Dixie Edith
SemMéxico/SEMlac, La Habana, Cuba, 4 de noviembre, 2024.- Llevar hasta las comunidades el reconocimiento del valor social de los cuidados es esencial para poder acompañar realmente a quienes cuidan y conseguir que cualquier normativa tenga un impacto concreto en el bienestar de las personas, coincidieron participantes del primer «Taller de articulación de personas cuidadoras», realizado el 29 de octubre en La Habana.
El encuentro es parte de las acciones del Sistema Nacional para el Cuidado de la vida, recién aprobado en el país, y coincidió con la conmemoración del Día Internacional de los cuidados y el apoyo, instituido por las Naciones Unidas para crear conciencia sobre la importancia de los cuidados, su contribución clave a la igualdad de género y a la sostenibilidad de sociedades y economías.
«Necesitamos que en las comunidades existan oídos que escuchen y manos que se extiendan para ayudar a cuidadores y cuidadoras cuando se pide ayuda», demandó Idaida Bello, quien integra la red de apoyo virtual a personas cuidadoras del Proyecto Palomas, Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social.
Muchas personas niegan auxilio para movilizar un enfermo, por ejemplo, aunque eso incluso está penado por la ley», abundó Bello.
Sergio Cabrera, coordinador general de Palomas, coincidió con esta cuidadora en la urgencia de que las acciones lleguen a los espacios donde está la gente que cuida y es cuidada y reiteró que la Red de Personas Cuidadoras de Palomas nació para «saldar una deuda que tenemos como país en el acompañamiento a estas tareas».
Nacida en 2023, la red se ha convertido en un espacio cotidiano de intercambio de experiencias y consejos para quienes cuidan, pero también «para aquellas personas que, después de muchos años, dejan de ser cuidadoras y viven procesos psicológicos muy difíciles», explicó Cabrera.
Actualmente, «agrupa mediante WhatsApp a 1.083 personas, 93 por ciento de ellas mujeres, cuidadoras o sensibilizadas con el tema de los cuidados», precisó Cabrera, quien identificó como desafíos el acompañamiento integral a estas personas, su autocuidado y bienestar.
Estadísticas internacionales refieren que la fuerza de trabajo mundial dedicada a la prestación de cuidados está integrada por 249 millones de mujeres y 132 millones de hombres, según el informe «El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado para un futuro con trabajo decente», publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Hasta 2030, se estima que las personas necesitadas de cuidados ascenderán a 2.300 millones, lo que estará impulsado por 100 millones más de personas mayores y otros tantos de niñas y niños de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años.
En Cuba esa realidad no es diferente, sobre todo si se tiene en cuenta que más del 24 por ciento de la población suma más de 60 años y las proyecciones de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), hasta 2050, estiman que, justamente, ese será el único grupo de edades que aumentará en el país.
Sin embargo, durante el taller realizado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), participantes llamaron la atención también hacia otras poblaciones necesitadas de cuidados, como las infancias y las adolescencias.
Hoy día cuidamos mucho la salud de adultos mayores y cuidadores, pero a veces no se visualizan mucho las necesidades que tienen las personas con discapacidad, reclamó Mercedes Muñoz Pozo, presidenta del proyecto social comunitario «Luz de vida», creado hace unos cinco años en el municipio capitalino de Plaza de la Revolución.
Muñoz, quien también es una persona con discapacidad, explicó que en este caso se requiere de muchas ayudas técnicas y de trabajar en la eliminación de barreras arquitectónicas, que son una prioridad cuando se piensa en los cuidados.
Otro llamado fue a trabajar por la urgente transformación cultural. «No hemos podido modificar los patrones culturales que siguen dejando a las mujeres en situación de desventaja social y sobrecargadas con las tareas del cuidado», reflexionó Yelene Palmero, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer (Cem), de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
En su opinión, la FMC debe buscar alianzas para romper con patrones culturales tradicionales, discursos y narrativas conservadoras; pero también «promover una mayor corresponsabilidad social y de género, de manera que permita una distribución más equitativa del trabajo de cuidados, y revisar exhaustivamente las estructuras institucionales y normativas que provocan la permanencia de relaciones desiguales entre los géneros», precisó.
Por su parte, Yadira Álvarez, presidenta de “TaTamanía”, la primera de cinco mipymes dedicadas en Cuba al servicio de los cuidados, valoró la importancia de que las personas conozcan que contratarse como cuidadoras en un espacio como este es una opción, pues aparte de ser un empleo remunerado, se protegen derechos como las vacaciones y la jubilación y se brinda capacitación.
«Esas son exigencias de la mipyme», precisó Álvarez. Para ella, si bien emprendimientos de este tipo, aunque se sigan multiplicando, no van a resolver el problema de los cuidados en el país, «sí resultan un apoyo para las instituciones sociales», reconoció.
«Las mipymes de este tipo ya constituidas están haciendo labores de responsabilidad social para ayudar al Estado en la solución del tema de los cuidados, pues se trata de una problemática social en la cual deben intervenir todos los actores», detalló.
La socióloga Magela Romero, coordinadora de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, explicó que «este taller es el primero que propone un diálogo directo de personas cuidadoras con la subcomisión gubernamental sistema de cuidados, coordinada por el MTSS, pero con participación de otros ministerios como el de Educación y Salud, que forman parte de esa estrategia de trabajo».
Para la también profesora de la Universidad de La Habana, se trata de un encuentro fundamental, «porque de alguna manera también va creando el antecedente para los intercambios sostenidos y frecuentes que la subcomisión quiere y necesita tener con las personas cuidadoras».
El encuentro fue una iniciativa de la red que coordina Romero, en alianza con el MTSS y la FMC, con apoyos de la Fundación Friedrich Ebert y del Fondo de Población de las Naciones Unidas y fue realizado 15 días después de aprobado el Decreto No.109, que establece el Sistema nacional para el cuidado integral de la vida.