Dia Internacional para la eliminación de la Discriminación Racial
Elda Montiel
SemMéxico. Ciudad de México. 22 de marzo 2024.- El racismo en México es difícil de reconocer, sin embargo, se ejerce en la calle, la escuela y en el trabajo, así lo señalan en sus testimonios tres mujeres: Joseline, Gladys y Kathleen, entrevistadas por ONU México en el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) y el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial (21 de marzo).
En México, el 2% de la población total, es decir unas 2.5 millones de personas, se reconoce como afrodescendiente. Guerrero, Estado de México, Veracruz, Oaxaca y la Ciudad de México son los estados con la mayor concentración de personas afromexicanas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El lema de este año es “Un decenio de reconocimiento, justicia y desarrollo: Aplicación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes”, con el que concluyó la década (2015 a 2024) para avanzar en el reconocimiento de que este grupo diferenciado, cuyos derechos humanos deben promoverse y protegerse ante las secuelas de la esclavitud y el colonialismo que siguen destruyendo vidas y mermando oportunidades.
La historia de la abogada Joseline Morales Pliego, hija de madre mexicana y padre de beliceño la lleva a decir “Sí, soy negra y con mucho orgullo” . Se define afromexicana y afrodiaspórica. Es activista y trabaja en Iztapalapa en defensa de los derechos y la visibilización de la discriminación.
Desde niña, en la escuela era distinguida por el color de su piel y recibió el acoso de un profesor de civismo le decía que “las negras olían horrible”. El estigma es que los afrodescendientes huelen mal, son flojos y que las mujeres vienen a prostituirse, “es la exotización a las cuerpas de las mujeres negras”.
Refiere que es difícil reconocer el racismo, pero éste existe y se normaliza hasta en los insultos, como “una maldita negra”.
Ahora que han llegado más personas de Haití en la ciudad de México realiza activismo para visibilizar y dignificar a la población afrodescendiente con cultura, información y educación.
Joseline, quien es madre de un joven de 16 años, sueña con un México libre de racismo y discriminación para su hijo y para toda la comunidad afromexicana del país.
Orgullo y amor a una misma: Gladyz
Gladys de León Trinidad, cantante y especialista en Negocios Internacionales refiere que México es un país encantador, pero hay cosas muy arraigadas en cuanto a cultura y la visión que tienen del extranjero sea mujer, hombre o una persona de color.
Consciente de que es un problema estructural, ella ha salido adelante con amor propio y orgullo. Primero, dice es aceptarse uno somo ser humano en la sociedad que vives, y esa seguridad se va a reflejar.
Vive en México desde el 2000 y aquí estudio Negocios Internacionales, trabaja como cantante y refiere como no deja de recibir insultos como “pinche negra ¡Ya regrésate a tu país!, lo que es humillante.
En 24 años tiene anécdotas amargas, desde la Universidad en donde un compañero la evadía o limpiaba la silla donde ella se había sentado. En el trabajo, celos profesionales y humillaciones.
Gladys también sueña con un mejor México para su hijo y todas las personas migrantes y afrodescendientes.
Ganarse la lotería de la discriminación racial, no sabes si te van a insultar o halagar: Kathleen
Con dos años de residencia en el país, Kathleen, colombiana, traductora, intérprete e integrante del Movimiento de los Pueblos por la Paz y la Justicia. No sabe, señala, si te van a insultar o halagar, todo al mismo tiempo. Te pueden ofrecer matrimonio porque te ven exótica por ser negra o te pueden escupir.
“Ser negra es como ganarse la lotería de la discriminación”, remata Kathleen, por esa razón, y pensando principalmente en las futuras generaciones.
Kathleen se dedica a visibilizar las historias de personas afrodescendientes alrededor del mundo. Pero lo hace hablando no solo de las malas experiencias sino también de los grandes aportes. “Somos gloriosos, somos varios pueblos llenos de historia: tenemos el tango, la cumbia, el rock, el blues, la música, enfermeras, doctores, de todo”, destaca.
“Me interesa que no nos sintamos solos. Es para mejorar las condiciones de uno (…) Que a los nietos de uno no les toque o que sepan responder cuando son escupidos en la calle, cuando los tratan mal, cuando reciben chistes en el colegio”, agrega.
Ríanse mucho”, recomienda, ante las múltiples expresiones de racismo, discriminación o xenofobia. “La risa es un grandioso método para enfrentar este tipo de cosas. Aprendan a sacarle el humor. Yo sé que muchas veces es tremendamente difícil, pero hay cosas ridículas. Mejor reírse de eso o buscar ridiculizarlo a sentirse pequeñito”.
Kathleen sueña con un México y un mundo donde las personas de origen africano no tengan que pelear por sus derechos más básicos.
