* Una, la noticia de la creación de la Alianza de Iglesias Evangélicas Cubanas
* Entre sus objetivos destaca trabajar unidas en la defensa de los valores bíblicos
Lirians Gordillo Piña
SemMéxico/SEMlac, La Habana, 24 junio 2019.- Un recorrido por acciones de iglesias fundamentalistas en Cuba demuestra el fortalecimiento de objetivos y estrategias claras.
Aunque activistas y personas de fe reconocen que el fundamentalismo religioso lleva más de una década esparciéndose por el país, desde 2008 su visibilidad en el contexto cubano acumula hitos.
La alarma volvió a encenderse ante la noticia de la creación de la Alianza de Iglesias Evangélicas Cubanas el pasado 11 de junio de 2019 en Santa Clara (a 330 kilómetros de La Habana). Siete denominaciones evangélicas dieron a conocer la nueva coalición que se separa del Consejo de Iglesias de Cuba, organización no gubernamental que desde 1941 agrupa a diversos cultos religiosos en todo el país.
Entre los objetivos que aparecen en el acta fundacional, las iglesias firmantes destacan «trabajar unidas en la defensa de los valores bíblicos».
Aunque está pendiente su aprobación por el gobierno, esta nueva organización
declara desde un inicio su oposición al matrimonio igualitario, la «ideología
de género»-término que utilizan para desacreditar todo esfuerzo por la
equidad y la justicia feminista- y el aborto en Cuba.
Las
reacciones ante este suceso no se hicieron esperar entre activistas de la isla.
En un artículo publicado por el sitio web Q de Cuir, la pastora y teóloga
Elaine Saralegui pone en contexto la noticia y alerta, una vez más, sobre la
escalada de sectores fundamentalistas y supremacistas en la isla del Caribe.
Saralegui
esclarece el recorrido que desde junio de 2018 han tenido estas iglesias en pos
de una postura común ante el avance en materia de derechos de personas
homosexuales y transgénero propuesto por la actual Constitución de Cuba,
refrendada el pasado 24 de febrero.
El
ritmo de la escalada es constante si se valora que en poco menos de un año
varias iglesias han pasado del púlpito a cartas públicas, campañas contra el
matrimonio igualitario, convocatorias a no apoyar el referéndum constitucional
hasta llegar a fundar una organización propia.
El
profesor universitario Adiel García ya alertaba en noviembre de 2018 sobre las
características políticas y «partidistas» de estas instituciones religiosas
que han declarado en sus redes sociales su simpatía con el supremacismo y la
teología de la prosperidad.
«Desde
mi forma de ver, es un movimiento político que utiliza el discurso religioso
como estrategia para avanzar en su agenda. Ha aprovechado determinadas
carencias institucionales y estatales para calar dentro de la población y la
sociedad cubanas con el discurso de la doctrina de la prosperidad que en el
orden sociopolítico reproduce una tendencia al desaliento social, rechazo a las
ideologías, una pérdida del compromiso y un divorcio entre el accionar y el
ejercicio de la ciudadanía», dijo García Pérez durante la VI Jornada socioteológica identidades sexuales y de
género no hegemónicas, celebrada en La Habana en noviembre de 2018.
En
el caso cubano, la pastora Elaine Saralegui explica que estas denominaciones
«reclaman la concentración de propiedades, el acceso a los medios de
comunicación y la posibilidad de utilizar los principios religiosos para
impulsar políticas públicas».
En
las redes sociales varios activistas alzaron su voz de inmediato, preocupados
por el silencio estatal y del Partido Comunista de Cuba ante los diversos
sucesos que marcan ya una cronología del fundamentalismo religioso en la isla y
que, a su criterio, amenazan el proyecto socialista.
«Espero que no sea demasiado tarde cuando se tenga que poner límites a la cruzada supremacista, homofóbica, conservadora, patriarcal y neoliberal de las denominaciones religiosas evangélicas fundamentalistas», alertó el activista Alberto Roque en su muro de Facebook.
SEM-SEMlac/lgp