- 209 millones en pobreza y 78 millones en pobreza extrema en América Latina y el Caribe
- La carga del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado creció durante y después del confinamiento
Elda Montiel
SemMéxico, Cd. de México, 14 de marzo 2022.- La crisis sanitaria por Covid 19 mostró las debilidades de los sistemas de salud y de protección social que aunado al aumento de la inflación afecta a las mujeres, la infancia, adolescencia, jóvenes y trabajadores informales al aumentar la brecha de desigualdad.
Para los organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Banco Mundial (BM) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es la oportunidad para que los gobiernos de economías emergentes, como México, fortalezcan los sistemas de salud y de protección social, además de implementar medidas de prevención, en caso de que suceda otra crisis sanitaria o por el cambio climático.
Destaca la investigación Aspectos de la desigualdad por la pandemia, elaborado por María Cristina Sánchez Ramírez, que publicó la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.
209 millones de personas en pobreza en América Latina y el Caribe
La CEPAL estima que tan solo en América Latina y el Caribe la pobreza y la pobreza extrema podrían haber aumentado en 33.7 por ciento y el 12.5 por ciento, lo que equivaldría a 209 millones y 78 millones de personas, respectivamente.
Se estima también que los niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza monetaria podría incrementarse 7.6 por ciento y afectaría al 51 por ciento de esa población, de acuerdo a estimaciones de la CEPAL y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
La crisis sanitaria que causó la pandemia del coronavirus desde finales del 2019 y que continúa en el 2022, ha resaltado las carencias del sector salud, como la capacidad hospitalaria, el desabasto de medicamentos y de oxígeno, destaca el análisis que han hecho los diversos organismos internacionales sobre los efectos del Covid 19.
En el desarrollo de la pandemia también surgieron los riesgos y daños a la salud mental; rezagos educativos; violencia familiar; sumándose la pérdida de empleos; adaptación y cambios por el teletrabajo; consecuencias económicas en el flujo del intercambio comercial del mercado de bienes y servicios; la inflación y la recesión.
La desigualdad se hizo más presente entre las personas y en los países que contaban con recursos económicos, infraestructura, personal médico y científico para atender a las personas contagiadas, desarrollar vacunas y la adquisición de éstas frente a los países que carecían de infraestructura hospitalaria suficiente para atender el creciente casos de urgencias derivadas de los contagios por Covid-19.
Respecto a las mujeres, la CEPAL señala que la reducción del empleo a nivel regional, entre 2019 y 2020, fue de 10.1 por ciento, la salida del mercado laboral de las que se encontraban económicamente activas fue de 7.5 por ciento.
También menciona que la carga del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado creció durante y después de las medidas de confinamiento.
Las cifras muestran la brecha de desigualdad que existe entre hombres y mujeres pues los hallazgos obtenidos por la CEPAL revelan que la pérdida del empleo de los hombres fue del 8 por ciento y la salida de actividades económicas fue del 5.6 por ciento.
Por lo que la CEPAL considera que el COVID-19 destacó la importancia de desarrollar sistemas de protección social inclusivos y los países deben aprovechar ese impulso a fin de adoptar un enfoque integral para abordar los problemas sociales con el fin de prepararse y planificar para futuros desastres con una mayor doble resiliencia y la sostenibilidad financiera que puede aportar un nuevo pacto social y fiscal.
Advierte Banco Mundial riesgoso políticas económicas inciertas
El Banco Mundial destaca la necesidad de la acción política en favor de las mujeres y jóvenes, por ser sectores de la sociedad con más probabilidades de abandonar la fuerza laboral, incluso, considera que los modos de educación no tradicionales, como los programas de ciclo corto, podrían generar capital humano rápidamente y capacitar a las y los trabajadores en nuevos campos, por lo que también es muy importante ayudar al estudiantado de primaria y secundaria a recuperar las pérdidas educativas, en particular aquellos en hogares vulnerables.
Advierte el Banco Mundial que debido a la política económica incierta y el entorno político fragmentado y de próximas elecciones en varios países de América Latina, de no llegarse a un consenso político sobre el ajuste fiscal y la agenda de reformas estructurales, se podría tener un impacto negativo en el crecimiento a través del deterioro de la confianza de las y los consumidores, las empresas e inversores.
Además, existe una baja confianza en los gobiernos de la región que, junto con el descontento por las condiciones económicas (incluido el aumento de la inflación) durante los últimos dos años, podría contribuir al malestar social.
Lo que también afectó negativamente, de acuerdo al Banco Mundial fue el aumento de la inflación, factor que produce aumento en el costo de los bienes y servicios afecta a los grupos de pobreza y pobreza extrema e incluso a la clase media, sector que resultó afectado por los cambios en el mercado laboral, ya que la pérdida de ingresos genera desventajas sociales, económicas y sanitarias.
90 % de las mujeres que perdieron su empleo abandonaron la fuerza de trabajo
Por otra parte, en el análisis de la OIT, se indica que los déficits de empleo persisten en los países de ingresos bajos, mientras que los países de ingresos altos probablemente sean los que cubran con mayor rapidez los déficits, gracias a su acceso privilegiado a las vacunas y a su mayor apoyo a la política fiscal.
Entre los grupos etarios con mayores repercusiones por la pandemia el 90 por ciento de las mujeres que han perdido su empleo han abandonado la fuerza de trabajo.
La educación es otra actividad que fue afectada por la pandemia pues alrededor de un mil 500 millones de estudiantes tuvieron que abandonar la escuela en todo el mundo (83 por ciento de los matriculados en 167 países), circunstancia que también aumentó las brechas de desigualdad pues un año después esos estudiantes seguían sufriendo algún tipo de interrupción en su educación.
SEM/em/sj