Citlalli Santoyo
SemMéxico, Guadalajara, Jalisco, 23 de enero, 2022.- Sin lugar a dudas, un momento histórico que ha marcado a la humanidad entera ha sido la emergencia sanitaria causada por el COVID-2019; en el 2020 a partir del confinamiento comenzamos a consolidar nuestras formas digitales de comunicación, pero también empezaron a ser más evidentes algunos efectos no tan positivos sobre la vida de las personas, tales como: la ansiedad, depresión, el aislamiento social y el incremento de las violencias.
Ya en anteriores años las encuestas sobre la dinámica y relación en los hogares del INEGI, los análisis de especialistas y colectivas feministas que acompañan víctimas de violencia de género, nos habían advertido que justo en donde se supone que las mujeres, niñas, niños y adolescentes deberían de sentirse con mayor protección y seguridad -el hogar-, es el primer lugar, en donde se viven las mayores vulneraciones de derechos humanos a través de diversas formas de violencia., el aumento de éstas, no estuvo exenta a partir del 2020, las agresiones y ultrajes a la vida e integridad de niñas y mujeres no descansaron, no se confinaron.
La violencia feminicida aumento un 4% en el último año, cerrando con la dolorosa cifra de 3,462 mujeres asesinadas en nuestro país, un promedio de 10 mujeres al día, otras violencias como la trata o la violación, también se han visto incrementadas y agravadas por la violencia generalizada que desde hace casi ya veinte años ha azotado a nuestro país, año tras año aumentan los casos del culmen de violencia contra las mujeres, es decir, la violencia letal o feminicida, y sin embargo los gobiernos no atinan a erradicarla, ya sea por los recortes presupuestales a la igualdad o políticas de género endebles y prácticamente inexistentes.
A dos años de la pandemia sanitaria, esta pareciera que tiene vistas a controlarse, los expertos hablan de estar ya en un contexto endémico, sin embargo, la otra pandemia, la de violencia generalizada, la de la violencia machista que causó los más de 30,000 asesinatos en el 2021, que ha existido incluso antes que el COVID-19, continúa en incremento, aún a pesar de las 25 alertas de género declaradas en 22 de los 32 estados de nuestro país.
Las vacunas para este mal, serían políticas eficaces de prevención del delito y el fortalecimiento de la investigación criminal de muertes violentas de mujeres, gran desafío sin duda para el Estado Mexicano.