Sara Más
SemMéxico/Semlac, La Habana, Cuba, 18 de abril, 2024.- «La psicología es una ciencia que ha sido protagonizada por mujeres y encabezada por hombres». Con esas palabras, la psicóloga cubana Patricia Arés llamó la atención sobre la necesidad de visibilizar las contribuciones de las mujeres a las ciencias, en particular a la Psicología.
«Los dueños de las grandes teorías son hombres que han tenido detrás a muchas mujeres y mucho aporte de ellas», reconoció la especialista, una de las invitadas a un intercambio con mujeres psicólogas, realizado en La Habana el 11 de abril, a propósito de celebrase el 13 de ese mismo mes el Día de la Psicología Cubana.
«Entre los sentidos que hemos tenido en la vida, por ser psicólogas, está el de visibilizar un poco esa historia», destacó Arés, partidaria de hacer notar «que las mujeres también hacemos Psicología» y que «de ellas se puede decir mucho en el campo de la ciencia».
Durante un encuentro informal desarrollado en la sede de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (Acnu), Arés se refirió a los valiosos aportes a la ciencia que han hecho muchas de ellas, desde generaciones anteriores, que no pueden pasar al olvido, dijo, pues sería muy injusto.
«Qué bien que somos mujeres y estamos contando nuestra historia», expresó la profesora, quien dijo haber sentido la vocación de ser psicóloga clínica desde niña y se ha convertido en una reconocida profesional de referencia, dentro y fuera del país, en particular en el ámbito de la psicología de familia.
«Nunca tuve duda de que mi lugar estaba en la Psicología, cuyo mayor impacto para mí ha sido la de darme un sentido para vivir, que es la utilidad de la vida. Quien siente que es útil y puede ayudar a los demás, nunca tendrá un vacío de sentido para vivir».
Arés llamó la atención, igualmente, sobre la necesidad de ponerse un límite y tener humildad como profesional, de no sentir y actuar con omnipotencia. «No seamos psicólogos donde no nos llamen», recomendó, ni de su propia familia, para lo cual debe acudirse a otros profesionales, dijo.
«La Psicología es una herramienta que nos sirve, pero no podemos andar de psicólogos todo el tiempo por la vida. Tenemos que ser primero buenos seres humanos y tampoco podemos ser psicólogos para los demás y un horror en nuestra vida privada; es decir, no dar el ejemplo», reflexionó.
Aunque las personas depositan gran expectativa en estos profesionales, «somos seres humanos y tenemos problemas». Contó que ha tenido que echar mano a la profesión en su propia vida, lo mismo para aprender a ser mamá, tener pareja o vivir algunos duelos, expuso como ejemplos.
Ciencia con compromiso social
Ganada por la práctica de la transformación social, Ángela Casaña no se ha arrepentido nunca de su elección por la Psicología Social, un campo que la ha hecho sentir «muy gratificada por la vida», asegura.
Luego de un primer momento que la marcó profesionalmente, cuando muy joven se hizo doctora en Ciencias en la lejana ciudad de San Petesburgo (entonces Leningrado), otro hito profesional lo ubica cuando estuvo al frente de la creación del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
«Me dieron la tarea de dirigir a personas de perfiles y áreas de trabajo muy diferentes, para lograr que se articularan en una atmósfera de cooperación entre disciplinas distintas, que se difuminaran esas barreras estancas», relató.
Entre los grandes desafíos vigentes para los psicólogos sociales reconoce el de poder establecer un diálogo efectivo entre actores científicos y políticos, condicionado muchas veces por las temporalidades, necesidades, códigos de comunicación y narrativas muy diferentes de cada uno. Por ello se necesita ajustar el discurso científico, para que el decisor, que usará los resultados, entienda, reflexionó.
En tanto, con la síntesis por principio, la también psicóloga y profesora universitaria Mayra Manzano defendió el valor de lo que ha sido su principal aporte profesional: la enseñanza desde las aulas universitarias.
De recién graduada a profesora, ella tuvo la Facultad de Psicología como espacio profesional más importante y desde allí ha contribuido a formar a generaciones de especialistas.
En su profesión de profesora dentro de la Psicología, un reto muy importante fue defender con firmeza el enfoque que había asumido como profesional, que es el de la psicología cognitiva.
Lo más valioso para su colega Patricia Arenas, de 73 años, es ir llenando de contenido la vida profesional una vez graduada. «Desde que llegué a la Psicología social de las organizaciones, me sentí más realizada», asegura esta profesional que, sobre todas las cosas, destaca el alto compromiso que tuvo su generación, se tratara de psicología clínica, social o de otra área de investigación.
En materia de recomendaciones, Arenas habla de «no psicologizar la vida», cuando lo importante es partir de la realidad que se vive y no verla con un enfoque lineal, sino desde la complejidad, fuera de conceptos rígidos y estáticos.
«Es la vida la que te da la posibilidad de integrarte y comprender lo que al principio solo aprecias en libros y clases», reflexionó ante el público, integrado fundamentalmente por estudiantes universitarios de la carrera de Psicología, a quienes comentó que toma al menos cinco años hacerse un profesional, una vez graduado, según su experiencia.
Escucha, indagación, intercambio y construcción colectiva son lógicas permanentes en su trabajo, precisó, para facilitar procesos a través de la comunicación, para que las personas se escuchen, se comprendan mejor a sí mismas y puedan construir de conjunto.