Mujer y Poder
Natalia Vidales
SemMéxico, Hermosillo, Sonora, 15 de febrero, 2021.- Dos “peces gordos” hoy en manos de la justicia, el empresario Alonso Ancira Elizondo, así como la política Rosario Robles Berlanga –cada uno por su lado–, están a un paso de salir del reclusorio norte de la CDMX y de Santa Martha Acatitla, respectivamente.
El primero, acusado por “lavado” de dinero, y ella por ejercicio indebido del servicio público lograrían la libertad, siempre y cuando Ancira regrese 219 millones de dólares (más de 4 mil millones de pesos) con los que se enriqueció ilícitamente al venderle una fábrica “chatarra” a Pemex a precio de oro; y Rosario acepte su culpabilidad por la distracción también de varios miles de millones de pesos, cuando fue Secretaria de Desarrollo Social en el sexenio de Peña Nieto (2012-2018).
Algunas personas han manifestado su contrariedad de que estos –y otros– “peces gordos” sean beneficiados con libertades anticipadas ya sea acogiéndose al llamado criterio de oportunidad, aportando pruebas que señalen como corrupto a un pez todavía más apetitoso que ellos o, como en estos casos, regresando lo robado (Ancira lo hará en abonos, según el borrador del trato entre la fiscalía y los abogados del ricachón), o aceptando el delito. Sin embargo el nuevo (que ya tiene varios años) Sistema de Justicia Penal y la propia Constitución contemplan esos derechos para todos los mexicanos; aunque, claro no siempre se le concede a cualquier hijo del vecino, ya sea por ignorancia (de los jueces, de los fiscales, de los abogados del reo y del propio detenido) o por corrupción.
Así como la ignorancia de la ley no exime a nadie de su cumplimiento, también sucede que el desconocimiento de las diversas formas de obtener la libertad hace que tantas personas no la consigan (independientemente, desde luego, que tanto en ese como en otros terrenos Don Dinero es un poderoso caballero, tanto ara “aceitar” el sistema, como para cubrir fianzas, reparaciones del daño y otras cauciones que señala la ley).
No es el caso de mayores influencias –o vayamos a saber– de Ancira y de Rosario Robles para dejar las rejas, cuando del primero se trata, como lo dijo el propio Presidente de la República, de lo importante para el erario que se privilegie la recuperación de lo robado y se le regrese “al pueblo” ( en realidad a Pemex, que fue la empresa saqueada); y la segunda para que “aprenda” a respetar, luego de que a ella se le considera que estuvo detrás de la exhibición en videos de René Bejarano, secretario particular de AMLO cuando, el 2004 era jefe de la CDMX ( Usted lo recordará como aquel señor que se llevó hasta las ligas al recibir fajos de billetes del empresario Carlos Ahumada), del tesorero Gustavo Ponce y de otros allegados a AMLO, como Ramón Sosamontes y Carlos Ímaz, todos ellos captados recibiendo dinero ilícitamente. AMLO sorteó aquella crisis, pero no olvidó el “agravio” de Rosario (sujeta ahora a un proceso sin derecho a fianza por el juez que resultó ser sobrino de la esposa de Bejarano, la también política Dolores Padierna, hoy diputada federal, en una gran casualidad).
Pero aquí lo importante es que los ciudadanos sepan a qué tienen derecho para acceder a un procedimiento abreviado y evitar pasar, como antes, años en prisión preventiva o por una sentencia condenatoria: uno, el criterio de oportunidad ( pasar de imputado a testigo protegido “echando de cabeza” a un superior en la trama del delito); dos, solicitando la libertad bajo alguna forma de caución; y tres, solicitando la suspensión del proceso penal ( aun tratándose de delitos graves) cumpliendo con varios requisitos, entre ellos reparar el daño ( o devolver lo robado), confesarse culpable y otros. Con ello se sale de prisión (independientemente de si a Usted, Dios lo libre, le echaron el guante siendo culpable o inocente). Pero, claro, lo mejor es nunca verse atrapado en la intrincada red de la justicia penal, así lograse escapar de la misma con alguno de los recursos aquí apuntados.