Desobediencia| La marcha interminable

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Olimpia Flores Ortiz

SemMéxico, Cd. de México, 15 de marzo, 2022.- Sigamos hablando de la interminable marcha del 8 de marzo. El hito anual de la movilización y el regresar a sus entornos a ser mujer feminista, son un mismo ir y venir.

He sabido de jovencitas que esperan a la Marcha del 8 de marzo como un rito de iniciación: alcanzar la mayoría de edad y decidir por sí mismas sumarse.

La Marcha del 8 de marzo es ya un hito cíclico, cultural y político.

Es cultural porque como acontecimiento se ha incorporado al radar internauta y al espacio vital de las jóvenes de hoy, de sus familias, de sus entornos.  De una manera u otra, interpela a la población que la prevé cada año con puntualidad. Se puede disentir de los hechos violentos que se suscitan en ella, pero en general no se está en desacuerdo con las motivaciones. “El hecho es que las matan”.

Es político porque el reclamo va dirigido al orden social mismo. Perturba y llama a tomar posición.

Y tan variopinto como la sociedad es.

Fuera del calendario cívico oficial, la Marcha anual se consagra como un acontecimiento del que nadie puede desentenderse.

Lo que sucede entre mujeres es una conmoción; es la misma emoción que nos con-mueve. Y eso es un potencial subversivo, mucho más que grafitear monumentos o romper cristales. Cien mil mujeres (redondeando las cifras del oficialismo) salieron a la calle, -más las que estuvieron pendientes- vinculadas intersubjetivamente por el rechazo al patriarcado.

Es un Movimiento que desnuda al sistema en su violencia intrínseca, cuestiona a la organización social en su base, sus mitos, tradiciones y costumbres, que rechaza sus valores; y cuyo Estado consideran es funcional a esa violencia.

Es un Movimiento de utopías, necesarias en esta época sombría e incierta. El Feminismo está en el epicentro del resquebrajamiento civilizatorio. Movimiento profundo. Es un cuestionamiento que cimbra al orden civilizatorio mostrándonos limítrofes. Su diversidad interseccional y política ofrece siempre rutas de salida: no hay un feminismo, hay todos con diferentes destinos. Tampoco hay “la mujer” sino “las mujeres” todas las que son.

Como Banda de Moebious, la interminable Marcha del 8m, va del hito anual a los espacios de interacción social de las mujeres que acuden a la marcha o están a la expectativa. Allí donde durante un año ejercen su ser mujer feminista.  Ese ir y venir, como un mismo transcurrir.

Después del largo período de pandemia y bajo amenaza de guerra nuclear, el 8 de marzo de 2022 fue jubiloso y energizante: estamos en pie de vida.

LinkedIn: Olimpia Flores Ortiz

Fotografía: Yara Laura Pérez Haro

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