Desde la mano izquierda| La marcha del 8M en San Luis Potosí

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Claudia Espinosa Almaguer

SemMéxico, San Luis Potosí, 14 de marzo, 2021.- Escuchar es prestar atención, no es solamente oír algo, a diario se oyen miles de ruidos que son olvidados de inmediato: el tintineo de las llaves, las llantas de los automóviles, pero inclusive la música más extraordinaria se pierde en los oídos de gente sin disposición y eso, tirar a la basura mensajes que deberían ser importantes por no querer escuchar, pasa hasta con las vivencias más duras de la condición humana, alguien puede estar contando una pérdida, un sufrimiento y si quien está ahí no pone sus sentidos al servicio de la escucha, no habrá empatía, ni solidaridad, ni concienciación, sino vacío. A ello sumemos otros riesgos, como que la información se oiga de manera sesgada, que se minimice y se tergiverse, entonces estamos perdidos.

Lo que sucedió en San Luis Potosí con la marcha del 8 de marzo de este 2022, fue la acción política más importante del año, desde la ciudadanía, desde las mujeres, por la cantidad de mensajes que hubo, por las palabras dichas, los reclamos y las exigencias de igualdad, de acceso a la justicia y de derechos para todas. Sí duda de mi afirmación, basta con mirar todos los esfuerzos que se han realizado esta semana para disminuir su relevancia.

Por ejemplo, al día siguiente por la mañana los medios de comunicación anunciaban que habíamos sido 10 mil mujeres y para la tarde las autoridades dijeron que apenas alcanzamos a juntarnos unas 1,600. A ello se debe añadir la decepción causada a los políticos, como la diputada local quien a pesar de entender la “molestia” de las mujeres señaló que no le parecieron las formas correctas, y ni que decir de algunos reportajes donde se acusó literalmente a la manifestación de haber torturado inmuebles. Si cada uno mira y oye lo que le conviene vamos a cambiar la posición.

¿Qué hace converger a 10 mil mujeres? A las cinco de la tarde, debajo de un sol y un calor casi desértico, algunas solas en la mayor parte del trayecto y sin embargo nunca más seguras que con otras mujeres al lado y ¿De qué manera, siendo tan pocas en número según las notas oficiales, con la marcha aun sin moverse ya ocupábamos desde Plaza de Armas hasta la entrada principal de la Fiscalía del Estado? Pero sobre todo ¿Qué ha debido escucharse?

Primero a las víctimas, es mala costumbre perorar las cifras más para brincar el cerco que por verdaderamente abordar un fenómeno como la violencia feminicida, considerando que debe ser relevante si es que hay una declaratoria de alerta vigente debido a ello. En esta semana donde los entrevistadores se fuerzan a abrirse a los testimonios, constriñen las notas, las adjetivan de asuntos gravísimos o terribles y a lo que sigue.

Sin embargo, cada mujer agredida y asesinada es una historia, una tragedia que termina siendo sólo de una familia o de unos hijos, como nos detenemos poco en dimensionar el dolor, es dable entonces que la ignorancia conduzca a reclamar que la gente exija justicia a través de un buzón de quejas.

Repetimos lo de hace un par de semanas, la violencia de género en San Luis Potosí se agudiza en número, pero también en brutalidad y como se ha visto, eso afecta a todas las edades y se expresa en circunstancias más o menos distintas, pero no hay un momento en la vida de las mujeres que sea libre de riesgos.

Y entonces, ¿Qué decían los mensajes de las mujeres?

“Ellos nos venden, matan, violan ¿y nosotras somos las “nazis”?

“Marcho porque estoy viva y no sé hasta cuándo”

“Mamá, tranquila, hoy no voy sola por la calle”

“Aborto libre, seguro y gratuito”

“Abril Alejandra Flores, necesito vivir para buscarte y necesito encontrarte para poder vivir, te esperamos siempre”

“La puta no tiene clientes, tiene proxenetas”

“Tal vez no pintaría monumentos si alguien se preocupara más por las mujeres que por su puto estadio”

“Abuelita, vine a gritar lo que a ti te hicieron callar”

“Aquí estoy hasta que te sientas lista, no importa quien haya sido o cuánto tiempo haya pasado, siempre te voy a creer”

“Marcho por mí, por ti por las que no pueden hablar y por las que ya no están”

“Gobiernos van y vienen y la deuda sigue siendo con nosotras”

“Nos quitaron tanto que terminaron quitándonos el miedo” …

Algunos hombres que estaban allí en el momento de la marcha pudieron detenerse a escuchar en lugar de estar ingiriendo bebidas alcohólicas en la vía pública, insultar a las manifestantes, imprecarlas por ocupar las calles y mover sus vehículos de manera amenazante contra ellas:

¡Pinches viejas! grita el San Luisito feminicida y una entiende la raíz misógina que yace en esta tierra.

Aunque ahora sea el tiempo en el que se invita a “cerrar la boca”, esa advertencia marca la vida de todas desde hace mucho y el miedo, para quienes hemos estado allí, es una zona indeseada. Por eso, asistir a la marcha no se trató de entregarle una causa a nadie sino de acompañar, de ser testigo de un momento extraordinario, la causa ya es de las jóvenes que salieron, de quienes han protestado y denunciado desde entonces, de aquellas que se saben violentadas, en condiciones desiguales e injustas por el mero hecho de haber nacido mujeres, con la carga que ello impone a la vida con todo y sus cautiverios. A más ver.

Apuntes

Buenas esperanzas

– El 11 de marzo, diputadas integrantes de la LXIII Legislatura participaron en la XV Jornada Académica y Formativa: Una década de acciones reflexivas y formativas a favor de la igualdad y la erradicación de las violencias de género en San Luis Potosí, en el evento, se acordó trabajar en conjunto con las académicas para generar una agenda legislativa que atienda las necesidades y propuestas en materia de derechos de las mujeres. Será un enorme logro que esa voluntad política se traduzca en la legalización del aborto para por fin ajustarse a los criterios emitidos por la Suprema Corte hace meses.

Haremos pastel

– Vinculado a ello, el próximo 18 de marzo se cumplirá un año de la reforma al capítulo de órdenes de protección en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia sin que nuestro Estado haya producido la armonización de su norma local. “No pasa nada”, más allá de tener un instrumento obsoleto y encontrarse desarticulados con otras entidades para que una parte de esas órdenes pueda funcionar. Ya se anunció que hay un dictamen al respecto y, como sea que esté, se votaría el jueves 17, debería ser un cambio exhaustivo, ya se verá.

La violencia sexual no es una opinión

– En varias escuelas de educación media superior de San Luis Potosí las jóvenes están poniendo tendederos de agresores de acoso y hostigamiento sexual, hasta ahora las direcciones han respondido quitándolos como recién ha sucedido en un plantel del Colegio de Bachilleres y en el Tec Milenio. La violencia sexual es un problema presente en el acceso de las mujeres a la educación, debe atenderse, no ocultarse. ¿Hay protocolos eficaces para ello?

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