CNDH podría dar un giro institucional y renunciar a la defensoría del pueblo

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  • La protección de los derechos humanos será con autonomía e independencia, de cualquier interés o gobierno
  • Advierten Edgar Sánchez y José Martínez de presiones resultado de una visión binaria
  • Nadie quería confrontar a Piedra Ibarra con López Obrador, señalan y se oponen a banalizar su salida: es una decisión política

 Sara Lovera

SemMéxico, Cd. de México, 31 de agosto, 2020.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) podría dar un giro institucional y perder su autonomía e independencia, tanto como su esencia en la defensa de las víctimas de violación de sus derechos fundamentales. Para no asistir a ese posible giro, impulsado por fuerzas de Morena y presiones para controlar a esa Comisión, hoy renunciaron los responsables de la Primera y Sexta Visitadurías, Edgar Sánchez y José Martínez.

Al marcharse este 31 de agosto sostienen que la prioridad es la defensa de los derechos humanos sin presiones, sin temor de tocar intereses y sin obstáculos burocráticos. Conductas que laceran a la institución.

Lamentan que se banalice su decisión, cuando esta es política y resultado de tensiones internas que tratan de desnaturalizar el propósito de convertir a la CNDH en una verdadera defensoría del pueblo, sin temor a tocar intereses. Rosario Piedra Ibarra, por visiones binarias, les perdió la confianza, argumento burocrático de antaño.

Considerados como “radicales”, explicación que sirvió para hostigarlos, en realidad se trata de una conseja mal dirigida que decía al oído de Rosario Piedra que ambos buscaban confrontarla con Andrés Manuel López Obrador. Ellos le piden a la presidenta de la defensoría resistir.

En sus textos de renuncia, dirigida en primera persona, fraterna y respetuosa, hacen votos porque la presidenta de la CNDH no se deje presionar, al grado de que la defensoría del pueblo se convierta en una instancia subordinada al gobierno, eso que tanto se criticó de otras administraciones.

Tras siete meses de trabajo intenso y comprometido, ambos defensores viven la violencia sistemática, que no cesa, destacan la importancia de tener independencia del poder y reconocen que ese fue el propósito al nombrar a Rosario Piedra Ibarra, y consideran que sólo activistas y quienes luchan verdaderamente por los derechos humanos, son quienes debían conducir a la CNDH que está cumpliendo 30 años.

También son explícitos en cómo a lo largo de los años caminaron junto a Piedra Ibarra y Rosario Ibarra de Piedra en la lucha emprendida por Eureka en la búsqueda de las y los desparecidos y hubieran deseado que efectivamente la CNDH fuera la Defensoría del Pueblo, de cara a las reiteradas violaciones a los derechos humanos a la población mexicana.

Por las relaciones de amistad y fraternidad incólume con Piedra Ibarra escriben una renuncia comedida y amorosa.  Era, dice Sánchez, cuando “me invitaste a participar en el proyecto de transformación de la CNDH”, la convicción acuerdo y coincidencia.

Se trataba, dice el también luchador por los derechos de las y los trabajadores, poner por delante que la prioridad sería la defensa de los derechos humanos, el acompañamiento a las víctimas y quejosos de posibles violaciones y, por tanto, impulsar la autonomía e independencia de la CNDH.

Logros, después de tantos años de lucha, con un sendero claro, como para amplios sectores de la sociedad, fundados en que la crítica a la CNDH había sido su subordinación a cada gobierno en turno. El reto era lograr esta autonomía e independencia, algo grande no sólo por la inercia de una cierta cultura política, sino también por la polarización política desatada con el cambio de gobierno e incluso la crisis económica y social detonada con la pandemia de consecuencias históricas.

Y razona: la determinación de buscar esta autonomía e independencia políticas en función del interés de la defensa de los derechos humanos sin ninguna atadura estuvo representado simbólicamente por el nombramiento de tres de los seis Directores Generales encargados de las respectivas Visitadurías de la CNDH, cuyo perfil era la de ser activistas y militantes comprometidos con los derechos humanos y contra la represión, aunque no se reuniera con el requisito de ser abogados para ser Visitadores. Así de claro fue el mensaje.

La salida de los dos directores Generales encargados de Visitadurías, sostiene Edgar Sánchez, “significa un cambio y giro, no por nuestras individualidades, sino por el carácter simbólico de nuestros nombramientos”.

Reconoce que hay otras tensiones y diferencias ocurridas en estos escasos siete meses, lo que parece confirmar este giro al marco institucional y conducta de la CNDH, al que siempre se opusieron.

Señala que no es deseable que ese giro se confirme, sin embargo, dice sin rubor “tampoco estoy dispuesto a acompañarlo” para evitar que su presencia en dos de las más importantes visitadoras, parezca dar un aval.

Hoy quienes temían de su “orientación” quedan atrapados en la visión binaria, sobre todo cuando dicen que Sánchez y Martínez querían llevarla a un enfrentamiento o ruptura con el actual gobierno. No es así, afirma contundente Sánchez. Y dice que lo que no se entiende es que la prioridad es la defensa de los derechos humanos y las víctimas, con independencia del gobierno.

De la CNDH debía desaparecer la idea de no anteponer el cálculo para ver si “al hacer nuestra labor se lastima o no la imagen de determinado funcionario o del gobierno”.

Finalmente, afirman: “estamos convencidos que la CNDH como institución autónoma debe recoger toda queja o demanda legítima que venga desde la sociedad. Si la CNDH no lo hace o teme hacerlo por las consecuencias, obviamente fuerzas políticas de derecha podrán retomarlas oportunistamente para sus intereses electorales o de golpeo y desgaste del gobierno”.

Martínez sostiene “me entusiasmó la idea y la propuesta de transformar la CNDH en un verdadero órgano autónomo al servicio de las víctimas y de todas y todos los que sufren una violación de sus derechos humanos, combatiendo sin ambigüedad alguna a cualquier autoridad, del partido que sea, que cometiera abusos de poder”.

Al separarse esperan “de todos modos que puedas resistir las presiones y retomar el propósito inicial y que el fracaso en la decisión de incorporar a activistas y defensores a la CNDH no consolide otros cambios hacia la subordinación”.

Además, en su argumentación de diferendo político, dice Sánchez que “reconocer esta derrota en la orientación con que iniciamos nuestro trabajo en la CNDH no implica dar la razón a los partidos de la derecha que desde tu elección se opusieron a ti como Presidenta.

“Su hipócrita oposición en realidad ha sido siempre por lo que representas históricamente, es decir, la lucha del Comité Eureka por la presentación de los desaparecidos políticos y contra la represión que, bajo el liderazgo de Doña Rosario Ibarra, jamás ha cedido ante ningún gobierno y sus fuerzas armadas, como lo señaló en el mensaje escrito que envió al Senado con motivo de la Medalla Belisario Domínguez”, en 2019.

SEM/sl/sj

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