Natalia Rojas
SemMéxico. Jalisco. 10 de septiembre 2021.- Hoy más que nunca es importante evidenciar ante nuestros ojos, que estamos vivenciando un momento en el que las mujeres de México y el mundo están cambiando la historia, creando conciencia, viviéndose más libres.
Como ejemplo de la “Furia Mexicana”, como han llamado a nivel internacional al re-florecimiento del movimiento feminista en México, podemos reconocer las históricas manifestaciones feministas del 2020 que alcanzaron hasta 200mil mujeres asistentas en varias ciudades del país, el paro económico nacional “Un día sin nosotras” que provocó pérdidas en 37,000 millones de pesos, la reciente declaración de inconstitucionalidad a la penalización del aborto, las tomas feministas a las Comisiones de Derechos Humanos a nivel nacional en la CDMX, en Tlaxcala, Ecatepec, Puebla, entre otros.
Así, el cambio de conciencia en las mujeres, niñas y adolescentes mexicana es evidente, profundo y trascendente, lo podemos constatar en nuestro día a día, en las pintas feministas que inundan las ciudades del país, en la proliferación de grupos de reflexión y autoconciencia feminista, así como en el surgimiento de miles de colectivas y organizaciones feministas creadas con el firme objetivo de defender la vida, la dignidad y la libertad de las mujeres, niñas y adolescentes.
Todo lo anterior, ha convertido al movimiento feminista en la principal fuerza opositora en México, logrando evidenciar el patriarcado imperante en todas las estructuras estatales y en sus leyes, exigiendo al gobierno mexicano la rendición de cuentas respecto a sus obligaciones internacionales en derechos humanos, reivindicando su derecho irreductible a vivir vidas libres de violencias, pero sobretodo, el movimiento feminista en México nos ha recordado la grandeza de la libertad de las mujeres, niñas y adolescentes.
Semejantes demostraciones del ímpetu, la valentía, y fuerza creadora entre mujeres no ha pasado inadvertida. Al contrario, los patriarcas instaurados en las instituciones gubernamentales de todo el país han decidido emprender una serie de “ajustes gubernamentales” con la finalidad de desarticular, silenciar y perseguir a las mujeres dentro y fuera del movimiento feminista, así como retroceder los derechos humanos de las mujeres a nivel nacional.
En Jalisco, el pasado 26 de agosto, la Comisión de Higiene, Salud Pública y Prevención de las Adicciones, que preside el diputado Arturo Lemus Herrera de morena, aprobó mediante el dictamen de decreto INFOLEJ 3898/LXI, la iniciativa que legaliza la explotación y mercantilización de la capacidad reproductiva de las mujeres mediante la gestación subrogada. Esta práctica también conocida como “renta de úteros”, o “vientres de alquiler”, consiste en un contrato por el cual una mujer accede a gestar para una pareja o una persona que tiene deseo de convertirse en madre o padre de la niña o niño nacido de tal embarazo.
Lo sucedido en Jalisco no es aislado, el pasado 5 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falló a favor de regular la maternidad subrogada, con base en la modificación del Código Civil de Tabasco en la materia. Ante este atentado, organizaciones feministas abolicionistas como El Frente Nacional Feminista Abolicionista, Nosotras tenemos Otros Datos, La Campaña por los Derechos de las Mujeres Basado en el Sexo, la Campaña Contra el Borrado y otras, han manifestado en diversas ocasiones que los vientres de alquiler no respetan, promueven, ni garantizan los derechos humanos, sino que avalan la explotación y mercantilización de los cuerpos de las mujeres, así como de niñas y niños.
Otro ataque directo a los derechos humanos de las mujeres ha ocurrido en Chihuahua con una iniciativa presentada para transformar la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas de Delitos por Razones de Género, a una Fiscalía especializada en Atención a la Familia. Hechos similares suceden a nivel Federal, en Jalisco y en Baja California Sur, en todos los casos, los gobiernos en turno han impulsado iniciativas que pretenden, o han logrado, la eliminación de los institutos nacionales, estatales y municipales de las Mujeres, reduciéndolos a pequeñas divisiones subalternas dentro de Direcciones de inclusión, de diversidad o de igualdad sustantiva.
Lo anterior contradice los compromisos internacionales contraídos por México en la Declaración y Plataforma de Beijing, ya que conlleva la desaparición de los mecanismos de adelanto para las mujeres, y obstaculiza la promoción, el respeto, la protección y la garantía plena de los derechos humanos de todas las mujeres, niñas y adolescentes en el país.
Dichos ataques demuestran claramente los intentos desesperados por parte de los patriarcas del estado por mantener la cultura androcéntrica a través de un desorden simbólico, jurídico e institucional que las mujeres feministas han señalado de obsoleto, machista y violento. El sistema patriarcal esta en crisis, agonizante, carece de legitimidad ante las mujeres, y se esta desmoronando. Los intentos del estado por retroceder los derechos de las mujeres son atentados del patriarcado agonizante por mantener relaciones de poder a través de sus sistemas de explotación y muerte.
Ante esta caída, las mujeres debemos recordar la potencia transformadora que nace de nosotras y posibilita crear nuevos mundos posibles. El llamado es a las mujeres, niñas y adolescentes, a reconocernos en las otras, en crear redes para pensarnos y organizarnos colectivamente, por que ya lo decían las mujeres de la Librería de Mujeres de Milán:
“gracias a la libertad femenina, será cada vez menos fácil hacer de las relaciones humanas un bien para llevar al mercado como una mercancía cualquiera. La diferencia femenina toma así un signo universal de humanidad, capaz de dar el radicalismo necesario a las respuestas que «ya son política» pero que no se dan cuenta de que lo son…”
Este es un llamado a las mujeres, al movimiento feminista y al movimiento amplio de mujeres, a recuperar la memoria para reconocernos hacedoras de la historia, creadoras del cambio, defensoras de la vida, mujeres libres, organizadas y hacedoras de política por nuestra libertad y dignidad.
Maestra Natalia Rojas,
Colaboradora CLADEM Jalisco.