del crimen para hacerlo pasar como suicidio”.

Los detalles

No hay más datos sobre la primera incursión, pero Gil Romero quien volvió horas después, a la 13.00. Conducía el mismo coche, que esta vez sí tenía matrícula. Llamó a la residencia de Serrano Céspedes y habló con la trabajadora del hogar, que le dijo que la joven no se encontraba en casa. “El hoy detenido señaló que regresaría más tarde para dejarle un regalo”, asegura la Fiscalía. La última visita ocurrió a las 18.00, la hora a la que los peritos calculan que fue asesinada la adolescente.

Esa vez, Serrano Céspedes estaba sola en casa. Gil Romero “presuntamente ingresó al inmueble donde la habría asfixiado hasta causarle la muerte”, continúa el comunicado. Huyó de la escena del crimen en el Kia, con el rostro oculto por una máscara. De acuerdo con el relato de la Fiscalía y la familia de la víctima, el adolescente trató entonces de camuflar el feminicidio y hacerlo pasar por un suicidio. Escribió un mensaje de despedida a la madre de Serrano Céspedes, Ximena Céspedes, desde el móvil de la joven.

Tanto el contenido del mensaje como la forma en la que estaba escrito despertaron las sospechas de su madre. Decía que estaba muy sola y ya no quería vivir así, que la despidiera de su padre. “No fue un mensaje largo, y Ana María no era así, todo le iba superbién. Todos los profesores y compañeros la adoraban, no solo tenía la vida por delante, sino que estaba emocionada con lo que estaba haciendo”, ha señalado Céspedes a EL PAÍS por teléfono este lunes.

Los padres de la joven avisaron a un vecino, que acudió al domicilio de la familia y se encontró con el cadáver de Serrano Céspedes. Él alertó a la policía, que llegó al lugar. Después de un análisis de la escena del crimen y el teléfono de la víctima, descartaron la hipótesis del suicidio. Encontraron huellas dactilares, el cubrebocas negro y la gorra azul que Gil Romero había utilizado para ocultarse en la primera visita a la casa.

La Cámara

Mientras se continúa en los medios, l a radio y la televisión, con los detalles del asesinato y la detención y proceso del presunto responsable, en la Cámara de Diputados a través de un punto de acuerdo se solicitó a la Segob y a la Conavim, se informe sobre el desempeño, impacto y resultados del Programa Integral para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

“El caso de Ana María nos indigna”, argumentó el diputado panista Luis Mendoza Acevedo , igual que los otros más de 400 casos de mujeres que han sido víctimas de feminicidio”, (en el Estado de México) y agregó: “ Estamos ante una creciente ola de violencia contra las mujeres y es necesario conocer los resultados de los programas para erradicarla”.

Y reclamó :“No se puede mejorar lo que no se mide y en el tema de violencia contra las mujeres no podemos aceptar que haya ‘otros datos’, necesitamos conocer con transparencia, el estatus de este problema para realizar acciones que verdaderamente arrojen buenos resultados”, señaló en un comunicado difundido por el Senado.

Luego siguió argumentando pese a que se cuenta con este programa, México tiene altos índices de violencia, en el primer semestre de este año se registraron más de 35 mil casos por lesiones dolosas contra mujeres; mil 290 casos por homicidio doloso y a nivel nacional 337 casos de trata de personas, por citar algunos.

Recordó que, el primer semestre de 2023, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo de Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cifra de feminicidios en México alcanzó los 438 casos. Entre los estados más violentos para las mujeres está el Estado de México con 51 caso; Nuevo León con 36; Oaxaca con 33; Ciudad de México con 23; y Veracruz con 28.

 “Si la estrategia está fallando debemos generar las políticas públicas y leyes que empoderen a las mujeres y castiguen a los agresores. Es importante generar las condiciones para que ninguna mujer se sienta chantajeada o forzada de permanecer donde es violentada o agredida, por eso exhortamos a la Segob a que rinda cuentas y transparente lo que se está haciendo en esta materia”, concluyó el legislador.

Los feminicidios y la violencia de género continúan siendo un problema persistente y preocupante que afecta a muchas mujeres en diversas partes del planeta. La lucha contra la impunidad y la búsqueda de justicia en estos casos deben ser prioridades de la sociedad y las autoridades.

Ana María Serrano en una imagen de su velorio difundida en redes sociales.

Más detalles, luego vendrán los reportajes cronológicos

Hubo una primera señal. Fue la desaparición de una laptop en la que la joven Ana María Serrano Céspedes, estudiante de medicina de 18 años de edad, había estado trabajando hasta horas avanzadas de la noche, el domingo 10 de septiembre.

Según relató ella misma, a la mañana siguiente la computadora ya no estaba. Se lo contó a sus familiares y salió más tarde rumbo a la escuela.

De acuerdo con la investigación de su feminicidio, es probable que durante una fiesta de alumnos del Colegio Alemán que pronto iban a salir del país para irse a estudiar al extranjero, Allan “N” —con quien Ana María acababa de terminar una relación sentimental de año y medio—, se haya enterado de que ella se encontraba sola en su domicilio: luego de haber pospuesto, a causa de la pandemia, un viaje de aniversario a Europa, sus padres se habían decidido al fin a realizarlo.

Cuando todo ocurrió, se hallaban en Roma.

Allan, quien cumpliría 19 años cinco días después del feminicidio, fue captado por cámaras de vigilancia en las inmediaciones de la casa de Ana María, en el fraccionamiento Condado de Sayavedra, la madrugada del 11 de septiembre.

Llevaba cubrebocas y una gorra de color azul marino. Se desplazaba en un Kia sin placas, que le habían obsequiado con motivo de su graduación.

Las cámaras de vigilancia resultaron cruciales para vincular a proceso a Allan “N”. Probaron que este, a quien la madre de Ana María describe como “un muchacho tranquilo, el mejor alumno de su generación”, había regresado al domicilio el martes de 12 de septiembre hacia la una de la tarde a bordo del mismo Kia –que en esta ocasión sí llevaba placas.

Allan habló con una trabajadora doméstica. El testimonio de esta persona indica que le preguntó por Ana María, que la trabajadora indicó que la joven había salido, y que Allan actuaba de modo extraño.

Volvió ese mismo día a las 6 de la tarde, la hora en que se presume que la privó de la vida.

La madre de Ana María, Ximena Céspedes, directora de comunicación interna de la Coparmex, relata que ese día tuvo la última comunicación con su hija. “Acababa de llegar a la casa y se iba a poner a estudiar”. Cuenta que a las dos de la mañana –hora de Europa— la despertó una llamada realizada desde un número desconocido. La llamada no entró. Como en México aún era temprano, aprovechó para comunicarse con su hija.

“Todo fue extraño. Ana María no respondió. Luego me llegó desde su teléfono un mensaje todavía más extraño: ‘Espérame tantito’. Unos 15 minutos después llegó un segundo mensaje en el que supuestamente mi hija anunciaba su suicidio y se despedía de nosotros. No había nada, absolutamente nada que indicara que ella pudiera hacer algo así”. La señora Céspedes le pidió a un vecino que fuera a su casa a investigar, pero “ya no había nada qué hacer”.

El cuerpo estaba en la recámara con señales de asfixia. La fiscalía cree que la escena se manipuló para simular que la joven se había suicidado con los cordones de las cortinas. No había señales de violencia. La cerradura no estaba forzada. En la habitación nada indicaba que se hubiera dado una pelea.

Pero en ese sitio estaban la gorra y el cubrebocas. El abogado de los padres de Ana María sostiene que el agresor “los dejó olvidados”. La cámara registró la salida de este, con el rostro cubierto por una máscara. La madre de Ana María asegura que en dichas imágenes se reconoce completamente que Allan estuvo en su domicilio. Por lo demás, el registro del automóvil no deja dudas.

Allan le había estado enviando a Ana María mensajes cada vez más insistentes, en los que le pedía que regresara a su lado. Le había pedido que bajara de las redes fotografías en las que aparecía al lado de otro joven; le enviaba regalos, intentaba hablar con ella. Le pidieron que lo bloqueara. Ana María les comunicó más tarde a sus padres que finalmente él “ya se había tranquilizado”.

Llegó entonces el martes 12 en que todo ocurrió

El Kia fue localizado en una casa de Atizapán, en el Estado de México. Lo hallaron el 16 de septiembre. Allan había huido a Malinalco. Luego de que uno de sus domicilios fuera cateado, se entregó a las autoridades.

El caso no se había hecho público hasta que, tras la detención, la señora Céspedes pidió aparecer en redes para dar testimonio de su caso. Se trató de un doloroso video que cerró con estas palabras: “Ana María ya descansa en paz, pero todos aquellos que la conocimos no lo haremos, hasta que se haga justicia, no quede impune el hecho y se acaben los feminicidios en México”.

Allan fue vinculado ayer a proceso. Detrás de la pecera de cristal blindado en la que compareció, se le vio callado, cabizbajo, tranquilo.

El abogado de la familia dice que es horrible lo que están viviendo los padres de Ana María, que es horrible lo que deben estar viviendo los padres de él, y que debe ser horrible también lo que está viviendo el propio imputado.

Es el horror que se ha repetido 4,551 veces a lo largo del sexenio.

Es el horror que se ha vivido cerca de 500 veces en lo que va de 2023.

Es el horror en el que está metido un país en donde se cometen feminicidios diariamente y cuyos números exhiben —cito el artículo de Francisco Rivas publicado en EL UNIVERSAL— el desmantelamiento del aparato institucional de protección a las mujeres, el fracaso de las autoridades para hacer realidad lo plasmado en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Volvió a ocurrir. Sucedió una vez más. La madre de Ana María pide que la muerte de su hija no se quede solo en una frase, en una nota de coyuntura: “Que no quede impune el hecho y se acaben los feminicidios en México”.

Lo último

De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, Allan “N” acudió tres veces al domicilio de su exnovia, el día que presuntamente la asesinó mediante asfixia.

En un comunicado, detalló que gracias a videograbaciones y entrevistas recabadas en actos de investigación se determinó que el 12 de septiembre, el detenido -quien ya se encuentra en prisión preventiva-, visitó la casa de la joven hasta en tres ocasiones.

La primera de ellas a las 3:55 horas, a bordo de un vehículo marca Kia, modelo Forte, color gris sin placas de circulación, situación registrada por elementos de seguridad privada del Fraccionamiento, quienes monitorearon el vehículo a través de cámaras de vigilancia del lugar.

En este momento el ahora detenido utilizó un cubrebocas negro y una gorra azul marino, con la finalidad de ocultar su identidad.

Ese mismo día a las 13:00 horas, el sistema de videovigilancia registró una segunda visita del detenido al domicilio, a bordo del mismo vehículo, esta vez con placas de circulación. En esta ocasión, interactuó con la trabajadora doméstica, quien le indicó que Ana María no se encontraba en casa, por lo que Allan “N” dijo que regresaría más tarde para dejarle un regalo.

El tercer ingreso ocurrió previo a las 18:00 horas del día de los hechos, cuando Ana María se encontraba sola en su domicilio, momento en que Allan “N” presuntamente ingresó al inmueble donde la habría asfixiado hasta causarle la muerte.

“Finalmente se retiró a bordo del mismo vehículo, lo cual quedó registrado en cámaras de seguridad, en donde se le observa con el rostro oculto por una máscara”, detalló la Fiscalía.

La necropsia practicada al cuerpo de la joven de 18 años, Ana María Serrano, confirmó que fue asfixiada, informó la Fiscalía.

Detalló que la víctima “falleció por asfixia mecánica debido a la compresión extrínseca del cuello en su variedad de ahorcadura, toda vez que, de acuerdo a las pericias realizadas, en el cuello de la víctima se observó un surco cutáneo producto de la acción propia de un agente constrictor de consistencia dura y áspera”.

Con estos datos de prueba, la Fiscalía asegura que la joven fue víctima de feminicidio, “ya que se identificaron antecedentes de violencia de género, por lo que se estableció la investigación bajo el Protocolo de Feminicidio para que ésta se realice con perspectiva de género.

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