Se basa en resultados científicos y diferenciado de las necesidades de
mujeres y personas con discapacidad
Redacción
SemMéxico/SEMlac, La Habana, 10 febrero 2019.-Incrementar los conocimientos sobre los niveles de riesgo ante los desastres naturales, basados en resultados científicos y con un enfoque diferenciado en las necesidades de las mujeres y de las personas con discapacidad es el propósito de un nuevo proyecto binacional entre Cuba y República Dominicana.
La iniciativa «Aprendiendo de las experiencias del huracán
Irma y María: Integración de la protección y la inclusión en la Reducción
del Riesgo de Desastre (RRD) en el Caribe» tiene como escenario a la
provincia de Matanzas, ubicada a poco más de 100 kilómetros al este de La
Habana.
De acuerdo
con Yasiel Martínez Domínguez, Director de la División de Gestión Ambiental del
Centro de Servicios Ambientales de Matanzas (CSAM),
perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA),
esta cooperación busca compartir experiencias y lecciones aprendidas de los
huracanes Irma y María en ambas naciones, tras los grandes impactos que el
fenómeno meteorológico dejara a su paso por el Caribe en 2017.
«Nos
permitirá fortalecer las coordinaciones en la preparación ante desastres y la
respuesta oportuna ante amenazas comunes en el Caribe», explicó a SEMlac.
«Se
trata de contribuir a incrementar la capacidad de resiliencia con un enfoque
inclusivo, reforzar las capacidades y mecanismos cubanos de gestión de RRD a
nivel local, territorial y nacional para estar mejor preparados y responder a
los desastres mientras se salvaguardan y protegen a las personas más
vulnerables en las comunidades», dijo el coordinador del proyecto por la
parte cubana.
Jerome
Faure, cooperante en Cuba para Oxfam International, una de
las organizaciones impulsoras del proyecto, subrayó que Cuba está expuesta a
amenazas de origen natural derivadas fundamentalmente de eventos
hidrometeorológicos y geológicos y, a pesar de contar con un sistema
de prevención, mitigación y respuesta oportuna, bien
estructurado desde las instancias nacionales hasta el nivel local, continúa
siendo impactada por estas.
«Lo
que pretende esta iniciativa es que, ante una situación de emergencia, la
comunidad, la población, los factores que intervienen, puedan reaccionar con
mayor fuerza y restablecerlas condiciones a una situación idéntica o mejor a la
que se tenía anteriormente al impacto del evento», precisó Faure.
Con el
proyecto binacional, el territorio de Matanzas se beneficiará con la compra e
instalación de equipamientos para la creación de nuevos centros de Gestión de
Riesgos tanto en la cabecera provincial como en los municipios de Cárdenas,
Martí y Colón, apuntó Martínez Domínguez.
Según
explicó el especialista, la puesta en marcha de la estrategia permitirá la
actualización del estudio de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo (PVR)
Hidrometeorológico (por intensas lluvias) en la provincia de Matanzas; la
arrancada de otra investigación similar pero enfocada en los sismos, en este
propio territorio, así como la instalación de una estación sismológica y la
creación de una base de datos sismológicos en el área caribeña.
El Doctor
en Ciencias Enrique D. Arango Arias, del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba, destacó
que los nuevos medios permitirán mejorar el respaldo energético y las
comunicaciones de las estaciones que rodean a Matanzas.
«En la provincia se han identificado una serie de fallas activas capaces de generar un nivel de sismicidad importante. Los últimos estudios realizados en la zona de Varadero para la búsqueda de petróleo reflejan una alta complejidad tectónica en los alrededores de la península de Hicacos», explicó.
Más inclusión, menos vulnerabilidades
«Aprendiendo de Irma y María» tiene entre sus objetivos, además, la realización de una investigación académica a nivel subregional (Cuba, República Dominicana y Haití) sobre el vínculo entre desigualdad, vulnerabilidad y desastres naturales.
Jahnna Jiménez Álvarez, coordinadora general del proyecto para República
Dominicana y Cuba, sostuvo que este beneficiará a unas 11.607 personas e
involucra 82 organizaciones de ambas naciones caribeñas. Permitirá no solo
salvaguardar la vida, sino que modifica la forma de hacer nuestro trabajo para
proteger mejor a las personas, sobre todo aquellas en mayores condiciones de
vulnerabilidad. Además, coloca el tema de la protección de derechos en
situaciones de emergencia en la agenda de los organismos regionales.
Agregó que otros propósitos será la creación de rutas críticas para la
respuesta a la violencia en estos escenarios, para que las personas estén
orientadas y se pueda proteger sus derechos desde las redes comunitarias.
En ese sentido, Jiménez Álvarez refirió que, como parte de ese ejercicio de
compartir las buenas prácticas, metodologías, herramientas y materiales de
capacitación pertinentes para países con similares peligros y debilidades, la
iniciativa contempla la adquisición por parte de Cuba de una tecnología probada
con éxito en República Dominicana: un
albergue móvil desmontable.
«Donde sea que haya un espacio parecido a una cancha de baloncesto, el
albergue desmontable puede ser instalado, pues tiene una tecnología muy
liviana. Está pensado desde necesidades de grupos específicos, principalmente
los más vulnerables. Entre ellos las
mujeres, particularmente las embarazadas y menores lactantes, las
personas con discapacidad, los niños, niñas y adolescentes»,
comentó.
Jiménez Álvarez sostuvo que las situaciones que ocurren en tiempo ordinario
pueden exacerbarse en momentos de crisis y agravarse, si no se toman medidas de
seguridad. «Hablamos de la violencia física, sexual hacia mujeres, niños y
niñas. Pero también de las necesidades específicas de las personas con algún
tipo de discapacidad o que tienen enfermedades crónicas, como la diabetes, la
hipertensión. Si no tenemos claro que en un momento de emergencia los
medicamentos de esas personas pueden escasear y no lo asumimos de forma
preventiva, esto podría generar situaciones complicadas», ejemplificó la
coordinadora general.
Yohanka Valdés Jiménez, a cargo del componente de género del proyecto, sostuvo
que es importante incluir las necesidades diferenciadas de las personas, en
particular las mujeres, en los planes de prevención, y eliminar las barreras
que estas enfrentan en este tipo de situaciones; también reconocer
sus capacidades y contribuciones en la reducción del riesgo de desastres.
La participación en la toma de decisiones ante eventos de esta naturaleza por
parte de las propias personas con discapacidad es un elemento crucial, enfatizó
por su parte Ibia Vega, especialista a cargo del componente de inclusión de la
iniciativa.
Ello, unido a la concientización, sensibilización, lograr entornos accesibles y
el desarrollo de herramientas inclusivas, dijo.
«La sociedad debe comprender de una vez y por todas que pertenecemos a
ella y podemos ser entes
activos«, dijo Geudis Vega, de la Asociación Nacional de Ciegos y
Débiles Visuales (ANCI).
Cuando se trata de indagar por nuestras necesidades u ofrecer ayuda, casi nunca
se dirigen a la persona con discapacidad, sino a quien la acompaña. Si se
quiere que las personas con discapacidad participen, hay que tenerlos en cuenta
desde el inicio, apuntó.
Para Ernesto Fernández, el desconocimiento es la barrera más fuerte a la que se
enfrentan las personas con discapacidad hoy, incluso porque ese desconocimiento
genera otras barreras. «Por ello la sensibilización en estos proyectos es
fundamental», opinó el representante de personas con capacidades
especiales.
La iniciativa binacional cuenta con la fortaleza de integrar para su
consecución a la Defensa Civil de Cuba y de
República Dominicana, junto a la Federación de Mujeres Cubanas, las
Asociaciones de personas con discapacidad (ACLIFIM, ANCI y ANSOC) a nivel local
y nacional, y las organizaciones dominicanas Plan International y Hábitat para
la Humanidad.
Además, las ONG internacionales OXFAM y Humanity&Inclusion se han unido en
consorcio para impulsar la ejecución de este proyecto, que cuenta con la
dirección general de protección civil y ayuda humanitaria de la Unión Europea
(ECHO) como donante.
SEM-SEMlac